Bueno, hoy no es un dia muy especial en particular, aunque... algo nerviosa si que estoy, ya que es el primer dia de instituto. Pero.. no es lo mismo porque me acabo de mudar con mi tía Aghata hace tres semanas, y por tanto tuve que dejar mi antiguo instituto y cambiarme a este, Sweet Amoris.
Me desperté cómo unas dos horas antes de ir a mi nuevo insti, tampoco esque haya dormido mucho, era incapaz, tenía los nervios recorriendo todo mi cuerpo. No tenía tiempo que perder, así que me dí un baño relajante haber si los nervios disminuían, nada mas terminar fuí a mi armario a buscar un modelito que diera buena impresión (según mi madre la primera impresión es lo que cuenta, así que por una vez me dejé llevar por sus consejos) a continuación volví de nuevo al cuarto de baño para secarme y peinarme el cabello. Una vez estaba todo aquello hecho, decidí mirar que no me faltara nada para mi primer día, cuando terminé aún me sobraba media hora, el tiempo suficiente para desayunar. Salí al salón y allí estaba mi tía, preparándome el desayuno con una gran sonrisa;
- Buenos dias Jade, te ves radiante para tu primer día.
- Buenas días tía, tu tampoco luces nada mal, ¿A que viene hoy tanta alegría?
- Verás... Mañana es el vigésimo aniversario con tu tío, y me alegra mucho de estar en su compañía tantos años.
- Oh, es verdad... ¿veinte años ya? La verdad esque cuesta creerlo.-Será que es verdad eso de que las peleas es lo que más une-. Me alegro muchisímo.
- Aquí tienes Jade, tu desayuno, aunque vas a tener que darte prisa en quince minutos debemos irnos.
- Vale.
Me ha preparado una deliciosa tostada con mermelada de fresa y un zumo natural de naranja, ¿que hay mejor que muchas vitaminas para empezar la mañana con energía? En cuanto terminé de desayunar, mi tía cojió laa llaves del coche y me llevó al instituto. De camino le estuve contando una pequeña historia sobré un chico llamado Ken, que estaba loco por mí, hacía lo que fuera para tener mi amor, es un chico muy agradable pero no era de mi gusto, siempre se lo intentaba decir pero él parecía que le daba igual todo, estaba feliz sólo con el simple echo de estar a mi lado.
Después de un pequeño rato, por fin llegamos al instituto, se veía bastante grande cosa de la cuál me sorprendio, y de vista todo parecía bien, cerré la boca y me dispuse a despedirme de mi tía y bajarme del coche.
Cuándo entre me quedé algo alucinada había alumnos por todos lados que no causaban nada de mala impresion, y había decoración por todos lados. Me resultaba un ámbito bastante agradable y cálido, debido a sus paredes color celeste pastel que te atrapan y te llevaban a un punto total de tranquilidad, a la vez me sentía algo agobiada ya que podía sentir todas las miradas clavadas en mí.
- ¿Es usted la señorita Frost? Soy la directora del Instituto me llamo Zoe, encantada.-La directora se topa conmigo, y con su dulce voz hace que mi cabeza vuelva a la realidad en un microsegundo-.- Parece ser amable- Si soy yo, igualmente.-Sonrio-.
- Bien, quería darte la bienvenida a Sweet Amoris, esta es tu aula- me entrega un papel-.
- Muchisímas gracias.
- Debes entregar tu formulario con tu foto al delegado principal en la sala de delgados para hacer oficial tu inscripción.
- No se dónde está la sala.
- En el primer pasillo a la derecha, justo en frente está su aula, si necesita de mi ayuda estaré por aquí.
- Está bien, gracias.
Automáticamente mi cerebro intentó encontrar la sala de delegación, andando no mas de 6 pasos, logré encontrar una puerta con letras de pegatina color negro en la que ponia 'delegación', la puerta estaba encajada, así que opté por asomar la cabeza y mirar.
Vi a un chico rubio de espaldas parece ajetreado, es bastante alto y viste una vestimenta muy formal, tal y como vestiría un delegado, zapatos y pantalón negro básico de oficina y una blusa lisa blanca, con una corbata azul pavo.
Cuándo mi cuerpo reacciona , golpeo con suavidad la puerta, y el chico se gira. Para mi sorpresa el delegado es bastante guapo, a lo que yo me quedo algo embobada.
- ¿Si?.-pregunta el chico-.
- Hola soy nueva, vengo a entregar mi formulario para la inscripción. -intento sonar lo más amable posible-.
