Primeros fragmentos.

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Soledad.

Bonita compañía la que tengo en las noches, siempre está para mí, cuando el día acaba, cuando todos van a descansar de sus máscaras y son quienes son en realidad; que bonita compañía me hace la soledad.

Siempre está atenta de mí, nunca se olvida de llegar en el momento exacto en cual me encuentro solo, y es ahí cuando la soledad me acompaña. Me gustaría que me acompañara siempre, es más amigable que las personas que me rodean, sobre todo, es más cariñosa que quien me jura amor eterno, ya que ella aun así mirándome a los ojos, puede mentirme sin ningún remordimiento (ojalá pudiese ser así de cínico) pero por otra parte me alegra no serlo.

Bendita soledad que me acompaña cada noche, amada soledad que me ama sin juzgarme. Soledad, sólo te pido que no te vayas lejos de mí.

Amor.

Amor el que tú me das querida mía, si eres mi amor, más vale que no me mientas a los ojos. Son tus ojos los que me roban el alma, son tus ojos los que me controlan pero tan sólo le pido a tus ojos, querida mía, que no me mientan mientras los veo.

Debo confesarte amor mío, que una de muchas tardes soleadas que pasé contigo, una tarde particular por cierto, ya que por un instante las nubes taparon el sol y fue en ese momento de sombras en el cual te hice una pregunta viendo a tus ojos, me devolviste la mirada y me mentiste, tratando de ocultar tu mentira; pero las nubes te delataron y fue en ese momento cuando me di cuenta que tus ojos siempre me mintieron.

Santos pecadores.

Benditos sean los amantes que mienten para consumar vuestro amor, benditas mentiras tan llenas de verdad sobre el amor que ocultan. Amantes ocultos que saben mentir, siempre serán santos por su amor y pecadores por ocultar la pureza de sus sentimientos...

Confusiones.

Una tarde decidí pedir un beso, esa tarde, la picardía inocente que siempre he ocultado decidió aparecer para jugar a la confusión. Mi picardía jugaba con mi compañera, al igual que jugaba conmigo, la duda se sembraba en los dos para desenmascarar sentimientos que habían pedido nacer desde hace un tiempo atrás, tal vez no eran sentimientos, tal vez sólo eran instintos queriendo ser satisfechos.

La duda crece más, creciendo a tal punto de ser abismo entre el sí o el no, el abismo en el que caigo con mi compañera, seguramente está preparando una dulce muerte para los dos. A veces las confusiones nacen de lo que no se debe dar, de lo que debe detenerse, de lo prohibido; pero así somos los humanos, nos da más satisfacción escuchar un no, así tentamos a la suerte de que la respuesta sea un sí, porque al final, sólo buscamos lo más complicado para luego aburrirnos y dejarlo de lado.

Amor eterno.

La intensidad de los sentimientos puede destruir lo más bello que llegan a construir dos enamorados, dos egos necesitan espacio y tiempo para dejar de lastimarse entre sí, dichosos aquellos que llegan a juntar egos para que sea uno mutuo. Sólo la eternidad sabe cuándo juntar a los enamorados.

En donde muere un amor eterno, se forman jardines de rosas y cartas que algún día surgieron de una bella coincidencia...

Seis cuerdas.

De niño recuerdo alguna vez haber pasado por la plaza del casco histórico de la ciudad en donde crecí, ese día me encontré con un señor que tocaba un instrumento de seis cuerdas, era melancólica la canción, me senté a su lado para escuchar su triste canto mientras observaba cómo el pequeño público sentía cada estribillo de la canción. Al terminar, todos aplaudían, algunas mujeres lloraban como si la letra fuese para ellas.

Le pregunté al intérprete por qué lloraban las mujeres, y él me respondió "una guitarra puede calmar cualquier sentimiento, pero también puede manifestarlos".

Silencio.

Con el paso del tiempo te das cuenta de que el silencio habla más que cualquier orador. El silencio es la respuesta para aquellas preguntas que creíamos sin respuesta, cuando aprendas a interpretar los silencios empezarás a escuchar más y hablar menos.

Plural y singular.

Querer pensar en plural pensando en singular puede llegar a destruir a cualquiera, a veces queremos que algo se nos dé a la perfección, cuando en realidad nos estamos olvidando de nosotros mismos. Buscamos un sueño con tanta vehemencia y locura que terminamos estrangulando al soñador.

Olvido.

El olvido es el entierro de los vivos, empezar a olvidarte de alguien es empezar a cavar su tumba, no es fácil ver tan lleno de vida un cuerpo y alma que valoras, pero al final cuando ya sólo queda arrojar el cuerpo y sepultarlo, es cuando te das cuenta que el dolor empieza a desaparecer lentamente.

Renacer.

La guerra y el amor tienen algo en común que las hace tan particulares, por donde pasan quedan ruinas. La guerra es intencional para conseguir el dominio de un pueblo que queda bajo los escombros ocasionados por el opresor. Por otra parte el amor es inocente, se manifiesta cuando menos lo esperamos y con el paso del tiempo crecen los sentimientos hasta llegar al punto en el que todo se derrumba, dejando roto a quien dio todo. Quien destruye no queda afectado, quien es vencido siempre tendrá un renacer inesperado.

Confesión.

Las palabras juegan un papel fundamental para el éxito de nuestros sueños. Saber decir las palabras pueden llevarte a la cima o al fondo del abismo, una vez que sientas que debas hablar, piénsalo dos veces, la primera para saber, estar seguro de lo que dirás y la segunda vez que lo pienses, recuerda que una confesión se dedica una sola vez en la vida, y hay personas que simplemente no son dignas de dedicarles tiempo.

Abismos.

Llevo un buen tiempo cayendo sin ver el fondo de las decisiones que tomo, me he engañado a mí mismo o tal vez sea el delirio por ver el fin de la caída, creo que cuando vas a tocar fondo sólo caes y caes sin tener señales de que estás a punto de impactar contra el suelo, sólo tienes que cerrar los ojos ante esa caída interminable y esperar el golpe. Tal vez la única manera de salvarte de la caída sea lastimar sin ser lastimado.

Señales.

El camino que busques emprender como aventurero siempre tendrá símbolos y figuras ocultas que se manifiestan de maneras particulares de cada una, sólo con el tiempo que transcurrimos en nuestro camino es que empezamos a entender los mensajes de esos símbolos que buscan iluminarnos. Cuando aprendas a captar estos mensajes, no los ignores porque serán muy útiles y entenderás por qué se manifiestan aun cuando creamos que no están en lo correcto.

Con el tiempo he aprendido a interpretar estas señales, el único problema es ser testarudo e ignorarlas.

Esculpir una obra de arte.

El ser humano es un artista nato, está en su naturaleza moldear y crear a partir de su imaginación. Hay quienes descubren esta habilidad y hay personas que simplemente no lo hacen. La mayor obra de arte que un ser humano puede esculpir es el cuerpo y el carácter, el truco está en tener paciencia y tomarse el tiempo para trabajar con el cincel y el martillo para dar forma a lo que nuestra alma quiere reflejar hacia nosotros mismos y a los demás, es la búsqueda por encontrar a quienes somos en realidad.

Fragmentos de medianoche.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora