Serendipia ━ Barry Allen ✓

6. No puedes huir de los secretos y mentiras

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"—En otras noticias, la policía de Central City y su aclamado héroe: Kid Flash, se han visto nuevamente burlados por el villano conocido como The Rival. En lo que va del año este velocista ha robado múltiples bancos y joyerías sin que..."

Barry apaga el televisor, sorprendido. Seis meses han pasado desde la última vez que vio a la morena. Cuatro meses desde la última vez que siquiera pensó en ella.

Irónico que él fuera la viva imagen de lo imposible y aún tuviera dudas, pero nunca lo había creído probable. Antes de April, le era absurdo considerar siquiera la idea de dejar de pensar en Iris West. Pero ahí estaba, no había dedicado ni un solo minuto a pensar en su familia en estos cuatro meses, no desde aquella noche en donde le hizo una promesa a April.

Verla ahora, a la mujer que había amado por tantos años, hacía que el pánico se apodere de él. ¿Cuánto tiempo pretendía durar con esta farsa? Esta no era su vida, él estaba condenado a no tener momentos felices.

—Barry, ¿adivina quién llamo? Tus pad- —La voz de April le saca de sus cavilaciones—. Hey, Barr ¿estás bien? Estás pálido —la castaña coloca su mano en la frente de su esposo.

El velocista escarlata asiente, aún perturbado por haber visto a Iris West en la pantalla de su televisor. —Sí, sí. ¿Qué decías?

—Tus padres llamaron. Preguntaron cuándo volvíamos, les dije que mañana íbamos a comprar los boletos de regreso.

Barry la interrumpe.

—April, ¿podemos quedarnos unos días más?

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—Aun no entiendo que te hizo cambiar de parecer —comenta April, al momento en que engancha su brazo al de su marido.

Ambos están caminando a orillas de la playa, observando cómo las pocas personas que aún quedan guardan sus cosas.

Barry dirige su mirada al cielo gris y sonríe tristemente. —Hace mucho que no salíamos de Central City, pensé que deberíamos aprovechar estos momentos.

April, sin darse cuenta del estado de su acompañante, ríe. —¿Aun después del incidente con Hal Jordan?

El humor de Barry mejora un poco ante la mención de lo acontecido con Harold Jordan. Alguien tenía que dejarle en claro al piloto que el apellido de April es Masen-Allen.

—Ni él ni nadie serán capaces de arruinar mi tiempo con mi esposa —responde el velocista, tomando a April de las mejillas para depositar un corto beso en sus labios. La castaña vuelve a reír, reclamando con intensidad los labios de su esposo. Feliz, ajena a la nube negra que acecha a Barry Allen.

April jadea de repente, alejándose del velocista y atina a pegarle en el hombro.

—Auch, ¿y eso porque fue? ¿Tan mal beso? —Ríe Barry—. No recuerdo haber escuchado quejas antes.

La castaña rueda los ojos. —No tonto, eso fue porque acabo de recordar que nunca me dijiste que hicieras cosplay.

Barry se detiene en seco, intuyendo a dónde se dirige la conversación. —¿De qué hablas?

—Amor, te he dicho que eres muy malo mintiendo —responde, picándole una de sus costillas con su mano. Si tan solo supieras April—. Hablo del traje rojo parecido al de Kid Flash. Tampoco sabía que lo admiraras tanto. Aunque admito que te verías sexy con el traje.

—April...

—April nada, soy tu esposa, tu mejor amiga. Este tipo de cosas se dicen, Barr. ¿Qué más me has estado ocultando, eh? —La castaña le mira enojada, pero su fachada no dura tanto como quisiera. Echa a reír escandalosamente, atrayendo la atención de las personas a su alrededor—. Barr, tranquilo. Deberías ver tu cara. Solo bromeo —aclara y tira de él para darle un beso, pero Barry se aparta. Confundida ve que la mirada de Barry está llorosa.

—Bebé, perdón. No era mi intención burlarme d-

El velocista la interrumpe susurrando: —April, yo soy Flash.