—¿Mal? Dios, Jungkook te ves genial—me dijo Chimchim acercándose a mí.
—Te ves muy guapo—musitó Taehyung, como un escultor admirado de su propia obra.
—¿Dónde encontraste el traje?—me preguntó, maravillado.
—Pues, Taehyung... me ayudó a encontrarlo—admití, aunque debería de haber dicho, "Taehyung lo eligió"
—¿En serio?—se sorprendió Jimin— No tienes malos gustos, Tae—dijo y rió.
—Gracias.
Me sentí muy observado así que decidí hacerle fiesta al traje que Jimin usaba.
—Tu traje es... precioso—dije—. Tinto, claro. Tu color favorito.
Era un traje sencillo pero lindo, en tono tinto.
—¿Te gusta?—preguntó Jimin.
—Claro, se te ve estupendo—reconocí.
A decir verdad, el traje era bastante sencillo, sí, pero Jimin tenía ese no sé qué que hacía lucir cualquier cosa que se pusiera, aun así fuera la prenda más horrible del mundo.
—Entonces, creo que tenemos los trajes—dijo, satisfecho.
Le sonreí, tímido.
—Jimin, no tengo con qué pagarlo—dije, el precio del traje no era para nada barato.
Jimin explotó en risitas tiernas.
—No seas tonto, Jungkook, yo los voy a pagar—me dijo.
—¿Qué? No, no, no—negué con la cabeza.
—Claro que sí, y no quiero protestas. Anda, cámbiate para ir a pagarlos—me empujó hacía el vestidor y ella cerró la cortina, corriéndola de un tirón.
Me miré al espejo, ahora me sentía peor; Jimin era un excelente amigo, ¿y cómo le pagaba yo? Enamorándome de su novio. Suspiré y decidí no pensar en ello, ¿para qué me hacía más daño? Me despojé del traje y lo doblé sobre mi brazo, para salir cuando ya estaba vestido con mi ropa.
Jimin pagó ambos trajes y aproveché para agradecerle a Tae la ayuda.
—Gracias, por elegirme el traje—dije y le sonreí de una forma desconocida para mí.
—Por nada, me alegra haberte ayudado.
Me le quedé mirando, justo como él a mí. Su mirada era como una canción romántica en mi alma, de esas canciones que te hacen desear bailar bajo la luz de la luna.
—Tae, Kookie—nos llamó Jimin y nos hizo apartar la mirada del otro—. Vámonos—sonrió.
Me dio la caja del traje y Tae tomó la suya para llevarla él, luego se giró a mí.
—¿Te ayudo?—se ofreció.
—Claro—dije y le di la caja.
Salimos de la tienda, y Jimin tomó la mano de Tae para caminar hasta su Hybrid. La fierecilla se enfureció por ver el entrelazado de dedos entre ambos. De pronto, deseaba al menos confundirlo, que alguna parte de su cerebro formulara mi nombre junto a una remota posibilidad... al menos. Pero al instante de que me percaté de aquello, me retracté velozmente. Esto no debería de estarme pasando.
Sacudí la cabeza como queriendo deshacer esos pensamientos y decidí ignorar a todo aquello que la fierecilla me gritaba, aun así yo estuviera de acuerdo.
***
El chillido del tocino sobre la casuela caliente tronaba en mis oídos y el aroma que éste desprendía hacía que mis tripas se quejaran de hambre. Apenas había conseguido sobrevivir ayer, tenía que admitir que me dolía bastante el corazón verlos reír y abrazarse, y ni hablar de cómo se me partía el corazón cuando se besaban.
Serví el tocino sobre el plato amarillo en donde ya estaban un par de huevos revueltos, me senté a comerlos, tratando de no traer a mi mente los recuerdos de ayer, porque dolía, de verdad dolía.
Cuando terminé de comer, lavé mi plato y salí del departamento; hoy tenía que ir con Jin a contarle todo, porque era increíblemente maduro, su manera de pensar me fascinaba y me dejaba sorprendido, y yo le tenía la confianza suficiente como para ir y contarle mi secreto inconfesable.
Lo saludé en cuanto la vi, su playera amarilla fue lo primero que capté en la oscuridad del laboratorio antiguo, pero luego su cara de ángel atrajo mi atención.
—Me tienes abandonado—me dijo, bromeando.
—Lo sé, lo siento.
—¿Trajiste material nuevo?—me sonrió, entusiasmado.
—No, en realidad no traigo fotos ahora—vacilé—. La verdad tengo algo que contarte.
—¿Nam preguntó por mí?—sus ojos destellaron encanto. Reí.
—No, la última vez, pero sí lo hace.
—Oh...—musitó.
—Vayamos a tomar un café, ¿quieres?
—Claro—aceptó.
Salimos y recorrimos algunas calles, hasta que nos sentamos en un café cercano.
—Bueno, dime, que me estoy muriendo de la curiosidad—me instó, palpándome el brazo.
Sonreí nervioso y la expresión me cambió al instante.
—¿Por qué esa cara?—me preguntó, preocupado.
Pensé qué decirlo así, sin tantos rodeos, era la mejor opción, así que hablé rápido y sin tropiezos.
—Estoy enamorado del novio de mi mejor amigo—dije, atropellando las palabras.
—¡Q-q-qué dices! ¡Oh! Cuéntamelo todo, ¿eh?—su bello semblante de ángel se puso atento, inclinándose hacía adelante un poco— Tengo bastante tiempo.
Me le quedé mirando, sorprendido y divertido por su reacción. Él interpretó perfectamente mi silencio.
—Oh, lo siento—dijo, tranquilizándose—. Cuéntame—y volvió a recargarse en el respaldo de la silla.
Le conté la historia desde el principio, el tiempo nos sobraba a ambos y, desahogarme con Jin me resultó más sencillo de lo que esperaba. Él me entendía y comprendía más de lo que lo hubiera podido hacer Yoongi o Nam. En el transcurso de la charla, lo veía hacer expresiones de sorpresa y otras de que estaba sumamente atento; todo eso me recordó a Namjoon, ambos tenían un rostro expresivo pero de ángel.
Cuando terminé de contarle, el silencio que guardó me hizo sentir nervioso y comencé a enrollar mis dedos entre el blanco mantel de la pequeña mesa redonda.
—Es el chico de las fotos, ¿no? —preguntó.
—Sí.
—Lo sabía—dijo y sonrió con autosuficiencia.
—¿Qué sabías?—pregunté, confundido.
—Jungkook, los ojos se te veían brillar cuando hablabas de él, y vaya que es apuesto el muchacho, ¿eh?—soltó una risotada.
—¿En serio?—dije, afligido. Si él lo había notado, ¿Taehyung se habrá dado cuenta de cómo es que late mi corazón cuando está cerca?
—Lo amas—puntualizó.
—¿Amarlo? ¿Estás loco? ¡Claro que no!—chillé, escandalizado. No había llegado hasta ese punto, aún.
—Claro que sí, Jungkook, se te nota. Amar y enamorarse no es lo mismo; enamorarse es disfrutar de todas aquellas sensaciones que se sienten al ver a la persona... "especial"—hizo las comillas con los dedos—. Pero cuando amas, ya empiezan a doler.
Me quedé en silencio, sopesando sus palabras y al comprender, se me cayó el mundo encima. Él tenía razón. Yo... lo amaba. Dejé salir un leve gemido.
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Hola ¿cómo están?~ traigo otro capítulo, ¡espero acabarlo antes de finales de mes!
Si hay errores, por favor háganmelo saber.
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El Manual de lo Prohibido. ◦•≫vkook≪•◦
FanficJeon Jungkook, un chico de 21 años, se muda a Venecia para vivir con su mejor amigo, Park Jimin. Jungkook no sabe que los primeros ojos que ve en Venecia pertenecen a Kim Taehyung. Jungkook no cree en amor a primera vista, pero estaba encantado con...