Capítulo 2

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     — ¿La inspiración surgió nuevamente? —Preguntó mi profesor quien me observaba mientras pintaba mi boceto ya terminado

    —Digamos que sí, ayer me di cuenta de que ocupaba unos cuantos detalles y lo volví a perfeccionar —dije mientras daba unas suaves pinceladas al lienzo 

    — ¿Volviste a recordar su rostro? —Inquirió el profesor 

    —No, lo volví a ver 

    — ¿En serio? —Dijo emocionado — ¿qué te dijo? O... No te dijo nada, ¿Qué hiciste?, ¿cómo reaccionaste?

    —Me dijo que mi nido de pájaros parecía un plato de cereal de color negro —dije mientras daba unas pinceladas a mi boceto del "plato negro de cereal" que hice ayer

    — ¡Pero qué insolencia! —dijo el profesor— eso sí que es falta de cultura, el mundo cada vez está más lleno de jóvenes que no saben de...

    —Espere a que termine de decir la oración siquiera —dije divertida— eso era cierto, estaba quedándome muy mal mi dibujo así que él me ayudó, seguimos platicando un rato y me pidió mi número 

    — ¡Genial!, ¿esta vez también viste o sentiste algo diferente al estar con él? —preguntó mi profesor

    —Sí —suspiré— siempre es lo mismo, sus ojos, esos ojos llenos de vida de los cuales aún no logro descifrar el color

    —Si tan solo me mostraras una foto de él podría ayudarte a descifrar el color de sus ojos 

    —No soy tan acosadora profesor, no tengo fotos de él 

    —Ahora que lo dice de ese modo, creo que sí sería extraño que usted cargara una foto de él consigo —el profesor fue interrumpido por el timbre que indicaba la salida— se nos ha acabado el tiempo, pero mañana, debes de contarme lo que pasa hoy ¿ok?

    —Ok —dije divertida mientras recogía mis cosas de mi lugar— hasta mañana—tomé mis cosas y salí del salón

    Comencé a caminar por el pasillo, llevaba tantas cosas en mis manos que no pude evitar que mi cuaderno de dibujo cayera al suelo, saliéndose de él varias hojas que llevaba sueltas.
Me puse en cuclillas para recoger todo el desastre que había provocado cuando en el piso pude ver una sombra reflejada que se acercaba a mí.

    —Permíteme ayudarte —dijo la persona que pasó a mi lado en el pasillo

Aquel chico que se había acercado a mí se puso en cuclillas al igual que yo y me ayudó a recoger todo el desastre que habían armado mis hojas en aquel pasillo.

    —Gracias —dije mientras recogía unos últimos dibujos y me ponía de pie al igual que él

    —Por nada, oye, por lo poco que vi puedo asumir que estás en la clase de mi padre —dijo el chico entregándome las hojas que había recogido 

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