El final del viaje

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Pase mi primera noche en este tren, me fue complicado dormir dado que nunca antes había viajado en un tren.

Sigue sin parecerme real él estar alejado de mi familia, nunca creí decir eso pero extraño al ruidoso de mi hermano por las mañanas, el olor al café que mi madre preparaba.

Después de dormir un poco desperté y fui al vagón en el que se encontraba la cafetería, me acerque a la barra y me serví un poco de huevos revueltos, algo de pan tostado y un cartoncito de leche.

Acto seguido fui y me senté en una mesa, mientras me disponía a tomar el primer bocado de mi desayuno, escuche una dulce y suave voz -¿Me puedo sentar aquí?- Dijo -Claro- respondí mientras la volteaba a ver.

Era simplemente hermosa con unos ojos grandes color avellana, un cabello negro un poco ondulado, una linda nariz y unos hermosos labios con un ligero toque rosa.

-Tienes que decir algo- pensé -mmm hola- dije, me respondió y de ahí estuvimos hablando un rato hasta que se acabó el desayuno y decidió retirarse a su habitación.

-Adiós- me dijo, le respondí y se fue.

Llegue a mi habitación y me tumbe en la cama -¿Quien era esa chica?- musite a la vez que recordé que no le había preguntado su nombre -Que tonto soy- pensé -como es que no le pregunte su nombre- después de un rato dio la hora de la cena.

Me levanté y me dirigí hacia la cafetería esperando encontrarme de nuevo con esa hermosa chica, pero al llegar ella no estaba allí. Me senté comí y espere un rato después de acabar mi comida para ver si la encontraba pero no fue así. Me retire a mi camarote y me dormí pensando en ella.

A la mañana siguiente sentí un movimiento brusco el cual me despertó a la vez que me metió un golpe contra la pared al lado de mi cama.

-Hemos llegado estudiantes- paso diciendo una señora a todos los cuartos.

Aliste mi equipaje y salí de mi habitación en la larga fila de estudiantes logre verle aunque rápidamente le perdí de vista entre todos los demás, estaba feliz de saber que no lo había imaginado que ella era real. Nos bajaron y no pude evitar por una cara enorme de sorpresa al ver el instituto en el que iba a estudiar.

Mi ultimo deseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora