Secuestrada.

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Capitulo 001

El suave sonido de un objeto impactando contra el piso llama mi atención por sobre el volumen de la película. Me quito uno de los auriculares que tenía puesto para que el volumen no perturbara el profundo sueño de mi compañera de cuarto.

Levanto la mirada para dar una rápida inspección a la habitación pero no logro divisar ninguna sombra o algo que pudiera ser alarmante. Vuelvo la mirada a mi compañero quien sigue en su cama a un par de metros de la mía; su brazo extendido se escapa de entre las sabanas y su mano alcanza a apoyarse en la mesa de luz a su lado. A los pies del pequeño mueble hay una característica lata de desodorante fragancia de lavanda que mi amiga siempre usa.

Ruedo los ojos divertida al tiempo que regreso la vista a la pantalla de mi computadora con mi nerviosismo satisfecho. Mi compañera se remueve entre sueños. Son pocas las noches en que no ronca pero para mi suerte esta es una de ellas, así que no tengo que poner el volumen al máximo. Sin embargo lo pongo bastante alto para ahogar las voces de los chicos en el pasillo que no dejan de parlotear como si mañana no tuviéramos que madrugar para asistir a clases.

El protagonista está a punto de declararle amor eterno a la chica de mi película cuando un nuevo sonido me alarma. Prácticamente arranco ambos auriculares y cierro la computadora de un movimiento. La puerta está completamente abierta y lo primero que registro es que la luz del pasillo está apagada, como todos los días a esta hora.

Como reina la oscuridad, tomo mi celular para encender la linterna y caminar hacia la puerta para asomarme. Giro la cabeza en ambas direcciones y veo que no hay nadie. Supongo que los chicos de antes ya se marcharon, pero... ¿quién diablos abrió nuestra puerta?

—Oye, Sam ¿estás despierta...?—pregunto antes de girarme, pero mi movimiento se ve interrumpido por unas firmes manos.

El acto es tan repentino que me inunda la sorpresa. Un par de manos tapan mi boca evitando que sonido alguno pueda escapar mientras la otra mantiene mis muñecas prisioneras de forma que no pueda escapar a ningún lado. Su agarre es fuerte y se nota que no teme infligirme dolor porque siento unas ligeras punzadas en los puntos donde me toca. Sin embargo no se compara con el terror que se apodera de mí haciendo que mi corazón se acelere.

Por un momento tengo la ligera esperanza de que se trate del estúpido Scott y alguna de sus, para nada graciosas, bromas. Pero sé que me equivoco cuando una grave y profunda voz susurra en mi oído:

—No grites si no quieres acabar mal, ¿vale Drusilla?

Unas lágrimas se acumulan en mis ojos y no puedo responder. Mi cuerpo comienza a temblar y tengo un nudo en la garganta que no puedo tragar. Sus dedos se clavan con más fuerza en mi piel haciendo que suelte un pequeño gemido de dolor.

—Responde. —ordena enfundándome miedo, pero lo único que logro hacer es asentir con la cabeza. Sin embargo eso parece ser respuesta suficiente para él ya que cuando vuelve a hablar, lo hace como si fuera un ronroneo: — Eso es. Te vendaré los ojos, quiero creer que no necesito advertirte qué pasará si intentas escapar. —espera mi respuesta a lo que yo asiento con la cabeza. No hay forma de que le gane en una carrera, no soy muy rápida y aún si lograra escabullirme, no tengo duda de que me atraparía antes de que pudiera empezar a gritar por ayuda. Por lo que la única opción que me queda es seguirle la corriente hasta que se presente una mejor oportunidad; tal como me ha instruido mi padre. — Buena chica, si sigues así no saldrás lastimada.

Aleja su mano de mi boca para, luego de unos segundos, volver a acercarla a mi rostro y apoyar un pedazo de tela sobre mis ojos. Suelta mis muñecas para atarlas igualmente. Necesito que contener mi impulso por huir convenciéndome de que no servirá intentarlo ahora.

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⏰ Last updated: Jan 11, 2018 ⏰

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