- Mmm.. Está bien, soy Nathan encantado.-sonríe -.
- Yo soy Jade, Jade Frost.
- ¿Qué te parece el instituto Jade Frost? -pregunta mientras busca un clip como loco en sus cajones-.
- Es bastante grande, y me parece muy agradable la decoración y pintura que tienen puesta, es como muy cálido todo , me gusta.
Nathan me hace un gesto con la mano, como pidiendo que le de el papel junto a la foto, pone el clip y a lo que coloca mi archivo entre los miles de alumnos, se dispone en responder.
- Eres una chica muy expresiva por lo que veo, creo que eres la primera alumna que me resulta tan agradable después de tanto tiempo.
- Que exagerado.-me sonrojo-.
- Solo digo lo que pienso, deberíamos ir a clase ya, ¿no crees? .
- Oh, ¿también vas a clases?.
- Claro soy un alumno más, solo que también me ocupo de algún que otro papeleo.
- Tiene que ser muy lioso llevar ambas cosas, a mi parecer.
- Al principio si que lo es, luego te acostumbras y te organizas. A todo esto, ¿cuál es tu aula?.-pregunta con interés -.
- Me digno a mirar el papel de la directora me dió -. Emmm.. Aula B.
- ¡Vaya!, parece que estamos en la misma .- se impresiona-. Me sentaré contigo ya que es tu primer día , ¿te parece?.
- Está bien. -sonrio-.
Entramos en el aula, Nathan se dirigió a su grupo de amigos por un momento, y yo me senté directamente en las mesas del fondo. Mientras estaba en mi sitio tranquilamente observé a los alumnos que estaban en mi clase -joder, que de chicos guapos-, era lo único que me venía a la cabeza. Aún quedaban alumnos por entrar, pero mi pensamiento se sumia en los chicos que estaban allí dentro. Por el rabillo del ojo vi que alguien entraba, y mis ojos automáticamente se clavaron ahí. Un esbelto chico, pelirrojo, con una camiseta que llevaba un logo de una banda de rock, hacía notar su presencia en aquella sala. Todos de hicieron en silencio y le miraban por un momento, y al instante todo volvió como antes, solo que ahora sus conversaciones eran como leves cuchicheos. No entendía que acababa de pasar, y porqué había esa tensión un primer día de clases, yo allí era como una sombra, todos hacían algo y yo observaba , aunque no tardé mucho en fijarme de nuevo en el pelirrojo, había algo en él que hacía que fuera inevitable mirarle. Con tal embobamiento encima cuando menos lo espero lo tengo frente a mi mirandome no con muy buena cara, cosa que no me agradó , así que quite la vista a lo que veo a Nathan acercarse y el otro chico tomó asiento justo delante de mis narices.
- Hey, ¿bien todo?.-me pregunta Nathan mientras de sienta de una vez por todas conmigo-.
- Eh.. Si. A todo esto, ¿quién es este chico?. -le digo en casi un susurro y señalándole-.
- Ese es Castiel, no te sorprendas mucho si se comporta como un imbécil o se pasa de borde él es así, mejor pasar de él.
- Entiendo, ¿te llevas bien con él?
- Para nada, pocos se llevan bien con Castiel.
Para nuestra sorpresa después de diez minutos de retraso , aparece el profesor y da por fin comienzo a la clase.
- Buenos días chicos, soy el Sr.Farrés, hoy está aquí con nosotros una alumna nueva, ven aquí señorita presentate para que te podamos conocer un poco mejor.
Todo iba bien hasta ahora, odio las presentaciones, con solo oir al el Sr. Farrés llamarme, mi estómago se revolvía , pero sin pensarlo me levanté, cuanto antes mejor.
- B-Buenos días... Mi nombre es Jade Frost, tengo dicisiete años, estoy aquí porque mis padres están trabajando en otra ciudad, y entonces tuve que mudarme para vivir con mi tía, me es un placer estar en esta clase, espero poder tratar con todos y ser una agradable y del gusto para vosotros -acabo la pequeña presentación con una sonrisa nerviosa-.
Desde allí pude ver una cara familiar que podría reconocer a kilometros, a traves del cristal de la puerta, era Ken, aunque es un buen chico me pareció de gran alivio no tenerlo en la misma aula, cuando me pispe de la situación, miré al profesor e inmediatamente reaccionó.
- Excelente, un gusto señorita puede sentarse, una vez hemos conocido a la señorita Frost daremos comienzo a la clase de historia.
Cuándo fuí de camino a mi sitio miré a aquel chico misterioso de mal carácter, Castiel, pero él ni siquiera se inmutó en la situación.
A las tres horas pasadas, tocó el timbre para poder ir al recreo, así que cojí mi comida, cuando menos lo espero pierdo a Nathan de vista ya que no estaba en su sitio, asi que salí sin él. No conocía a nadie y estaba sola así que empezé a buscar a ese chico del pelo rojo, pero no lo veía por ningún lado.
- Hola.-me tocan el hombro por la espalda-.
- Pegé un grito del susto-.¡Nathan! que susto joder.
- Lo siento no era mi intención asustarte, que haces aquí sola, ¿porqué no me has esperado?
- Pues pensé que te irías con tu grupo de amigos, nosé.
- Que idiota, solo fuí a cerrar la sala de delagados, aunque debería avisarte antes, ¿no?. -ríe -.
- Supongo. -empiezo a reír con él -.
Nathan y yo estabámos en un banco sentados cuándo apareció Castiel no muy contento y mis ojos como no, se le quedan mirando;
- Oye tú, Nathan, ya me estas dándo las llaves de la azotea -parecía muy enfadado.
- Vete ahora te busco, y te las daré.
- ¡Dámelas ya! -exige dando una patada a el banco dónde nos encontramos sentados-.
- Está bien toma, pero vete ya-le contesta Nathan temoroso-.
- Y tú, ¿que miras? -me dice Castiel mientras le quita las llaves de la mano a Nath-.
Castiel se aleja de nosotros y de segundo a otro mi cabeza de llena de dudas, en lo que mi boca empieza a soltar una pregunta tras otra;
- ¿Porqué te habla así?, ¿porqué viene exigiendo? y ¿porqué cojones quiere la llave de la azotea?.
- Me habla así porque no me quiere ni en pintura, exige porque no tiene otra manera de hablar o pedir las cosas y quiere ir a la azotea para fumar sin que los profesores le vean.
- ¿Y tú porqué cedes?. -pregunto molesta-.
- Bueno.. Por evitar problemas.. Y tal.
- Eres, idiota. ¿Entonces porque has venido tan serio?
- Ahora vengo. -me levanto y con paso seguro me dirigí a la azotea-.
Llegué hasta allí y la puerta estaba entre abierta, sin pensarlo entré, él se encontraba sentado pegado a la pared con las piernas cruzadas.
- ¿Qué haces tú aquí? -pregunta abriendo mucho los ojos.
- ¿Quién coño crees que eres para hablarle así a Nathan? -.respondo gritándole con otra pregunta-.
Castiel empieza a chistar para que me callase, pero yo no paraba de gritarle super enfadada, así que se levantó me puso de espaldas a él, y con una de las manos agarraba mis manos en mis espalda y con la otra me tapaba la boca a lo que a continuación me dice casi en susurro en el oído;
- Primero, te vas a relajar, luego te voy a soltar y tú no vas a gritar, vas a sentarte o a irte sin subir el tono de voz o sin abrir la puta boca sobre que subo aquí , ¿queda claro?.
Asentí con la cabeza y me soltó. Me quedé pasmads de pié y podía sentir que mi cara se ponía roja como un tomate, mientras tenía mis manos en la espalda podía sentir sus marcados abdominales bajo su camiseta, me era inevitable pensar que estaba tan cerca de él.
- Eres muy gruñona para lo enana que eres-dice en tono de medio burla-.
- Que gracioso.
- No te pongas así las bajitas son las mejores-guiña un ojo-.
- Déjate de gilipolleces, ¿porqué te comportas así con Nathan?
- No es de tu incumbencia -responde dándo la última calada a su cigarro-.
El timbre de regreso a clase comenzó a sonar así que le miré a sus llamativos ojos verdes y abrí la puerta. Bajé las escaleras cuando justo vi a Ken corriendo hacía mí;
- Jade, he terminado de inscribirme está mañana y entro ahora, ¿en que aula estás?.-dice felizmente-.
- Hola, Ken.-saludé con pesadez.- En aula B.
- Bien, estamos en la misma aula, vamos, no vayamos a llegar tarde.- estaba muy emocionado de estar conmigo.
- Guay, que bien.-añadí-Si, vamos
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TE ODIO TANTO, QUE TE AMO. (Fanfic Castiel)
Fanfiction¿ Nunca tuviste esa sensación de odiar a alguien, pero por dentro sabes que no es asi ? Si alguna vez tuviste esa sensación, no dudes en leer está apasionante historia..