6.Piano

662 66 15
                                    

Caminaba por el pasillo del salón, hace tan solo unos minutos había dado el "Si". Ahora estaba felizmente casado, pero eso no cambiaba el hecho de que estaba cansado de la música fuerte y de bailar con los invitados en un festejo de su alegría. Sus pasos era un tanto torpes, seguramente aquel vaso de más no debió tomarlo. El pie derecho le pedía permiso al izquierdo para poder avanzar, la gravedad del planeta se aumentaba y su cuerpo quería caer contra el suelo, abrió sus ojos y entro a una habitación donde un cartel decía "Jeno-ah no entres hasta que te diga" leyó otra vez el letrero y se rió, nadie sabría si entro antes a ese lugar. La lista de personas quienes podrían escribir aquello era corta, solo las personas cercanas a él lo llamaban de tal manera. Abrió la puerta lentamente, no quería que la persona estuviera dentro y lo descubriera.

Un piano, brillante, con su propia luz, se notaba que era viejo y lo habían restaurado regresando su historia, como si el tiempo no hubiera pasado nunca. Camino hasta el, con nostalgia y una lágrima en su mejilla, podía reconocer a aquel piano en donde fuera. Sus dedos lo acariciaron como si fuera hecho de cristal y con un solo roce se pudiera romper. ¿Qué hace el piano en este lugar? Una voz lo saco de sus pensamientos.

-Jeno, estás aquí- No se movió del sitio, tan solo levantó su mirada para verificar de quién era aquella voz. Donghyuk estaba igual, o peor que el. Seguramente ni se habrá dado cuenta de donde estaban. -¡Oh! ¿No es el piano de la secundaria?- y así era. Jeno asintió y volvió a llevar sus dedos por las teclas del mismo. Cerro sus ojos y recordó la primera vez que lo vio en la sala de prácticas, en su sala de prácticas.

«Mis pies se movían por aquel pasillo que ya me conocía de memoria, las clases del día habían terminado y era hora de que los alumnos asistieran a los club que les ofrecía aquella institución. Seguido con los pasos y risas atrás míos me dirigía hasta la sala de prácticas, el lugar donde el universo se perdía y me volvía uno con la música, donde podía sudar si preocuparme de nada. Escuchaba las bromas de las personas detrás mío y volví a reír por sus ocurrencias, cuando una melodía llegó a nuestros oídos, parando nuestro andar y mirarnos curiosos. Solo se escuchaba esa música lenta y melodiosa, atrayente y calmada. Tarde en reaccionar hasta que alguien cerca mío susurro "piano", fue cuando me di cuenta que aquella música provenía del instrumento clásico.

—Donghyuk volvió a poner su música por los parlantes— Todos rieron, conociendo los gustos musicales del chico y su obsesión por las baladas.

—No seas idiota, yo estoy atrás tuyo— Recibí un golpe "amistoso" en mi nuca, era la única persona que se atrevía a tocarme. Una voz molesta y bastante conocida empezó a sonar, alguien estaba cantando y por las miradas que me dirigieron supuse que todos pensaron como yo.

—Jaemin— Llamé al chico que miraba a la nada perdido en su mundo, al escuchar mi voz salir de aquella manera, salto en su lugar y sus ojos me miraron con terror.

—Pensé que estaba bromeando- Susurro para el mismo— Jeno, te lo diré. Pero prométeme que no te enojaras conmigo— Levante una ceja con duda, debía ser algo grande para que me pudiera aquello.

—No me enojarme contigo— Suspiró.

—En mi clase de inglés hay un chico que toca el piano, se lo comenté a Renjun y este iba a invitarlo a participar con él en el festival— Acelere mis pasos hasta la sala de prácticas, debía comprobar con mis propios ojos que mis sospechas no eran ciertas.

Dentro de mi preciada sala de prácticas, había un dichoso piano negro en una esquina con un chico que tocaba las notas de manera sencilla, lo hacía parecer tan fácil, tenía elegancia y trataba a las teclas como si fueran lo más débil en el mundo. Renjun tenía una gran voz, no me sorprendía que acompañará al instrumento con calidez y armonía. Si no fuera por mí enojo, aquello era casi perfecto y hermoso.

Markno WorldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora