El Vampiro y Yo

Mi vida con el Vampiro

Suelo ser muy tímida y desconfiada al principio de conocer a alguien, pero después de coger confianza no soy así.

Me llamo Ángeles y no llegaría a pensar que conocer a alguien como él, cambiaría mi vida. Todo ocurrió un día que no fui al instituto porqué tenía médico, pero parece que en ese día pasó algo muy interesante, por ello en la noche después de las clases mi amiga/hermana vino a verme y me contó lo ocurrido.

- ¡Ángeles, no sabes lo que te has perdido en el insti! - Dijo mi amiga toda entusiasmada. –

- ¿Qué pasa Blanca? - Le pregunté sorprendida de ver su entusiasmo- ¿Blanca dime que te hace tan feliz? - Sentía curiosidad y a la vez felicidad por ella. -

Blanca era mi mejor amiga todo por el hecho de como soy tímida, pero también por un pequeño hecho que no mencioné antes, soy un tanto rara o especial, avista de la gente, pero ella me acepta tal y como soy. Por eso me hace feliz que ella sea feliz por hacerme feliz a mí.

- ¡Pues verás hoy vino un chico nuevo a tu clase! - Me dijo contenta. Parecía que se le salía el corazón del pecho. Estaba como enamorada o al menos lo parecía. -

- ¿Ah sí? ¡Que bien! - Le respondí sonriendo. -

Blanca me explicó como era el chico: Era alto, peli-rojo, tenía una sonrisa amigable y lo que más le llamó la atención es su mirada. Tenía unos ojos verdes esmeralda que le hacían tener una mirada seductora, lo cual a Blanca le enamoró.

-Sabes lo único malo de esto...- Dijo Blanca en un tono apagado. –

- ¿Qué? - Respondí-

-Que él está en tu clase y yo no. Yo estoy en la clase C y tú en la en la A. Me siento sola allí. Yo quiero estar contigo en esa clase así también estaría con él. - Volvió a decirlo con voz apagada. -

En ese instante me di cuenta de que le gustaba ese chico. Blanca al verme, que la estaba mirando fijamente se dio cuenta y se puso toda roja. Yo al verla así me eché a reír a carcajadas.

-Te gusta, ¿Verdad? - Le pregunté. Cuando lo dije enseguida cambió el tema. -

- ¡Que va! ¿Por qué dices eso? -Respondió toda roja y entusiasmada. -

- ¡Eh! ¿En serio? - Dije con cara de no te creo. -

- ¡Que sí! ¡Pesada! ¿Es que no me crees o qué? - Me decía-

- ¿No sé, pareces enamorada si no, porqué tanto entusiasmo? - Le decía yo. –

En ese momento llamo mi madre diciendo que la madre de Blanca había venido a buscarla.

- ¿Ya te vas, tan pronto Blanca? - Le pregunté. -

-Si, debo ir a ver a mis abuelos. - Me respondió. Bueno ya nos vemos mañana en el insti. - Me dijo con cara de la que me he librado. -

Cuando se fue vi que estaba aún nerviosa por nuestra pequeña y corta conversación. Tanto la había intimidado que se la veía hecho polvo. Me pasé lo que quedaba de tarde pensando en ello y aún después de cenar e irme a dormir seguía pensando en ello.

Pensaba en lo que me esperaba mañana o más bien quien, porqué era difícil dejar a Blanca tan impactada. Eso me llamaba la atención. Al día siguiente por la mañana, fui con mi madre al mercado y allí me encontré con una compañera de clase. Ella al verme enseguida vino a mí corriendo.

- ¡Ángeles, no sabes lo que te perdiste ayer! - Me dijo mi compañera entusiasmada. -

- ¿El qué, Brisa? - Pregunté. -