La verdad nunca antes contada sobre la triste historia del sapo de Zelo

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—¡AAAAAHHHHHHH! ¿Qué mierda hace un sapo en la ducha?

Todos los que estaban en la sala vieron salir despavorido a Youngjae del baño. Luego, la mirada de todos de inmediato se posó sobre el más joven del grupo.

—¡Te dijimos que te deshicieras de esa cosa! —gritó Himchan.

—¡¡No es una cosa!! —Reclamó Zelo—. Es un ser vivo que siente y tiene tanto derecho a vivir como tú.

—Pero Junhongie —dijo apaciblemente Yongguk—, sabes que nuestro apartamento no es el mejor lugar para que viva. Debe estar en su hábitat.

—Lo sé hyung pero...

—¿De dónde rayos sacaste ese sapo, en primer lugar? —preguntó Daehyun, quien hasta ese momento lo único que había hecho era aprovechar la estupenda vista del torso y abdomen (un poco abultado, pero igualmente lindo) de Youngjae.

—Lo traje conmigo desde Mokpo.

—Niño —suspiró Himchan—, tienes que admitir que eso es algo muy, muy extraño.

—¿Qué tiene de extraño? ¡Es una gran mascota! No hace ruido, no tiene pulgas y es más, ¡se come los insectos!

—Sí hace ruido —se quejó de pronto Jongup con su delicada voz—. La otra noche no pude dormir porque no dejaba de croar en nuestra habitación.

Zelo pareció ofendido ante las palabras de su compañero de cuarto. Fijó su vista en él, como gritándole "¡Traidor!" con la mirada. Jongup sólo se alzó de hombros como una especie de disculpa.

—¡Lo ves! Hay que deshacerse de esa cosa —sentenció Himchan.

—¡Que no es una cosa! —chilló Zelo.

En ese momento el sapito se hizo presente en la habitación. Youngjae casi dejó caer su toalla ante el susto (cosa que Daehyun agradeció inmensamente, pues tuvo la oportunidad de ver un poquitín más de aquella piel), y cuando el sapo pasó a un lado de Himchan éste estuvo a punto de pisarlo. Zelo al ver lo que pretendía, de inmediato empujó a Himchan y lo hizo caer sobre el sofá para rescatar a su amada mascota y tenerla segura envuelta entre sus manos.

—¡Yah! ¿Cómo te atreves a empujar a tu hyung por un animalucho, eh?

—Himchan, tranquilo —susurró Yongguk.

—Aquí el animalucho parece ser otro... —murmuró Junhong de manera ininteligible.

—¿Qué dijiste mocoso?

—¡Nada!

Himchan se paró y fue hasta donde estaba Zelo. De inmediato Daehyun, Jongup y Youngjae también se acercaron hasta ellos en un vano intento de apaciguar las aguas.

—¿Por qué todos quieren que se vaya?

—Porque es asqueroso.

—¡No lo es, Daehyun hyung!

—Mira Junhong, cuando vivas solo ten un zoológico entero en tu casa si quieres. Pero aquí vivimos seis personas y como la mayoría no quiere a ese sapo aquí, debes obedecer —las palabras de Youngjae eran suaves, tratando de hacerlo entrar en razón.

—Pero... es mi amigo.

Lejos de parecerle tiernas, aquellas palabras provocaron que se esfume la poca paciencia que le quedaba a Himchan. ¿Cuantos años tenía mentalmente ese gigantón? ¿Cinco?

—Ese maldito sapo tiene que irse hoy mismo de aquí, sí o sí. ¿Me escuchaste?

—¡¡No lo se irá!!

La triste historia del sapo de Zelo. Y otros relatos...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora