CAPITULO 13

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Después de recobrar un poco de claridad tras el impacto de la carta, recordé algo sumamente crucial. Si deseaba continuar guardando el secreto, debía considerar el aroma que ahora debía portar. No lo menciono con desagrado, sino más bien reconociendo la alta probabilidad de que tanto yo como mi ropa estuviéramos impregnados con la fragancia de Riley.

Rápidamente, me dirigí a tomar una refrescante ducha y, acto seguido, deposité toda mi vestimenta en la lavadora junto con una generosa cantidad de aromatizante. Puede que estuviera llevando las cosas al extremo, pero prefería asegurarme de que ningún detalle se me escapara.

Oculté cuidadosamente la carta y, en ese momento, mi única preocupación era cómo evitar a Edward. No deseaba que husmeara en mis pensamientos y arruinara todos mis esfuerzos.

Mientras ocultaba la carta, me topé con una antigua fotografía suya. Una sonrisa afloró en mi rostro de forma involuntaria. Si bien su apariencia física pudo haber cambiado, sabía que el mismo Riley que conocía seguía ahí.

 Si bien su apariencia física pudo haber cambiado, sabía que el mismo Riley que conocía seguía ahí

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Decidí destinar el resto del día a dar un paseo por la playa. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que estuve allí. A pesar del frío, no tenía intenciones de zambullirme en el agua. Tan solo anhelaba caminar junto a la costa y disfrutar de un momento de tranquilidad.

Era un instante para hallar serenidad, luchando contra los pensamientos que recordaban cuánto extrañaba a Emmett. No voy a negarlo, también añoraba a Jacob. A pesar de haberle dicho que ya no éramos amigos, no era sencillo dejar atrás tantos años de compañerismo y mi tonta pasión adolescente por él. No podía pretender que todo desapareciera de la noche a la mañana.

Aunque ya mantenía una relación con Emmett, aún guardaba sentimientos por el lobo. A pesar de mis esfuerzos por deshacerme de esta emoción, resultaba una tarea ardua. Sin embargo, tenía una certeza incuestionable: nunca traicionaría a mi novio, sin importar las circunstancias.

Me acomodé entre las piedras junto al mar, observando las olas. La suave brisa que acariciaba mi piel me causaba escalofríos, mas no quería marcharme. Permanecía enroscada sobre mí misma, tratando de mantenerme abrazada en calor.

De repente, percibí pasos acercándose. Inicialmente, no les presté mucha atención, pero cuando escuché la voz de Jacob, mis sentidos se agudizaron de manera inconsciente. Parecía que no estaba solo.

—Bella, creo que sería mejor que tomáramos aquel camino—, señaló, habiendo notado mi presencia.

—¿Emily no aprueba que su sobrina se relacione con un licántropo? ¡Qué hipocresía!— Parecía que ella no me había escuchado, ya que continuaba parloteando. Sin embargo, sus palabras sobre mi mejor amiga me molestaron profundamente.

—¿Hablando sobre ti Swan?— comenté al salir de mi escondite, sorprendiéndola. Aunque Jacob no pareció sorprenderse en absoluto. —Porque es más que obvio ¿no?

Once In A Lifetime (Emmett Cullen/Jacob Black)       (Re-editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora