×Sir Thomas Sharpe×

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Su hermana te odiaba, pero, ¿qué podías hacer? Después de todo, ella era su familia, ¿y tú? Tú eras su esposa. Pero a diferencia de Lucille, él te había elegido para formar parte de su vida. La hermana de Thomas estaba celosa de aquello.

Los pecados cometidos bajo esa casa se acabaron en el momento en el que pusiste un pie en la misma. Lucille quería acabar contigo para recuperar a su amante y hermano menor.

—¿Querida?—Thomas tocó la puerta para saber si estabas ahí, respondiste con un tranquilo "pasa, Thomas", como solías hacer.

—Hola—sonreíste al verlo ahí, de pie, tan perfecto como siempre, con sus ojos azules como el zafiro más brillante que pudiera existir.

—Hola—copió tu gesto como pudo, sintiéndose horrible por las cosas que solía hacer con su hermana mayor antes de tí…Se daba asco—. Dime, ¿cómo te sientes?

—Mejor…—moviste la mirada con un pequeño sonrojo, Thomas se preocupaba mucho por tí.

Lograste que se enamorara de tu persona en tan poco tiempo que se asustaba de pensar en lo que Lucille podría haberte hecho.

—…gracias por preocuparte, Thomas.

Él se acercó a tí y te besó, luego apoyó su frente sobre la tuya con cariño.

—Voy a sacarte de aquí—susurró por miedo a que la mayor Sharpe esté por ahí, escuchandolos—. Te lo prometo, amor. Te sacaré de aquí.

—Thomas…¿Qué dices?—cuestionaste siguiéndole el juego susurrando, creías que todo era una farsa y él solo estaba diciendo falacias.

—Nada, disculpa—recuperó su compostura—. Descansa, estaré aquí si me necesitas.

—Thomas—le llamaste antes de que pudiera dar siquiera un paso—, ¿podrías leerme un poco?—él sonrió y asintió.

Tomó el libro que estaba sobre la pequeña mesa de noche, abrió la página que estaba marcada y comenzó con la lectura; tan centrada en aquello que no recaiste en cuenta de que ya estabas siendo cegada por el sueño. Thomas tenía una voz tan relajante y única que podía volver loca a cualquier mujer.

Amabas ser la Sra. Sharpe, pese a tu complicada cuñada…Quien te odiaba.

Cerraste tus ojos y dormiste.

•••

—Te enamoraste de ella— acusa Lucille, quien tiene lágrimas en sus ojos—. Lo hiciste, ¡dijiste que yo sería la única, Thomas! —grita furiosa y abofetea a su hermano menor.

—¡Sabíamos que esto pasaría, Lucille!—la toma de los hombros—. No te atrevas a tocarla, ella es mi esposa.

—Y yo tu hermana mayor y amante—quedas petrificada al escuchar esa confesión, ¿amantes?

¿Thomas te había engañado todo este tiempo? Quisiste llorar, gritar y patalear, pero preferiste guardar silencio. Caíste en cuenta  sobre aquella vez que dijo «Te sacaré de aquí», él realmente te amaba y quería alejarte de su celosa hermana.

—¡Lo prometiste, Thomas!—lo toma del cuello acercándolo a ella, sientes una presión en el pecho—. Solo hazlo, mátala y volveremos a ser felices.

—No, Lucille—responde fríamente, relame sus labios y pasa saliva—. Lo siento, hermana, pero la amo.

—¡Mientes! —vuelve a aboferearlo.

—¡Lucille, reacciona!, somos hermanos. Somos sangre, no somos pareja, no somos conocidos, somos hermanos.

Thomas no parecía perder su compostura, pero la Sharpe sí, ya estaba en el suelo, llorando, con el corazón roto.

Y cuando el azabache cruzó la puerta de la habitación de sus antigüos encuentros, se avergonzó y sorprendió por igual al verte ahí, tirada mientras tenías espasmos por aguantar la respiración para no hacer ruido alguno.

—Lo siento, amor mío—se disculpó—, te he fallado, es imperdonable.

—Thomas…Saca-sacame de aquí, por favor—rogaste—. Vámonos de aquí.

El hombre se sorprendió al escuchar el «vámonos de aquí», querías que se fueran juntos, sin hermanas celosas, ni fantasmas asquerosos ni Cumbres Escarlatas.

Solo querías a Thomas, y él te quería a tí.

Y dando la última mirada a la casa Sharpe, donde se escuchaban los gritos de Lucille;  Thomas y [T/n] marcharon por una nueva vida.

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No sabía cómo terminarlo y pos…weno :v

¿Siguiente? :p

Tom Hiddleston ×One Shots×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora