•D O S•

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Despierto extrañamente sin haber tenido pesadillas y sin que sea de madrugada

Volteo a ver el reloj que esta en la mesita de noche y son las 8:30 am. Aunque no es la hora habitual de despertarme, si es temprano.

Me paro de la cama y camino tomando una toalla y encerrándome en este.

Me doy un baño de agua helada para despertarme, sin embargo momentos después me arrepiento de la mala decisión: hace mucho frio.

Cuando terminó me envuelvo solo en la toalla y salgo del baño.

Rápidamente me pongo mis bragas y mi sujetador y busco mi ropa. Me visto con una blusa blanca con botones, pantalones de mezclilla, mis típicas botas de piel negras y un sweater blanco liso que compré hace muchos años ( incluso antes de mis juegos) en el mercado del 9.

Salgo de mi cuarto y veo el reloj del pasillo y son las 9:30 , bastante temprano aún.
¡Vaya! si que soy rápida por las mañanas
Camino hasta el cuarto donde duerme Johanna y entro sigilosamente.
Me tiro en su cama para que despierte, pero al contrario, solo rebota y un gruñido sale por su boca.

La empiezo a mover, pero ni siquiera se mueve, Johanna si que tiene el sueño pesado. _

Creo que tomare una medida mas drástica: cosquillas.

Le empiezo a hacer cosquillas y efectivamente funcionan, empezó a removerse en la cama y a tirar patadas.

-Ya...ya... de...déjame - decía ella riéndose.

Yo seguía haciéndole cosquillas hasta que se paro y se sentó en la cama.

-¡Ya dejame! por todos los santos- dijo ella alejándose de mi, finjiéndose enojada, pero claramente se le notaba la gracia de la broma en la cara

-Lo siento, es que no despertabas, y no pensaba dejarte dormir todo el día- digo, sentándome a su lado.

-Ok ya desperté, me iré a bañar, no tardo, y no molestes- dijo ella riendose y tirando la cabeza hacia atras y encerrándose en el baño de su habitación. 

Baje hasta la cocina y me dedique a empezar el almuerzo.

*******

30 minutos después la mesa estaba servida con 2 platos con huevos revueltos y tocino, una cesta con pan caliente y y vasos con zumo de naranja.

Unos minutos más tarde baja Johanna vestida con unos jeans blancos, un suéter azul marino en V y unos zapatos a juego con su short.

Posteriormente nos sentamos a la mesa y comenzamos a platicar.

-Creo que ya es tiempo de que vaya a buscar a Finnick. Me acompañarías  ¿por favor?, Ailann- dijo, ella haciendo una cara tiernisima, cosas que no se le dan, supongo que tuvo que hacer un gran esfuerzo.

-¡No! no creas que esa carita me convence de acompañarte a buscar a ese imbécil- dije yo para después darle un trago al café.

-Anda, tú solo acompañame, no tienes que hablarle.
Además no conozco el distrito 9 y si me pierdo y los perros salvajes me comen será tu culpa- dijo haciéndose la ofendida.

-Uno: tu serias capaz de matar a 10 perros salvajes sin necesidad de que alguien te ayude y con una mano atada a la cabeza y dos: en el 9 no hay perros salvajes- dije yo irónicamente.

-¡Ah! eres demasiado difícil, tú solo ve conmigo ¿si?- dijo ella otra vez con la misma ya sin el gesto tierno, en cambio lo reemplazó uno exasperado.

-¡Arg!está bien, vamos, pero si me insulta te juro que voy y busco unos perros salvajes al 12 para que se lo coman. ¿Ok?- acepté solo para que me dejara en paz. Si hubiese dicho que no me habría sacado eso como escusa casi para cualquier cosa

-¡Si! te prometo que si te dice algo yo misma busco a esos mutos. ¡Gracias!- dijo ella parándose con los brazos en alto en signo de victoria. Le gustaba ganar.
Me encantaría que en verdad los buscará y los encerrara con Finnick.
Omitiendo sus palabras de ayer, el seguía siendo una persona arrogante y desagradable a mi parecer, y que aunque tuviera razón, no me convertía a mi en antagonista.

Recogimos, lavamos los platos nos alistamos y salimos.

*****

Empezamos a recorrer todo el nueve, el mercado, la zona de fabricas en la cual estaba mas que segura que no estaría, pero Johanna insistió en que fuéramos.
Tal vez el muchacho fuera muy trabajador. No es que lo creyera.

También fuimos a la plaza del distrito, pero solo logramos estancarnos en un grupo de personas que llenaban el lugar.

-Ok, ya buscamos por todo el distrito y no aparece. Tal vez ya regreso al 7, ¿no crees?- pregunte a Johanna, con esperanza en la cabeza de que así fuera y me dejara pasar tiempo valioso y tranquilo con mi amiga, al menos antes de los futuros y cercanos juegos.

-Probablemente, si el fuera así. Jamás se iría sin avisarme.- enucia con tono confundido.

Estábamos entrando a la aldea de lo vencedores, después de haberlo buscado por todo el lugar. Mi casa era de las ultimas en la aldea.
De pronto, en la penúltima casa, en la cual se supone no vive nadie sale una racha de humo por la chimenea.
Bueno, eso si que es sospechoso.

-Johanna, ¿si ves esa casa?- dije apuntándole exactamente a una casa verde claro.

-Sí, no soy ciega, amiga ¿por qué lo dices?- pregunto ella voltean hacia mi.

-Ahí no vive nadie- le digo con ironía y sorpresa

-¿Crees que este ahí?

-Tal vez... vayamos a ver.- digo caminando junto a Johanna rumbo a la casa- ese tipo me las pagara por haberme hecho perder todo el día buscándole.

Llegamos a la casa y nos paramos frente a la puerta.

-Toca tu- dijo Johanna

-¿Y por que yo?- dije viéndola

-Anda toca- dijo dándome un codazo

-Esta bien ¡tocaré yo!- dije yo acercándome mas- gallina- mascullo.

Toque varias veces a la puerta pero nada, nadie abría. Unos minutos después de oyeron pasos dirigirse a la puerta.

¿Sera él? La sola idea me ponía nerviosa, ¿la razón? No la sé.
Tal vez solo temiera otra pelea y el hecho de incomodar a Johanna.
¿Cierto?

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Gracias por leer
A.B.S

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⏰ Última actualización: Aug 16, 2017 ⏰

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Mi Hermoso Secreto •Finnick Odair•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora