O N E

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    No sabía que hacer. No quería ir a su casa, no quería entrar ahí, demasiados sentimientos no muy bonitos se despertarían, no sabía qué hacer. Estaba sola.

"Confirmado. El día Viernes 24 de enero se encontraron los cuerpos de: Ava Brown, 8 años, Kelly Brown, 34 años, Robert Brown, 37 años, Paige Brown de 19 años y Charlie Brown de 23 años. La policía de Los Ángeles encontró a los Brown en la orilla de una playa, con sus cuerpos desnudos metidos en bolsas, la causa de muerte fueron disparos de bala calibre..."

  Las palabras del oficial resonaban en su cabeza. Por un lado se sentía con suerte, ya que fue la única de la familia que sobrevivió, pero por el otro deseaba haber muerto con ellos. Su familia, eran las únicas personas que la querían y tomaban en cuenta. Desde que terminó el colegio y su única amiga, Sadie Sink se mudó a Inglaterra para estudiar. Ahora se encontraba sola.

  Ya estaba atardeciendo y decidió ir a un parque cerca de su casa y pasar la noche ahí. No quería volver a su casa todavía.
  
   Se sentó en una de las bancas y las lágrimas comenzaron a salir. Pensó en Ava, era un ángel. Tan pequeña, tan buena, tenía toda su vida por delante. Pero a veces es así. La vida se lleva a las mejores personas y no sabemos porque. Ava era su ángel, que ahora la cuidaba desde el cielo.
   También pensó en sus papás. En cómo hacían lo posible para que ella estuviera bien, en como la cuidaban siempre.
   ¿Y ahora? ¿Ahora quien la cuidaría como sus padres? ¿Ahora quien le alegría los días como Ava? ¿Ahora, quién?

   Seco sus lágrimas con la manga del suéter y comenzó a caminar en dirección contraria a su casa.
   Hacía tiempo no pasaba por allí, así que se dedicaba a ver cada casa, cada buzón, cada jardín, los observaba detenidamente, la mayoría eran iguales pero en cada uno había algo que los diferenciaba.

  Entre aquellas lindas casas, una le llamó la atención. Esta era un poco más pequeña que las demás pero aún muy bonita. Estaba pintada de color celeste muy claro, la puerta era negra, el jardín tenía arreglos de flores muy bonitos.
   Se acercó para ver uno de ellos, pero se llevó una sorpresa, al ver que no solo se encontraba la bonita flor, si no que a su lado, había un cuerpo.
   Millie se asustó. Pensó en correr, pero decidió por alguna razón ver su tenía vida aún. Tomó su mano y empezó a verificar su pulso.
   Efectivamente, estaba con vida.
 
  Cuando soltó la mano del cuerpo, este reaccionó
–A-agua–
–¿Que..?– Millie susurró
–N-necesito agua–
   No sabía qué hacer, miró al chico y considero llevarlo a su casa de vuelta
–Tocare la puerta, tal vez tus padres estén aquí–
–N-no lo hagas, déjame m-morir, eso es lo que quieren–

   Lo pensó un poco. Podía simplemente dejarlo morir, pero sentía que no debía, sentía que debía ayudarlo.

–Te voy a llevar a mi casa–
Dijo. Y sin más pasó el brazo del chico al rededor de su cuello y lo tomó por la espalda, para que fuera más fácil caminar con él.

🐝

   Llegaron a la casa de la castaña, y Millie quería llorar.
   Esa sala, dónde hace unos días estaban todos hablando felizmente, ahora se encontraba vacía y sola.
   Cómo ella

   Dejó al chico en el sofá y corrió a la cocina en busca de un vaso de agua y una pastilla. Se veía un poco perdido.

–Disculpa... Te traje agua y una pastilla por si te sientes mal– Estaba lleno de lastimaduas, claro que se siente mal. Que inteligente Millie.
–Oh, sí, muchas gra-gracias–

   Dejó el agua sobre una mesita y fue al baño en busca de un botiquín.
  
    Cuando volvió, el de rulos estaba recostado en una esquina con sus ojos cerrados y tarareando una canción. 

