Capítulo II: Coca-Cola

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Marcos llegó al supermercado de la plaza, primero, cogiendo unos de los carritos de compras.

— ¿La sección de bebidas en que lado está? — se preguntó a si mismo — Cierto, esta al lado izquierdo. Mmm pero primero compraré algunas cosas más.

No pensaba llenar su carrito, con muchas compras, no pensaba necesitar tanto.

Por último llegó a la zona de bebidas, eran demasiadas para escoger y eso a Marcos le frustraba, por qué no era bueno tomando decisiones, era muy indeciso.

Al final de tanto pensar, rondar por la zona, y las demás personas mirándolo extraño, aunque no era el único así, ya que una persona con capucha negra también se encontraba ahí y inusualmente al lado suyo.

Decidió por un paquete de 8 Coca-Colas las últimas que se encontraban ahora, las tomo y lo colocó en su carrito.

— Ah se me olvidaba, debería también de comprar más helado, antes que se me acaben lo poco que tengo.

La zona de helados se encontraba cerca, pero su carrito era muy pesado como para volver, miro a su alrededor fijándose si había alguien cerca, y no había nadie, entonces solo dejó su carrito y se dirigió a pasos rápidos a comprar su helado.

Sin embargo, muy a su mala suerte, no sé percató que alguien lo estaba vigilando y esperaba a que él se fuera, para que ella pueda tomar una de sus compras.

— Lo siento chico, pero estas son mis bebidas favoritas — susurró Jenny, para luego quitárselo y colocarlo en su carrito de compras, encaminandose a la salida a pagar.

Marcos al volver y colocar el envase de helado en su carrito, se dio cuenta que la bebida para su familia, no estaba, se sorprendió, porque no esperaba que en verdad le robaran aquí.

— Es que acaso uno ya no puede confiar — suspiró exhausto — y ¿ahora? Debo de escoger otras bebidas, esto no es justo

Ya frustrado y sin ánimos, se dirigió a la fila del cajero a pagar por sus compras.

Se fija en la hora del teléfono, para ver que ya pronto sería hora del almuerzo y él aún no salía del lugar.

— Que fastidio

Pensó.

Guardando el teléfono en su bolsillo y al levantar la mirada al frente, observa un paquete de Coca-Colas en el carrito de otra persona, más total era su sorpresa al ver que era la misma persona con capucha negra hace un rato.

— ¡Oye tu ladrón de Coca-Colas! ¡Estúpido ladrón! ¿Sabes cuanto demoré en escoger esa bebida, eh?

Grito efusivo, notoriamente molesto y sin control, no le importaba ser la mira de muchas miradas curiosas ahora en él, se fue a encarar a esa persona al saber que no le respondía, y eso le molestaba aún más.

— Te estoy hablando, idiota

Jaló fuertemente de su capucha hacia  abajo, para luego enfrentarlo.

— ¿Que te sucede? — se quejó Jenny acomodando su cabello, por la brusquedad en que ha sido jalada su capucha y audífonos en su paso.

— Eres una chica...

Algo en él empezó a latir en desenfreno y su mente quedó en blanco. La chica ante él, era muy linda y tenía unos ojos que iluminaban un especie de brillo, especial.

¡No!

No puedo mostrarme débil en estos momentos, se supone que le estaba reclamando por su robo.

— ¡No, imbécil! ¡Soy un alíen!

Al escuchar eso, Marcos salió de su pequeño trance y volvió a su postura normal.

— Mira... Chica o mujer o lo que sea

— Mi nombre es Jenny

— Como sea Jenny, te estoy reclamando por qué tu tienes mi paquete de Coca-Colas, que yo hace rato lo tuve

Jenny toma el paquete y empieza a examinarlo.

— ¿Seguro? Tu nombre no dice aquí, estúpido, por lo tanto no puedes reclamar que es tuyo

— Con todo respeto, y ya que no puedo ofender a una mujer, no puedo insultarte — habló entredientes — Por lo que te voy a pedir amablemente que me devuelvas lo que es mío

— ¿Y si no quiero que? Como si un chico tonto como tú me haría algo — río Jenny a carcajadas — Esto es mío y yo me lo llevaré

— Mira Jenny, ya me estas colmando la paciencia y olvidaré que eres mujer — conteniendo las ganas de insultar, apretando lo puños, ya que el no sabe controlar sus emociones bajo presión.

— Atrévete, i-d-i-o-t-a — recalcó la última palabra para fastidiar al otro con más ganas.

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