Vista

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Como la mayoría de las mañanas, Kou entró al departamento de Ume casi sin hacer ruido. Dejó su bolso en un sillón y el saco en el perchero, acomodó los zapatos desordenados de la entrada también.

Se propuso hacer el desayuno, como era la costumbre. Los días estaban cambiando al fresco del otoño, así que algo caliente estaría bien.

-A Ume le va a gustar. -se dijo en voz baja mientras preparaba tostados con queso y café bien caliente.

Cuando puso la mesa, pensó que sería mejor llevarle el desayuno a la cama, mas la hora no se lo permitiría. Suspiró y entró suavemente a la habitación de Ume.

Allí dormía profundamente, todo desordenado en su cama king size. Particularmente él estaba teniendo mucho trabajo, y Kou sabía que estaba bajando de peso. Aunque los motivos podían variar (Ume odia cocinar), el hecho de que estaba un par de kilos por debajo de su peso usual era cierto.

Le daba pena despertarlo. No roncaba, sólo movía su pecho rítmicamente.

-Ume... Ume... -dijo dos veces desde la puerta. No obtuvo respuesta.

Se acercó para moverlo un poco y así despertarlo, pero se detuvo para admirarlo. Su pelo revuelto, con signos de haberse acostado recién bañado, sus ojeras que contrastaban con la pálida piel, y la forma graciosa de su cuerpo en la cama lo tenían absorto. Se acercó para susurrarle en el oído alguna palabra mágica que lo despertara, pero Ume fue más rápido y lo atrajo hacia la cama, de sorpresa.

Kou gritó.

-Supongo que eso es un "buenos días".

-Buenos días...

-¿Sabés? Qué lindo es que vos seas lo primero que veo en la mañana.

Se quedaron mirándose, sonrientes.

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NOTAS DE LA AUTORA:

Saben, creo que más que una situación Umekota, plasmé algo que me gustaría hacer.

Sin embargo, conozco a la gente silenciosa como Ume, así que me tomé la libertad de hacerlo actuar de esa forma.

Gracias por leer hasta aquí.

Cinco sentidos - umekota drabbles -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora