*Meses después
La recuperación fue tardía, pero valió la pena cada minuto invertido si el resultado seria que Hoseok se recuperara. Aún cuando sus fracturas y heridas no eran tan graves, me preocupaba como se encontraba.
Pero aún pasando todo lo que viví contigo, te agradezco toda la paciencia que tuviste conmigo, todo el cariño. Te trate de corresponder todo lo que me querías, tanto que estuvimos de acuerdo en vivir juntos. No podía estar alejada de ti.
Mudarnos tampoco fue fácil, fueron con ellas mas responsabilidades, pero todas valieron la pena, por que contigo Hoseok, no hay dos personas iguales.
Tenia a mis amigas conmigo, también fueron un apoyo para mi, igual de importante como Hoseok. Nadie puede encontrar amigas como ellas, a pesar de las tres ser diferentes, nos complementamos una a la otra, es por eso que no me sorprendió que YoonGi se fijara en Jiwoo, ambos tan iguales, con iguales perspectivas y puntos de vista ¿Quien no quiere a alguien que te puede comprender con solo mirarse a los ojos?
Luego esta Haeri y Jimin, ellos podrían estar todo el día juntos sin necesidad de aburrirse, el carácter tierno y comprensivo era lo que Haeri quería, y lo pudo encontrar, alguien comprensivo que diera luz a sus días grises o exhaustos del trabajo.
Siempre dicen que después de la tormenta viene la calma, donde la pude encontrar, una pequeña luz que rechace la primera vez que vi.
– ¿Recuerdas la primera vez que te ví en el avión?– dice Hoseok al acomodarse boca arriba en la cama. De algo era seguro es que tomábamos cualquier oportunidad para hablar, cualquier cosa era importante, hasta las que no.
– Sólo recuerdo a alguien ofreciéndome un audífono sucio–respondo bromeando, aguantando las ganas de reír.
– ¡No es cierto, me fije antes de ofrecerlo!– dice riendo también –Aun me duele ese rechazo–afirma al poner una mano en su corazón.
– Nunca lo vas a superar – digo jugando con su mano. El silencio reino entre nosotros, no era incómodo, podía escuchar su respiración tranquila ante el tacto de nuestras manos jugando – ¿En que tanto piensas?
– En que nunca me cansare de esto Sun– gira hasta quedar frente a mi rostro, donde con la poca luz de la luna cuela por la ventana y puedo ver sus facciones, sus incontables lunares, hasta los que no eran visibles tan rápido. Sonrie al ver lo perdida que estoy viendo cada detalle de el, pero no estoy perdida Hoseok, estoy lo suficientemente cuerda para saber que es un peligro que sonrisa así para mi, estando tan cerca.
– Yo tampoco Hobi– respondo sonriendo. Es la verdad Hoseok nunca me cansare ni me cansaría.
–¿Te digo un secreto Sun?– dice acercándose más a mi rostro –Mi boleto en el avión que te conocí, no era ese número – mis ojos se abren con sorpresa al saber eso – Te vi desde el aeropuerto y desde ahí me gustaste, no sabia nada de ti, nada Sun, pero algo que en realidad sabía es que cambiarlas mi vida.
Tu me la cambiaste Hoseok, cuando no estas todo esta oscuro y ni siquiera se quien soy, fuiste tu quien me dio si mano primero.
– Fuiste tu Hobi, tu me salvaste.
– Fue mi corazón cansado de gritar tu nombre Sun– dicho eso me abraza, cerca de su corazón que a pesar de a ver pasado el tiempo seguía latiendo igual de fuerte y loco como el mio cuando estaba cerca de él.
Te doy las gracias Hoseok por todo eso, por mostrarme el amor, por saber quien puedo ser, borraste lo malo con solo tus manos y entre tanta oscuridad fuiste mi claridad.
Gracias por convertirnos en un nosotros.
