Un muchacho de 24 años, con cabello y ojos castaños, se encontraba actualmente en un autobús en camino a una de las represas más grandes de Japón. Tras haberse graduado de la universidad, se había dedicado a estudiar ingeniería, y hacía unas dos semanas se les había informado a él y sus compañeros sobre un viaje que se realizaría de excursión a la represa. Yaku Morisuke era quizá uno de los más queridos de sus compañeros; con su actitud protectora y aunque teniendo un fuerte carácter, había logrado ganarse rápidamente su aprecio, y él los apreciaba igual.
Hacía aproximadamente 6 años, específicamente unos días luego de su graduación, y por motivos financieros y de trabajo, el y su familia habían tenido que mudarse muy lejos de Tokyo; ya tras llegar a su nuevo hogar, él personalmente se había encargado de cambiar su teléfono. Si bien en parte quería un modelo mas nuevo, ya que el suyo estaba más o menos "anticuado", también había pasado todos sus contactos... menos uno.Haiba Lev
El semi-ruso, hiperactivo e infantil chico que con tan solo un año de conocerlo había conseguido fastidiarlo incluso en sus propios sueños; o como él decía cada que se lo preguntaban, "pesadillas". Aquél peliplateado de ojos de un encantador color esperalda, con su imponente altura y que aunque le molestaba constantemente con referencias a la suya, nunca lastimaba ni ofendía a nadie intencionalmente.
Suspiró; estaba pensando en el de nuevo. Yaku había decidido no registrarlo otra vez, y se había encargado también de pedirles a sus amigos que no le dijeran su teléfono, ni dónde se encontraba. Su grado de desesperación por olvidarlo era demasiado, y mas aun con la mudanza pues él no creía en las relaciones a distancia.
Sintió el lejano chirrido del freno del autobús y se quitó los audífonos. Tomó su bolso con herramientas que siempre llevaba y bajó junto a sus compañeros; iba junto a uno de sus mejores amigos dentro del grupo, Nanami como el lo llamaba, quien se había graduado de la universidad con él, cuando de detrás suyo una voz lo llamó.–¡Yaku-san, espereme!
Su corazón dio un vuelco como siempre lo hacia cuando aquel chico lo llamaba.
–¿Qué necesitas, Daiki?
Un muchacho castaño mas oscuro, de ojos miel avanzó hacia él; era Fujimori Daiki, el más joven del grupo, se había graduado ese mismo año y su personalidad le recordaba tanto, pero tanto a él.
–Quisiera ir con usted durante el recorrido, ya que no pude ir con usted en el autobús.
El joven era insistente e infantil, como él.
–Claro, no hay problema, sigueme.
El grupo avanzó unos metros por el camino de tierra donde había parado el autobús hasta llegar a donde se encontraba un jeep todoterreno con una muchacha al volante. A lo que el grupo era pequeño, lograron acomodarse en los asientos subiéndose algunos en la parte de atrás; Daiki había querido ir ahí, así que acabó arrastrando a Yaku consigo. El y sus compañeros comenzaron el recorrido, con la guía que les explicaba como funcionaba todo, especialmente las remodelaciones y mejoras que se habían terminado de instalar el último año, y que por tanto no habían visto en los recorridos que hacía la universidad. Avanzaron por un extenso camino de tierra, hasta que llegaron a una superficie más amplia con una escalera.
–Subiendo esta escalera logramos llegar a la cima de la represa, allí arriba hay una clase de primaria de excursión también, así que les pediré que por favor ahora cuando subamos, tengan cuidado y no sean bruscos.
Yaku suspiró; no es que no le gustaran los niños, pero por momentos llegaban a parecerle molestos. Subieron la escalera en fila, con Daiki y Yaku al final, y e último debajo, y a mitad de camino ya podía oír los gritos y las risas de los niños. Estaba llegando al final de la escalera cuando escuchó algo que le heló la sangre.
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☆Represa (de sentimientos)☆ ♡One-Shot LevYaku♡
FanficDonde Lev y Yaku se reencuentran tras años sin saber del otro, pero quizá en uno de los peores lugares para ello.