CAPÍTULO 3: Esta vez no.

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Pero aquella vez Dante no se salió con la suya. Por una vez no consiguió lo que quería ya que una semana después de aquella clase de educación física Naoki encontró a Gala llorando, escondida en las escaleras traseras del instituto.

-¿G-gala? ¿Te encuentras bien? -se agachó sentándose junto a ella.

La chica negó con la cabeza y se cubrió la cara con las manos sonrojada.

-¿Qué te pasa? ¿Puedo ayudar? ¿Quieres hablar?

-No contigo -contestó ella apartándose un poco.

Naoki se quedó callado un segundo, mirando hacia el frente. No pensaba presionarla pero tampoco dejarla llorando sola en una escalera. Intentó inventar una solución rápido.

-¿Quieres que llame a otra persona? ¿Que te lleve a algún lado?

Ella le golpeó el hombro sintiéndose culpable, doblemente culpable.

-Nao ¿Sabes por qué siempre resultas herido?

-¿Porque tengo una sombra rubia con pecas que me hace la vida imposible?

-Porque eres demasiado bueno, Nao, por eso. Si te lo cuento seguro que dirás que ya me lo advertiste.

-Oh, esto es sobre Dante.

Ella asintió aunque no fuese necesario.

-Pensaba que por primera vez tendría una pareja para el baile de fin de curso -comenzó a decirle la chica- siempre he querido ir y pensé que por una vez... Pero no puedo esperar esas tres semanas. No puedo salir con él ni un sólo día más.

-¿Te ha hecho daño?

-No es eso...Al principio era amable y encantador pero cuando comenzamos a salir... intentó hacerme beber y fumar, decía que si no no podíamos divertirnos... Me asusté mucho, yo no puedo hacer algo así. ¡Tenían incluso drogas, Nao!

-¿Y te sorprende?

-¡Ya lo sé! Sabía que ibas a decir algo así. Hemos crecido hablando mal de él y viendo como otras chicas destrozaban sus vidas. Sólo pensé que yo podía ser especial y ya sé que ha sido estúpido por mi parte pensarlo así que no necesito que lo digas.

-No iba a decirlo, ya lo sabes.

Ella sonrió, conocía a su amigo demasiado bien.

-Pero lo estás pensando.

-¡No puedo controlar lo que se me viene a la cabeza, Gala! -le devolvió la sonrisa y toda la tensión desapareció. Por suerte ella había conseguido dejar de llorar en algún punto de la corta conversación.

-¿Puedo darte un abrazo? -preguntó la chica después de un momento.

-Siempre -contestó él mirando hacia sus propias manos entrelazadas frente a sus rodillas para no tener que hacer contacto visual.

Ella lo abrazó y apoyó la cabeza en su hombro cerrando los ojos, haciéndolo sonrojar un poco. A pesar de que él se había prometido a sí mismo olvidarla no podía evitar sentir algo aún.

-Lo siento, sé que todo esto te duele. Sabía que lo odiabas y que te estaba haciendo daño al salir con él...

-Habéis roto ¿No?

-Sí, acabo de hacerlo ¿Por qué lo preguntas? ¿Debería golpearte?

Él sonrió al ver que ella bromeaba.

-¿Crees que voy a pedirte salir ahora? Que Dante piense que es el centro del mundo vale pero de ti no me lo esperaba.

Ambos volvieron a reírse y ella lo soltó.

-Gracias, Nao.

Naoki sonrió y forzó las siguientes palabras, después de todo Gala le seguía gustando:

-Para eso están los amigos ¿No?

Ella lo abrazó una vez más, radiante, y se levantó mucho más aliviada.

-Nos vemos mañana en clase.

Él sonrió y la dejó marchar sorprendido de que ella hubiese olvidado todo el tema tan rápido. Una parte de sí le decía que querría haber conversado un rato más, pero por otro lado estaba orgulloso de haberla hecho feliz en tan poco tiempo. Se acarició el hombro donde gala había apoyado la cabeza.

-Esta vez no, Dante, esta vez no -dijo al aire como si pudiese restregárselo.

Y de hecho lo estaba haciendo, porque aunque no lo sabía, el chico rubio esperaba detrás de la puerta del instituto y había visto todo lo ocurrido. Apretó la mandíbula enfadado y se alejó golpeando un trozo de papel del suelo con el pie. Y con una de sus sonrisas perfectas su mente se iluminó, tenía una idea.

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⏰ Última actualización: Jan 16, 2018 ⏰

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