Harry caminaba sin apuro alguno al colegio. Había salido media hora antes de su casa porque se encontraba algo drogado y necesitaba aire. Pidió un vaso de agua en una heladería se sentó en la escalinata del colegio esperando a que abriese.
En cuanto escucho el sonido de la llave del conserje, se levantó con una leve sonrisa.
Entró y anduvo por los pasillos con el mentón en alto. Le gustaba eso.
Llegó al patio y se recargó sobre una de las paredes. Niall, su compañero de banco, no tardó en aparecerse.
Era un rubiecito de dientes trocidos y ojos azules. Le resultaba sumamente adorable.
—Hey...- Se acercó a él.
—¡Harry!— El muchacho, le abrazó. El chico de rulos hizo una mueca.— ¡No contestabas el teléfono! ¡Creí que te había ocurrido algo!
Se podría decir que Niall consideraba a Harry un buen amigo.
Harry sabía que Niall le había llamado varias veces, pero no quería hablar con él. Claro, no quería decirle eso.
—Eh... Si, dejé el teléfono en silencio porque... Me estaba masturbando— Sonó más como pregunta que como afirmación. Niall abrió mucho los ojos.
—Ah... Bueno, ya.
Harry nunca había sido muy bueno mintiendo. Siempre terminaba inventando algo mucho peor que la verdad. Pero bueno, ¿Ya qué?
—¿Supiste que este año cambiarán a la profe de inglés?— Bufó el rubio notoriamente molesto. Pues claro, la señora Ponks estaba demasiado vieja. Tanto que más de una vez olvidaba dar la clase y se quedaba dormida. Era por eso que todo mundo la amaba.
—¿Ah sí? Espero que el nuevo profesor este guapo. —Dijo Harry divertido.
—¡¿En eso piensas, maldito depravado?! ¡Mira si nos cambian de lugar!— Niall se mostraba horrorizado con tan solo imaginar la idea. Y a Harry eso le causó gracia.
Niall era un niñito muy peculiar.
—Tranquilo, chiquillo, nos vendría bien un cambio de aires.
—Ya no me quieres, ¿Verdad?— La mala actuación de Niall fue la causante de una carcajada de Harry.—Y no me digas chiquillo, soy mayor que tú.
—Pues no lo parece.
Niall infló sus regordetes mofletes y Harry sonrió divertido.
Anduvieron hasta el salón de inglés bromeando entre ellos.
Y efectivamente, al entrar, se encontraron cara a cara con la nueva profesora.
—¿Disculpen, jovencitos, por qué están interrumpiendo mi clase?
Harry miró su reloj. Habían llegado un minuto tarde. Mierda, extrañaría a la señora Ponks.
Niall se escondió detrás suyo. Maldito traidor.
—Porque queremos entrar.— Intentó sonar despreocupado.— Aunque si prefiere que nos quedemos fuera, no habrá problema.
—Me alegro que no lo haya, salgan de mi...
—Por cierto, soy Harry Styles.
—Oh, siéntese, señorito Styles. Pero que sea la última vez.
Harry sonrió satisfecho. Niall suspiró aliviado, miró dentro del salón y notó que solo quedaban dos lugares. Uno al lado de un muchacho moreno con una mochila a cuadros que escribía muy concentrado todo lo que estaba escrito en el pizarrón. Y otro de un chico con capucha, sin mochila y con algunos tatuajes.
Niall corrió para sentarse junto al primero. Harry sonrió. Sin duda quería conocer al extraño.
—Hola— Dijo el rizado poniendo su mejor sonrisa mientras se acomodaba en la silla. Recibió un gruñido de respuesta. Vaya, quizás tenía a un gato de compañero.— Soy Harry, ¿Y tú?
El gruñido sonó más como un ronroneo. Sip, era un gato.
—Bueno, te llamaré Michi. —El joven encapuchado le miró alzando una ceja y Harry sintió que conocía esos ojos. Unos ojos color zafiro. Eran bonitos. —Me gustan tus ojos, Michi.
El muchacho suspiró. Al parecer no hablaba mucho.
—¿Eres mudo?
—¿Qué cosa?— Ah, qué suerte, si hablaba.
—Aw, que vocecita tan aguda.
Bueno, al parecer Michi se molestó, porque se cruzó de brazos y cerró los ojos sobre el asiento. Harry pensó que debería ser muy lindo verle dormir.
Así que decidió no molestar. Se puso a copiar lo que sea que la profesora dictaba, por más de que sabía que no se lo pediría.
Al lado suyo, ya se oían suspiros que indicaban que Michi estaba dormido. Harry comenzó a trenzar su cabello con una sonrisita en sus labios, la profesora lo vio, pero no dijo nada. En un punto, odiaba que los profesores lo trataran así. Pero podía sacar provecho de eso.
La clase duró bastante. En cuanto sonó el timbre, Michi se levantó mirando todo y Harry rió con ternura al ver como le quedaron las trencitas.
—¿De qué te ríes?— El chico de ojos azules tocó su cabeza— ¿Qué carajos...?
—Te quedan preciosas, Michi.
Al parecer no le causó gracia. Se posicionó delante de Harry intentando verse amenazante. Claro, los... ¿Quince centímetros? Que Harry le sacaba, hacía que solo se viera más ridículo.
—Mi nombre es Louis Tomlinson, chico. Y te agradecería que te largues.
Harry frunció el ceño al oír el tono brusco.
—Y yo que hice que te veas bonito.— El tal Louis le miró alzando una ceja y luego salió del salón. Harry Insoportable Styles, siguió sus pasos.
—No quiero que me sigas— Murmuró el gatito molesto.
Harry pudo alejarse e ir con Niall, pudo tranquilamente olvidar al muchacho y seguir con su monótona vida. Podía simplemente pasar de él, total... Era un chico más entre millones.
Pero no quería... Más bien, no podía.
¿Por qué?
Porque tenía unos ojos demasiado bonitos.
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Little Things (L.S.)
Fanfiction"Sé que nunca te han gustado las arrugas junto a tus ojos cuando sonríes, nunca te han gustado tu barriga o tus muslos, los hoyuelos en tu espalda, al final de tu columna, pero yo los amaré constantemente" ---------------------------•...