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Querido tú,

hoy has vuelto a venir a casa de mi primo y, una vez más, yo he estado allí, esperándote. Te has sentado a mi lado en el sofá y has pasado tu brazo alrededor de mi hombro.

He sentido un cosquilleo en mi estómago.

De esos que sientes cuando la caída libre se precipita al vacío. Esos cosquilleos que te hacen cerrar los ojos con fuerza, sintiéndote tan bien y disfrutando el momento.

Apoyé mi cabeza en tu hombro y tú me atrajiste hacia ti con más fuerza.

Me sentía como si fuéramos algo.

Qué pena que nunca lo vayamos a ser, ¿verdad?

Querido tú,Donde viven las historias. Descúbrelo ahora