Last War/Ultima guerra

Capitulo 11

En el camino de regreso, ninguno de los dos hablo demasiado, había pasado tanto en tan poco tiempo que ni siquiera estaban seguros de que todo eso fuera real. Axel odiaba a la milicia y Liz preferiría quedarse con su padre, pero no era cuestión de "querer" u "odiar" algo, era cuestión de que no tenían opción. Desde el principio se sabía que hubieron ciertos casos donde se usó la fuerza en las personas compatibles con el proyecto que se negaban a unirse a este debido a que se creía que todo lo sucedido fue culpa por algún experimento militar que provoco esta catástrofe. Pero luego todo eso cambio y el área militar paso a métodos más rastreros, con sobornos y extorsiones capaces de hacer a cualquiera hacer lo que no quiera. Pero pese a ello, a lo que sentían y lo que querían, ambos sabían que debían hacer eso, estando dentro del proyecto NENC ambos podrían tener lo más cercano a lo que muchos han querido: tener una vida normal, y sea como sea, eso serviría para ayudar a Rick cuando se recupere tomando en cuenta que no tendrá un lugar donde trabajar por un tiempo. Pero por sobre todo Axel tenía un presentimiento, uno que tenía que ver con esa leve sensación que aun recorría su cuerpo, esa extraña sensación que lo había ayudado a sobrevivir que ahora parecía una chispa dentro él.

Cuando llegaron a la casa de Liz, ambos se despidieron brevemente y con una sonrisa un tanto forzada. Liz cayó dormida el resto de la tarde y noche.

Axel, tras haber llegado a su casa y haberse dado una larga ducha, siendo cuidadoso con sus heridas, para aclarar sus pensamientos regreso al área militar para visitar a Rick e informarle de todo lo sucedido, si es que este estaba despierto. Por suerte lo estaba.

— No necesitas explicarme nada Axel, el general Parks ya lo hizo.— Dijo Rick en cama, con una bata idéntica a la que Axel había usado en la mañana y con una bolsa de sangre A+ colgándole a un lado la cual estaba conectada a su brazo. La respuesta fue inmediata tras que Axel dijera que tenía que decirle algo — Y pese a que no hay nada que podamos hacer, y el hecho de que tengan que combatir en una guerra, tengo la esperanza de que todo vaya a salir bien. — Suspiró — Quien sabe, con suerte la guerra termina antes de que ustedes tengan que unirse a ella — Dijo él casi seguro de que no sería así, pero pareciendo estarlo. La guerra no acabaría tan pronto, y eso estaba claro, pero en momentos así a veces es mejor imaginar lo mejor, lo imposible, pero lo mejor — A demás, creo que es lo mejor — Su tono cambio un poco, pero tal vez era debido a la anestesia que aun afectaba su cuerpo o a que ya lo había pensado bien — Tendrán educación, comida, un buen lugar donde descansar y podrán convivir con más personas de sus mismas edades — Dijo él sonriendo, de una manera extraña. Probablemente era la anestesia. — Y no te preocupes por Liz, la próxima vez que venga hablare con ella al respecto — Y pronto ese breve cambio de tono desapareció, y viéndolo a los ojos hablo con seriedad — Solo quiero pedirte una cosa. Por favor, cuida de Liz. Te la encargo, y de ser posible me gustaría que le hicieras compañía hasta que me recupere — Dijo con una sonrisa natural y ojos serios.

— Está bien — Dijo Axel sonriente. Algo parecía raro con él hace unos segundos y esa aceptación sin protestas con respecto al proyecto militar no era común en ningún padre de familia, ni siquiera Rick que por lo que había notado Axel en todo el tiempo que había estado con él y con Liz, pese a ser un tanto liberal solo lo era cuando sabía que era seguro para Liz y porque él estaba con ella. Pero fue algo que Axel olvido tras escuchar el favor que le pidió.

— Y si sucede algo más entre ustedes, tienes mi aprobación — Y eso fue algo, que Axel no comprendió pese a la sonrisa burlona de Rick, ni tuvo tiempo de comprender porque justo entro la enfermera con la cena de Rick y el aviso de que Axel ya se debía ir.

Axel paso parte de la noche caminando por los alrededores del refugio pese a que ya debería estar en su casa, lo cual no era un problema ya que muchos jóvenes ignoraban esta norma, y si te encontrabas con un militar que no te ignorara, solamente te reprendía diciendo que no era hora de andar por las calles, pero con la falta de sueño debido a haber dormido casi un día entero, o tal vez debido a los hechos del día, Axel no tenía mucho más que hacer. El resto de la noche Axel no pudo dormir tan bien. A la mañana siguiente no salió a correr o a desayunar fuera como hubiera hecho antes, solamente recibió una visita inesperada.