Keyframe 不纯: KOOKMIN

trémolo

Jimin siempre admira lo hermoso que es el chico de cabellos negros, tan puro e inocente y buena persona, hay veces en que ve la televisión donde explican que cierta persona es tan buena por hacer alguna que otra acción, él simplemente se ríe. Ríe porque son unos imbéciles ignorantes que no saben de nada, la verdadera persona pura en todo este mundo es el chico que tiene su corazón siempre acelerado y le llena de buenas sensaciones, no alguien que ayudó a una anciana en cruzar la calle.

Aquello es amor, y no le teme a nada en decir que estaba enamorado de Jeon Jungkook, incluso si un cristiano con demasiado poder como para mandar a que le maten a golpes por amar a otra persona de su mismo sexo; lo haría. Y no esta bien de la cabeza, piensa que morir por la persona que amas es una digna muerte, cuando una vez se lo comentó a su mejor amigo, este simplemente le miró como si fuera un bicho raro y exactamente eso le hizo sentir, como si fuera un rarito en este mundo. Jimin sabe que no es alguien con el estereotipo que todos llaman normal, pero tampoco quiere ver algo negativo en ello. Recuerda las dulces palabras que le dedicaba su madre cuando él era pequeño; jamás debía preocuparse de lo que otros se atrevieran a decir, mientras fuera feliz, todo estaría bien. 

Pero Jimin es feliz mientras esté junto al menor. 

—¿Otra vez divagando? —picotearon la mejilla de JImin y el chico simplemente se dio media vuelta para ver a Taehyung sentado a su lado—. ¿En qué piensas, mi querido Minnie Min? 

—Simplemente pienso en una receta nueva para mis pasteles —susurra agotado. Trabaja en una pastelería, más bien, su madre es la dueña de aquel lugar pero nunca  esta cerca y se alegra de ello, así puede experimentar con cosas nuevas pero es una lástima que no logre hacerlo siempre ni vender sus creaciones, ya que las extrañas cosas que se le ocurrían a veces no eran ni siquiera comestibles—. ¿Crees qué sea buena idea...? 

Taehyung le calló, colocando su dedo en los labios del más bajo, admirando como abría los ojos de manera tierna.  Jimin se sintió un poco avergonzado de ello, pero decidió no decir nada, sabía que sus ideas eran malísimas pero valía la pena el intentarlo, un poco. 

—Sé que saldrás con algo descabellado, pero prefiero aguantarme tus quejas para cuando te enfermes del estómago —dejó los labios de su amigo y siguió tranquilo revisando su celular mientras hablaba con, tal vez, su novia.

Jimin sonríe un poco. Tal vez debería de parar con sus ideas raras. Suelta otro suspiro, en verdad no había estado pensando qué ingredientes usar ahora, si no en el lindo chico que venía su pastelería. Jimin deseaba tanto el volver a verlo pronto. Hoy no trabajaba pero mañana sí lo haría y sabe que el muchacho le irá a ver, como siempre. 

—Trataré de calmar mis extrañas recetas —comienza a comer su almuerzo mientras continúan teniendo una tarde de amigos y luego ambos van a sus casas, para mañana volver a la rutina del un típico escolar.

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Ese día pudo salir temprano de la escuela. Aquello solamente podría significar que podría pasar toda la tarde en la pastelería de su madre. No importaba si el día no estuviera a su favor, de todas formas cuando llovía, significaba una tarde verdaderamente tranquila y significaba poca clientela, eso sinceramente lo ignoraba, aún cuando abriera a las cuatro de la mañana para estar cerca de laz diez de la noche y solamente una persona entrará al pequeño local, sería feliz.

Realmente sería feliz, porque esa única persona que iría para poder probar sus pasteles y alguna que otra receta extraña, sería Jeon Jungkook, aquel bello chico con sonrisa de conejo y carisma. Su sola presencia le iluminaba el día, daba igual que le hubiesen tratado mal o haber visto un accidente, mientras que el chico se presentará para saludarle de esa hermosa manera típica, con ambas mejillas sonrosadas, sería su motivo de seguir abriendo el lugar una y otra vez, no importaba el dormir o incluso ingerir algún alimento.