    Millie se quedó observándolo unos segundos. Su pelo es lindo, pensó. La luz del techo iluminaba su rostro y resaltaba sus pecas. Muy lindo.

    –Oye, tengo un botiquín, para, ya sabes, curar las heridas y..–
   –¿Cómo te llamas?– la interrumpió
   –Soy Millie, Millie Bobby Brown– dijo con una pequeña sonrisa– ¿Y, cuál es el tuyo?–
   –Finn Wolfhard... Creo– intento devolverle la sonrisa a la castaña.

   Millie se acercó, dejó el botiquín a un lado de la mesa, y se sentó con cuidado a un lado del chico.

   –¿Finn?–
   –¿Sí?–
   –¿Que te pasó?– pregunto un tanto nerviosa, mientras empapaba un pedazo de algodón en alcohol.
  
    Finn se quedó en silencio. Ni siquiera el sabía que habia pasado. Comenzó a reunir los recuerdos que tenía de algunas horas atrás.

    –Perdón si te incomode, Finn, no quería meterme en algo personal– dijo apenada
    –No Millie, mereces saber al menos que me pasó, me trajiste a tu casa siendo un completo extraño– dijo mirando a la chica quien estaba intentado abrir una cinta. –Lo que me pasó– suspiró– la verdad no estoy seguro. Mis padres discutían sobre mí como siempre, y yo salí a mí balcón, estaba observando la luna cuando sentí unas manos en mi espalda –las lágrimas comenzaban a brotar– y de pronto todo se volvió negro. Cuando desperté tú estabas viendo mi jardín y ya sabes el resto– miró otra vez a Millie, ahora ella también lo veía. En sus ojos se veía pena, y de los de Finn brotaban lágrimas.

   –Y-yo, lo siento Finn– dijo agachando la mirada
   –No Millie, todo bien– sonrió–Gracias por traerme a tu casa. Sin ti creo que hubiera muerto–
   –De nada– le devolvió la sonrisa.

    Millie miró la pierna de Finn, y acercó lentamente el algodón a su rodilla, dónde se encontraba la herida.
    Dió pequeños toques hasta parar la sangre y vendó la zona afectada.
    Así, siguió con todas las partes que se encontraban lastimadas. Manos, codos, una pequeña herida en el pie y otra en el hombro.
    Mientras la chica hacía lo mejor que podía para curar al de pecas, este solo la observaba con los ojos entrecerrados. Ninguno decía nada, estaban en un cómodo silencio.

   Iba a seguir con su rostro, cuando Finn rompió ese silencio.

   –Millie, ¿puedo preguntar algo?–
   –Claro, Finn– le dio una pequeña sonrisa, dejó el algodón en la mesita y se acomodó para escuchar al de rulos.

   –¿Dónde están tus padres? Se supone que a esta hora todos cenan y...–
   –Ellos murieron Finn– dijo, con tristeza en su voz– Hace tres días, llegue de comprar un regalo a Ava, porque fue su cumpleaños.–las lágrimas comenzaban a apoderarse de los ojos dela británica– entre a la ca-sa comencé a lla-llamarlos y nadie respondía. Encontré una nota que era la de un asesino con datos de como y porque los mato y-y yo– Millie no pudo continuar. El llanto se apoderó de ella.
    Cubrió su rostro con sus manos e intento calmarse, pero simplemente no podía.
   
    Finn sufrió toda su vida, y por eso nunca soporto ver a alguien llorar. No permitía que alguien sufriera como él. Ahora tampoco lo permitiría, y menos a alguien tan linda como Millie.
    Decidido, rodeo a la castaña en sus brazos. Apoyó la cabeza de ella en su pecho, y comenzó a acariciar su espalda haciendo que está se calme.

    Millie se sintió protegida por Finn.

  Estuvieron así por un tiempo, hasta que los dos cayeron en un profundo sueño.

  Vaya forma de conocer a alguien.

   
🐝

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⏰ Última actualización: Jan 30, 2018 ⏰

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Sunrise ;; fillieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora