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El viaje en auto resultó mejor. Haeri puso algunas canciones, así que en el camino nos relajamos con la música. Jiwoo tanto que se durmió.

Miro mi casa de lejos, no a cambiado nada en este tiempo. Incluso mi casa del árbol sigue ahí.

Llegamos y bajamos del auto. La primera que me recibe es mi mamá, con un fuerte abrazo y besos en las mejillas. Saluda a mis amigas y nos ayuda a bajar también las maletas.

Entro a mi hogar y un olor a canela y manzana me recibe. Paso a la cocina y se encuentra mi abuela cocinando.

- Mi niña- dice al abrazarme- Ya estas muy grande, no te vayas tanto tiempo.

- Lo se abuelita- tomo asiento en la mesa y ella me acompaña- Pero aquí voy a estar un tiempo.

- Muy bien- observa mi cuello y hace una mueca- No traes el collar.

Toco esa parte de mi cuello como si todavía la pudiera sentir y niego con la cabeza agachandola.

- Linda- levanta una de sus manos y hace que levante el rostro y sin permiso sale una lágrima de éste- No es bueno el estar reprimida.

- Lo es cuando los demás te miran con lástima- quito rápidamente la lágrima y suspiro.

- Pero solo te perjudicas tú.

Entra mi mamá en eso a la sala con Haeri y Jiwoo detrás y ella me abraza sorpresiva mente.

- Mi niña lo siento...

Me liberó de su abrazo y empiezo a caminar fuera de ahí.

- Guarden su lástima, no la necesito- digo sentándome en el sillón.

Luego de unos minutos, Haeri y Jiwoo se sientan aun lado de mí.

- No voy a regresar- digo para romper el silencio.

- ¿Y tu trabajo?- pregunta Haeri.

- Renuncie.

- Puedes vivir con nosotras- dice Jiwoo- Ese era el plan desde el inicio ¿recuerdas?

- Seremos tres, no quiero estorbar en una habitación...

- ¡Dejate de mensadas!- dice Haeri- Y para ser sincera, rentamos un departamento de tres habitaciones. Teniamos la esperanza de que un día estuviéramos las tres.

- Y será un gasto menos para nosotras dos- agrega Jiwoo- Además hay muchos trabajos para fotógrafos, mas tú por que eres muy buena en eso.

- ¡Oh, si! Yo tengo un amigo fotógrafo y puedo hablarle para que se ponga de acuerdo contigo- dice Haeri emocionada- Siempre va a mi salón de belleza a pintarse el cabello.

- Y por tus cosas, las puedes mandar traer, piensalo bae- dice Jiwoo.

- No tengo que pensar- digo- Eso es una excelente idea.

Ambas sonríen, le contamos a mi familia de los planes y se alegran el saber que, en cierto modo estaré mas cerca y no estaré sola.

- ¿Te parece ir a ver nuestra próxima casa?- dice Jiwoo- Hay un parque cerca, apuesto que podrás sacar buenas fotos ahí.

- Bien, ya esta todo- llega Haeri colgando su celular- Ya hable con Vante- dice emocionada- Le mande unas fotos de tu trabajo y dice que en realidad le gustaría hablar contigo.

- Muy bien, solo queda ordenar mis cosas- respondo- Me dijeron que en dos días me las llevan.

- No puedo creer que vayamos a estar ahora las tres- dice casi brincando Haeri.

- Solo tengo una pregunta- ambas me miran con atención- ¿Como han logrado sobrevivir con la comida?- digo riendo.

Jiwoo solo suspira y niega con la cabeza mientras que Haeri golpea mi brazo.

- Mi especialidad es plato derretido a la Haeri- dice orgullosa.

- Gaste energías en bajar las maletas, si te vas a ir con nosotras- dice Jiwoo- Las veo en el auto- es lo último que dice y se va caminando esperándonos.

Haeri y yo subimos las maletas para ir a nuestro próximo hogar.

Seul.

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- Puedes dejar las cosas aquí- dice Jiwoo al entrar al apartamento.

Es muy lindo en realidad, una pequeña sala con una televisión grande, la cocina de lo mejor. Se podría decir que me dieron ganas de cocinar al verla.

Mi habitación queda en medio de las dos, la única diferencia es que la habitación de Jiwoo es mas grande, a veces tiene que traer trabajo a casa y cuenta con un escritorio grande y plumones de todos colores.

La habitación de Haeri es del mismo tamaño que la mía, solo que ella tiene luces decoradas en el techo que brillan con la oscuridad y un enorme oso de peluche en su cama.

- Bien recuerda- dice Haeri- Vas a ir a ver a Vante en dos días mas, te da tiempo en lo que llegan tus cosas.

Asiento y abro la puerta de mi cuarto, solo cuenta con una cama y un pequeño escritorio.

Eso es suficiente para relajarme y mover mis cosas al cuarto.

Abro una maleta para guardar unas cosas y veo una foto que guarde ahí.

Junheon con un ramo de flores. Río secamente al verla y la saco de la maleta. La observó recordando el momento en que me lo dio.

Es tan ridículo, pienso al verla. Es tan tonto el ver como le creí. Eres tan tonta Sun.

Me siento en el piso abrazandome a mi misma dejando caer la foto aun lado de mi. Abrazo mis piernas recargando mi cabeza en las rodillas y es cuando me permito llorar en silencio.

El ruido de mi teléfono hace que levante el rostro y observe la pantalla encendida.

- No es necesario hacer tanto drama Sun, estas siendo ridícula. Sabes que yo no lo haría otra vez, por favor vuelve. Oh tendré que ir por ti.
- Junheon.

Mire el mensaje y apreté fuertemente mi celular contra mi mano. Doy impulso a mi mano y estrello el celular en la pared, cayendo lo que quedo en pedazos.

Tomo la foto y la rompo, junto con todo lo que me regalo.

Anillos, pulceras, cuadernos con dedicatoria. No se en que momento empecé a llorar mas, tanto que no me podía detener.

Fue cuando Haeri entra a mi cuarto e inmediatamente le doy la espalda y trato de limpiar mis lágrimas.

- ¿Sun?- dice con tono preocupado.

Corro al baño, tratando de controlar el nudo de garganta y cierro la puerta con llave, me pongo de espaldas a la puerta mientras suspiro esperando que el día de mañana sea mejor que hoy.

Save Me.   #BestofmeAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora