4

14 1 0
                                    


Desconcierto



Me encuentro caminando hacia mi casa, después de haber tenido una pelea con Andrea acerca del porque no me dijo que conocía a casi todo el mundo y por dejarme sola como idiota y el claro hecho de que tenía mucho dinero y era de buena familia. No me importaría si no me hubiese dejado sola por irse con ellos y ni siquiera tener la decencia de invitarme aunque sea por educación porque obvio no iría. Ahora tenía que regresarme caminando sola a casa ya que me negué a que ella me trajera por más que insistió. Además tenía que pensar mucho y caminar el largo trayecto me ayudaría a estar sola y entablar una de esas conversaciones que hace mucho no tenía conmigo misma.

Y entonces esa era yo. Una chica que apenas hoy pudo sentirse hermosa, caminado sola y pensando en un beso que robó su aliento y que revolucionó sus hormonas como nunca antes había pasado. Una chica cuyos sentimientos se intensificaban por un chico que apenas la notaba y que hoy lo hizo solo porque un vestido y un maquillaje la hicieron ver bella. No sabía explicar cómo exactamente me sentía porque él me dejó ahí parada mientras que no sabía qué hacer y a donde ir. La chica con la que vine también me había dejado. Llegue a la conclusión de que no importa como vista o como me vea, si no dejo de ser tan estúpida e insegura las personas se irán sin importarles nada de lo que pueda pasar conmigo. Me lastimaran sin siquiera saber que lo han hecho y eso me deja saber que mi actitud es la que causa todo aquello y debo cambiarla pero el problema es que así soy y no sé cómo convencerme de ser otra persona.

Faltándome mitad del camino para llegar, mis pies adoloridos piden un descanso por lo que me siento en una banqueta y me quito los tacones que me atormentaban. Masajeo mis pies y levanto mi cabello en un moño alto para estar más cómoda (dentro de lo que cabe). Las luces de un carro que había visto ya en la fiesta me dejan ciega por un momento hasta que este mismo se detiene frente a mí dándome la vista al lado del conductor. Sergio algo ebrio con ojos rojos y cabello despeinado baja del auto y se sienta a lado mío. Me equivoque, él está muy ebrio.

-Necesitas que te lleve o llegaras en más de una hora Aidee.

-Mi consuelo es que pudiste pronunciar la oración completa, así que vamos.

Sonríe de lado y me toma por la cintura dirigiéndome hacia el lado del copiloto pero ese gesto no me ha gustado para nada e intento soltarme pero para mi sorpresa él no me lo permite y me aprieta más fuerte. Mi pulso se dispara y algo cercano al pánico me asalta cuando le pido en voz alta y neutra que me suelte y el sigue sin hacerlo. Lo empujo pero aun borracho es más fuerte que yo. Cuando estoy por repetir que me suelte, siento como otras manos toman de mi cintura fuertemente hasta que me arrebatan de sus brazos.

-Lárgate o te muelo a golpes imbécil- Y ahí estaba dispuesto a ponerle una paliza a su mejor amigo por mí, confundiendo mi intervención anterior y alterándome como ya antes lograba hacerlo con tan solo mirarlo.

Sergio subió a su auto no sin antes mirarme con odio y se marchó. No pude evitar sentirme culpable por su pelea. Me aliviaba saber que Adrián estaba cerca y me desconcertaba a la misma vez porque ya había recorrido muchas calles y eso significaba que...

-Te estaba siguiendo, ya no le des más vueltas porque si, así fue.

-Lo sabía pero no pensé que lo aceptarías.

-Seguro dejaría que tú caminaras sola con idiotas como Sergio rondando la ciudad—Me mira directo a los ojos— Y con ese vestido.

Y de nuevo sus ojos se posaron sobre mí pero esta vez empezando por mis piernas hasta llegar a mi rostro.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Jan 15, 2018 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Te regalo una FlorWhere stories live. Discover now