Nunca he considerado que fuera una niña normal, mi madre trabaja en el mundo de la moda y ella siempre me arreglaba para cualquier ocasión, así que siempre he sido la niña que vestía raro. Nunca le he dado importancia a eso porque la verdad es que ya no me importa, pero los comentarios de los demás niños me afectaban, además sufría de sobrepeso y eso no ayudaba mucho. Tenia amigos, pero éramos el típico grupo de niños y niñas raritos, pero siempre lo pasábamos bien.
Siempre se metían con nosotros por ser raros y diferentes, recibíamos muchas ostias por ello. Uno de mis amigos, el cual es gay, era el que más recibía, pero él nunca mostraba debilidad, se dejaba pegar y luego volvía con una sonrisa mas grande de la que tenia antes y te hacia reír para que olvidaras lo mierda que era la gente con nosotros, siempre le estaré agradecida por ello.
El único apoyo que había tenido siempre fue el de mi abuela paterna, ella es la persona a la que mas quiero en el mundo, siempre la he considerado mi madre porque prácticamente me crio, fue quien más pañales me cambio y quien siempre estaba cuando yo estaba enferma, es triste que tu madre no sea es persona, lo sé. Bueno, mi abuela fue la única persona que me apoyo, pero también tuve el apoyo de los animales; siempre he tenido la suerte de que en mi casa somos unos grandes fans de los animales y siempre hemos tenido perro, así que ellos eran mi otro gran apoyo.
Cuando tenia 7 años, murió el perro que teníamos en ese momento, Rock, siempre lo recordare como el glotón porque siempre se comía lo que había en el suelo, fuera lo que fuera, y ese fue el gran motivo de su muerte, se comió unas medias y estas se le atascaron en el estómago. El caso es que un mes después cogimos al mejor perro que hemos tenido, una preciosa Border Collie Blue Merle que se llamaba Cora; la adoptamos por internet y la enviaron por una empresa de correos, me salte clase para acompañar a mis padres a recogerla. Cuando la vi era tan pequeñita y frágil, tenia 4 meses, y en ese momento se instaló en mi corazón. Pasaban los días y no dejaba de mirarla porque no creía lo preciosa que era, a día de hoy se me sus manchas de memoria, pero ojalá la hubiera observado más.
Por mi sobrepeso y la obsesión de mi madre para que siempre me viera bien, ella me apunto a miles de extraescolares para adelgazar: natación, patinaje, taekwondo... Pero no consiguió que adelgazará y ella no sabia porque, el porque era que yo siempre había estado a dieta, y todos los días comía en casa de mi abuela, y claro ella siempre me ha querido como soy, y como siempre ha querido mi felicidad por encima de todo, pues no cumplía con la dieta y siempre me daba de comer lo que quisiera.
A todo lo que acabo de contar lo llamo "la etapa de la inocencia" pero lamentablemente me duró poco, porque después de esto fue cuando me rompí gracias a él, y ni siquiera mi abuela, ni ningún animal ha podido arreglarme.
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El frío del destrozo
Ficção Adolescente¿No te ha pasado que alguna vez te sientes como perdido? ¿Como si no estuvieras en el sitio adecuado? A mí siempre. Toda la vida me he sentido así, y todo gracias a él y como consiguió que me perdiera a mí misma. Puede que esto parezca la introducci...