Corrió lo más que pudo, pero el oxígeno se agotaba a gran velocidad y el humo se hacía más denso.
Comenzó a arrastrar los pies con pesar mientras tosía, y su vista se nublaba cada vez más.
− ¡Corre! –oyó gritarle su padre desde la puerta. No lo veía a causa de la gran cantidad de fuego que había alrededor, pero si podía oírlo− ¿¡Te quieres morir aquí acaso!? ¡Adelante, Venus!
"No..." pensó ella.
Caminó como pudo agachada por entre el fuego, que ya varias veces amenazó con quemarla viva mientras seguía la dirección de donde provenía la voz de su padre.
Trató de seguir su camino hacia la salida y, en una zona de la casa donde el fuego era algo más bajo, Venus se levantó un poco para tratar de vislumbrar qué tan lejos estaba la salida de ella.
Y si, aún le quedaba por cruzar la gran sala. Logró vislumbrar la silueta y el gesto preocupado de su padre, el cual cambió a uno de susto en el momento preciso en que una llama de fuego se prendió a su chaqueta.
Rápidamente él se la quitó y la tiró al interior de la casa.
Miró por unos segundos largos a Venus.
−No vale la pena perder dos vidas, ¿no crees? Te deseo suerte.
Venus logró soltar un ahogado "¿qué?" con el cual logró tan sólo tragar más humo, mientras veía levemente a su padre irse a lo lejos.
Se quedó parada estupefacta, sin importarle el fuego que se dispersaba a centímetros de ella. ¿Enserio su padre la había abandonado en medio del incendio, dejándola a su suerte?
Le faltó más aún el aire.
Para cuando se dio cuenta, unas tablas de madera en llamas se derrumbaron desde una planta más arriba y aterrizó en medio de toda su espalda.
Las rodillas le fallaron y cayó al piso, con su espalda incendiándose.
Se seguía ahogando mientras trataba de gritar.
"Sólo espero que mamá y Roger estén bien".
Luchó por levantarse del suelo con fuerza, pero el fuego sobre ella la quemaba con aterradora velocidad.
Quedó acostada retorciéndose de dolor mientras se quemaba durante un minuto entero.
Hasta que sintió una ligera brisa por sobre su cabeza, y dirigió la vista hacia ahí.
Quedó muda.
Había otra mujer tirada delante de ella.
Estaba en la misma posición que Venus: recostada, con las piernas flexionadas y mirándola.
Venus reparó en que la mujer estaba llorando. Pero, lo que le llamó aún más la atención, era que la mujer estaba recubierta por un halo blanco. Y que el cuerpo de ésta mujer estaba algo transparentado.
Parecía un fantasma, y tal vez lo era. Pero Venus no sintió miedo, como creyó que ocurriría si algún día veía de verdad. Todo lo contrario; se sintió un poco más calmada.
De pronto, logró pensar las cosas con más claridad.
"¿Estoy llegando al cielo? ¿En verdad existe?"
Venus sintió una punzada de dolor en el hombro extremadamente dolorosa a causa del fuego, tras lo que soltó un grito desesperado.
Creyó que la mujer/fantasma se espantaría. Pero no lo hizo.
Al contrario, sonrió a Venus y le estiró su mano transparente.
Ella, con bastante incertidumbre, le extendió su mano también hasta tocarla. Sintió su tacto; un tacto humano.
−¿Confías en ti? –le susurró la mujer a Venus.
−¿A qué te refieres? –trató de preguntarle, pero más que decir palabras, sólo logró toser.
−Que si confías en ti –-aclaró.
−Supongo, no sé...
−Confías en ti −su sonrisa se acrecentó tras las palabras de Venus.
De pronto, de las manos unidas de ambas comenzó a salir agua. Agua de verdad. Venus abrió mucho los ojos y quedó muda del asombro.
Litros y litros de agua comenzaron a expandirse por toda la sala y, poco a poco, el fuego se fue apagando, siendo reemplazado por esa agua.
Venus se paró tomada aún de la mano de la mujer, de cuya unión de ambas seguía surgiendo el agua.
La sala comenzó a inundarse rápidamente y, cuando ésta superó la altura de la chica, ésta comenzó a nadar hacia arriba.
Cuando salió del agua, soltó el aire y flotó mientras miraba hacia todos lados sin poder creerlo. Y, en cierto momento, comenzó a reírse a carcajadas, ya sea por nerviosismo o felicidad.
"Esto es increíble" pensó, maravillada, a pesar de no entender qué estaba ocurriendo. Volteó de nuevo la vista hacia donde las manos de la mujer y la suya permanecían unidas, solo para descubrir que la mujer ya no estaba allí.
Venus miró hacia todos lados para tratar de encontrarla, sin conseguir nada. La mujer desapareció como si nunca hubiese estado allí.
Pero al instante la chica reparó en otro detalle; el agua seguía surgiendo, pero ahora provenía de la palma de su propia mano.
Venus se asustó y cerró su mano, tras lo cual el agua dejó de salir y comenzó a escaparse por las ventanas, puertas y paredes destrozadas a causa del fuego hasta descender de nivel. Lo hizo cada vez más hasta dejar tan sólo una sala empapada con los muebles destrozados y a Venus totalmente empapada.
Apenas logró sentarse en el suelo, llevó sus manos hacia su espalda para analizarla. La habría de tener destrozada.
Pero, para su sorpresa no, no tenía la espalda quemada.
Levantó su blusa para analizar con detalle la piel y comenzó a acariciarla esperando encontrar algo; rasguños, arañazos, quemaduras, carne salida, lo que fuere. Pero no, no tenía nada de nada. Su piel se encontraba inmaculada, como si nunca hubiese sido pasada por el fuego. Sin embargo, su blusa si estaba destrozada, hecho que la hizo entrañar aún más: ¿qué se supone que había pasado?
Su cabeza andaba a mil por hora y los recuerdos le daban vueltas y vueltas mientras trataba de hallarle algún sentido a todo lo ocurrido: la mujer, el agua, las manos...
Nada tenía una explicación lógica en ese momento.
No fue hasta que escuchó desde fuera la sirena de bomberos acercándose y a su madre llamándola por su nombre que dejó salir el aire, cerró los ojos y se dejó caer desmayada.
ESTÁS LEYENDO
El Pasado de Aifutia
FantasyFirme, como la tierra. Cambiante, como el agua. Apasionada, como el fuego. Libre, como el aire. ________________________ Actualizaciones: todos los sábados.