ℎ𝑢𝑖𝑡

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—Mucho gusto, soy Kim Taehyung y ahm soy de Gryffindor.—El gusto es mío, soy Jeon  Jungkook, de Slytherin—lo dijo con tantísimo orgullo y sin titubear, tenia ese chico aire de engreído y no se equivocaba, con tan solo verlo sabia que venia de una familia poderosa. Aunque no todo era malo, por fin supo de que casa era, aunque el chico le miraba bastante, y le ponía incómodo.—Les contaba Taehyung, que próximamente te ayudaré con tus estudios—¿Ah si?, ¿Qué materia?—interrumpió el pelinegro—Pociones.—Contestó Namjoon.
Jeon sonrió y habló con orgullo—Soy muy bueno en pociones, quizá pueda aportar algo, o ayudarte, claro si tú lo quieres.—¡Claro!—Contesto Taehyung que sentía a mil por hora su corazoncito, sin saber por qué—Bien Jeon, nos veremos mañana en la Sala de los Menesteres, ¿Te parece?—Si, si está bien.—Contesto y se fue.
Jeon prácticamente corrió a su cuarto, esquivando alumnos de primer grado en las escaleras. Se sentía agotado. Para ser exactos sentía que se le consumía el cerebro, y es que ese chico era atractivo, sin embargo él pensaba que no correcto la relación de un chico y un chico, ¿verdad?—Apenas conozco ese chico y ya estoy pensando en relaciones, por Merlin que me pasa.—Creo que prácticamente estoy pensando incoherencias, ya era tarde y sentía la necesidad de dormir como por días seguidos, había llegado de la nada así que decidió cerrar sus ojitos y dormir.

—(♡)

Él castaño corría por los pasillos como si de ello dependiera su vida, sentía que mil cosas le pasaban por la cabeza que su cerebro no alcanzaba a diferenciar.
Llegó a su sala común pasando el retrato y se sentó y suspiró muy grande—Por Merlin que me pasaba—Y es que se arrepentía totalmente de lo que acababa de hacer, Taehyung había buscado a ese chico muchos días, y ahora mañana se verían para estudiar—De verdad que algo está mal conmigo.
Tenía muchísima hambre, pero aún no era tiempo de la cena por lo que decidió estudiar algo de pociones, no quería quedar como alumno de primer año mañana y era totalmente lo contrario.

—(♡)

—¡Jeon! ¡Jeon! ¡Jeon!—Merlin.. por qué ahora, alguien me me ayude por favor, como es que se escuchan su maldita voz hasta mi cuarto, no le pueden tapar la boca, ¡Dios! esa mujer.—Jeon Jungkook, ábreme te estoy hablando—¿Qué acaso es idiota o qué?—Pensó el pelinegro—Debería de saber que esta prohibido el que pase a las habitaciones de chicos.
—¡Alohomora!—la chica entró y totalmente asustó a Jeon la insistencia de aquella chica, que le pasaba en la cabeza, ¿Se le cruzaron los cables o al vez ni cables tendrá?—¡Qué demonios Pansy! ¿Estás loca acaso?—exclamó, enojado.—No, y te hablaba para que ya vayamos a cenar, es hora.—Sonrío.
Jeon por primera vez tuvo ganas de embrujar a una chica—A ver si entendí.— suspiro—Entras a las habitaciones de los chicos, gritas como una loca desquiciada mi nombre, quitas la cerradura, me despiertas y me das un susto, solo por que es hora de cenar..¿Estoy en lo correcto?—Sí—contesto feliz la chica.
Jeon se levantó de su cama, respiró con tranquilidad y se acercó hasta la cara de la chica que comenzaba a intimidar—Escúchame bien, hay algo que se llama "dormir" y todos los malditos seres vivos lo necesitamos alguna vez en nuestra vida, si eres inteligente sabrás que es cierto así que, por favor cuando se te ocurra volver a gritar analiza en qué estado puedo estar, ¿bien? hazte a un lado—gruño y salió así, sin más de su habitación.

—Que pereza—bufó—Aunque  no me sorprendía que Pansy fuera así, siempre estuvo enamorada de él. Pero claramente jamás estaría con alguien tan simple como ella, su cerebro no producía materia gris, tal vez no si quiera sabe que es eso.—Entro al gran comedor recibiendo susurros de chicas, guiños y esas estupideces de ellas—Ignoro todo y se sentó en su lugar junto a Min que leía algo al parecer bastante interesante que ni se dio cuenta de su presencia. Justo antes de tomar comida, se escuchó una grandísima carcajada pero como si le hubieran puesto un megáfono, rápidamente supo que era de los Gryffindor, y sus ojos se posaron en aquel chico castaño, se reía como si mañana fuera a morir, ¿Qué le pasaba?—Rápidamente el castaño también lo miro, y su semblante pasó a uno serio, el pelinegro pensó que lo había incomodado, así que apartó su mirada y siguió cenando como si nada.

𝑎𝑚𝑜𝑟𝑡𝑒𝑛𝑡𝑖𝑎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora