Capítulo 1.

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Capítulo 1

 

 

 

Caminaba algo desorientada por las calles de Byron Bay,sin un rumbo fijo,cuando una horrible idea llegó a mi mente,una idea tan escalofriante y abrumadora que me desequilibró y me caí al suelo.

¿Y...si...realmente...estaba...muerta?

Mi corazón se aceleró,mi mente comenzó a dar vueltas y vueltas.

Pasé mi mano por mi espalda,y,al notar aquellas profundas heridas,me desmayé.

 

 

****

 

Me desperté exactamente en el mismo lugar,sólo que ahora era de noche.

Mi roja melena se notaba pegajosa;necesitaba una buena ducha.

Me puse en pie y caminé. Caminé y caminé y caminé y caminé.

No sabría decir si caminé durante minutos,horas o días. Sólo sé que caminé.

Llegué a una gran e imponente casa blanca en la zona más lujosa de la ciudad. 

Me asomé a la ventana que tenía la luz encendida. Era una gran cocina de lujo,y,sentada junto a la mesa,había una mujer de unos cuarenta y tantos años,con una melena de león pelirroja,llorando como si fuese el fin del mundo. En su mano había una foto empapada de lágrimas. En la foto se veía a una chica de unos dieciséis años con una melena roja intensa y unos ojos verdes esmeralda sonriendo.

Mi cuerpo se congeló. Ya sabía que casa era y que mujer era aquella. Aquella casa era la mía. Aquella mujer era mi madre.

****

Cuando mi cuerpo volvió a funcionar,me colé sigilosamente en la casa. Bueno,en mí casa.

Caminé sin hacer ruido hasta mi madre y me senté frente a ella.

“¿Mamá?”Susurré.

Ella siguió enfrascada en su llanto.

No me podía ver.

Por lo tanto,yo era una mera ánima en este mundo.

Me levanté de la silla y caminé por la oscura casa,acariciando las cosas que en esta había. Subí las lujosas escaleras de caracol por las que tantas veces caí,caminé por el oscuro pasillo y llegué a mi habitación.

Mis cosas seguían allí,todo estaba tan desordenado como yo siempre lo tenía. Mi ropa seguía tirada sobre mi cama deshecha,mis libros seguían esparcidos por la mesa,los cajones de mi mesa seguían abiertos y todos los papeles esparcidos por el suelo,mi caballete seguía en medio de la habitación y,apoyado en éste,había un auto-retrato a medio hacer.

Tenía mi auto-retrato bastante avanzado,me quedaba terminar de pintar mi melena roja.

De repente,lo recordé todo.

Aquel día salí a la calle para comprar pintura roja para poder terminar mi cuadro,cuando...ocurrió todo.

Enfurecida,comencé a tirar los pinceles al suelo,manchando todo de pintura,tire los botes de pintura al suelo y,con unas tijeras,rajé el lienzo,justo atravesé mi rostro.

Respiré profundamente,relajándome.

Cogí un vestido y entré al cuarto de baño.

****

La cálida agua resbalaba por mis rojizos cabellos,empapando mi espalda. Observe como el agua teñida por el rojo de la sangre hacía una espiral y desaparecía por el desagüe.

Sabía que había profundas heridas en mi espalda. Mi ropa estaba entera manchada de sangre. Mi pelo también.

Pasé repetidas veces las manos por mi cabello hasta que toda la sangre había desaparecido.

Giré suavemente el grifo hasta que el agua dejó de salir.

Salí de la ducha,pasé la suave toalla rosa por mi toda piel varias veces hasta estar seca y me puse el vestido celeste con margaritas que cogí antes acompañado por mis Converse,me coloqué mis gafas a lo John Lennon y me miré al espejo.

“Nada volverá a ser lo mismo,Kayla.” Dije.

¿Viva o muerta? He ahí la cuestión.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora