Capítulo 3

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Podía sentir como su cabeza le dolía, como sus extremidades parecían pesarle y dolerle cuando intentaba moverlas, además del hecho parecía sufrir mucho más calor del que se podía percibir en el ambiente, ¿O solo eran imaginaciones suyas? ¿Acaso no era prácticamente pleno invierno ahí? Bueno, realmente no importaba, se encontraba segura de que todo podría pasar tan pronto se pudiera dar una ducha, tras decidir eso procedió a voltearse en dirección a su velador, mas antes de que pudiera levantarse, un brazo rodeo su cintura buscando atraerla al cuerpo adverso, con el cual compartía aquella cama desde hace ya algún tiempo. —Yvana, suelta, hay que ir a trabajar—

Emitiendo un quejido, parecía no agradarle la idea. —No—La susodicha le acerco más a sí misma, en un abrazo más apretado. —Me estoy muriendo, i need you, babePronunciando tales palabras un poco más nasal de lo que acostumbraba, parecía estar igualmente enferma.

No te mueres, tonta, ya suelta—

Es verdad, me siento horrible—Quejándose, de la manera más lastimera que pudiera.

Yo también me siento así, y no me quejo—

Hmn, entonces, quedémonos, ¿Sí?— Frotando su cabeza contra la espalda de su pareja, tal como un gato hubiera hecho en busca de atención y afecto de su dueño.

No, sabes que es importante que me reúna hoy con mi cliente—

Y tú sabes que puedes llamarle y explicarle la situación para postergar la cita, ¿No?—

Sí, lo sé, pero le prometí que la ayudaría con su caso pasara lo que pasara—Su cliente de alguna forma habría logrado tocar una fibra sensible de su ser, a pesar de que desconocía por completo si todo lo que le había contado era lo que en realidad hubiera sucedido, su historia le había convencido. La mujer, que le habría contratado, buscaba recibir un trato justo posterior la separación con su esposa, quien simplemente le hubiera echado de la casa para dejarle a su suerte con el perro, deseaba un trato justo, y ella como su abogada intentaría ayudarla a que lo consiguiera o al menos que ambas partes pudieran llegar a un acuerdo sin problemas.

Y aquel día habría sido el acordado para organizar todo el asunto, no quería decepcionarle al faltar por, a su pensar, un simple malestar.

Pero Belle, no prometas esas cosas—

¿Oh? Entonces, tampoco voy a cumplir la promesa de estar contigo hasta que la muerte nos separe—Pronuncio, más que nada bromeando y a la vez tratando de hacer que se distrajera con el comentario y le permitiera escapar de aquella trampa, que eran sus brazos.

Oye, eso es una cosa, lo otro es otra cosa—Apretando un tanto más el agarre que poseía sobre ella, había logrado el efecto contrario, demonios. Debería de recurrir a algo más efectivo. —Además, no te atrevas a jugar con el corazón de una enferma, si me muero a causa de eso será tu culpa—

La peli azul se volteo para poder el rosto de su compañera de vida. —Lo lamento, no quería hacerlo, ¿Me perdonas, mi querida, Yvana?—Posando una mano sobre una mejilla del rostro adverso. Esto definitivamente no iba a fallar.

Uh, sí, no te preocupes solo está exagerando un poco—

¿En verdad?—Acercando su rostro al de la rubia hasta escasos centímetros, como si fuera a besarle, pero no. —Sé que también estoy enferma, no obstante, ¿Crees que te sentirías mejor con un beso?—Hubo un leve asentimiento por parte de Yvana, antes de que ella terminara por acercarse y juntar ambos labios.

Take CareDonde viven las historias. Descúbrelo ahora