uno

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Me tomó tres años darme cuenta de lo mucho que me gustaba Kim TaeHyung.

Si dijese que aquella revelación fue como un cándido encuentro con la afortunada verdad de mi primer amor, estaría mintiendo vilmente. No fue así. No fue agradable, y ni por un efímero instante me sentí dichoso ante el hecho.

Cuando me di cuenta que me gustaba mi mejor amigo, fue como si un balde de agua fría cayese de lleno sobre mi cuerpo.

O como si me apuñalaran, siendo sutil.

La horrible sensación me atacó de pies a cabeza, gritando con euforia por ser arrancada de mi ser, pero yo ya había caído.

No solo había caído ante esa bronceada y suave piel. Su altura. Su contextura. Su rostro; esos rosados labios, y esos oscuros ojos cuyos parpados yacían decorados por esa cortina de lindas pestañas. Aunque no lo crean, no todas las personas en el mundo son tan superficiales. Había algo más; esa aura que me impedía mirarle a los ojos desde un principio. Amaba la bondad en su ojos, su transparencia, sinceridad. Era tan juguetón como un niño, igual de inocente, igual de cálido, e incluso más honesto.

《Ya, es todo. Estoy perdido》.

Y lo estaba.

No porque fuese gay, ni porque me gustase mi mejor amigo. Esas eran nimiedades, o eso me trataba de convencer a mí mismo.

A Kim TaeHyung le gustaba otro chico.

____

–¿Cómo puede Hobi Hyung ser tan perfecto?

Miré a mi izquierda. TaeHyung estaba medio tirado sobre su propio escritorio, observando al que era su amor platónico desde hacía casi un año. La sonrisa boba con la que le observaba no podía haber pasado desapercibida para nadie, sin embargo, por supuesto que el dueño de los suspiros de mi mejor amigo no se daba por aludido.

Entonces, yo también me volteé a mirarlo.

Era difícil no voltear a mirar a Jung HoSeok. El muchacho era atractivo, sin duda. Tenía un perfil despampanante, con una mandíbula perfilada y una nariz perfectamente recta. Era el bailarín más reconocido de la escuela, bueno en los deportes y, como si eso fuera poco, su personalidad estaba lejos de ser la del típico niño engreído al que se le suele atribuir las características anteriores. Era alegre, amigable. Sin duda, la clase de sujeto que le agradaba a todo el mundo, portador de una sonrisa brillante y un optimismo casi desconcertante.

Y a TaeHyung le gustaba tanto.

Siendo honesto, el niño arrogante que yacía dentro de mí había estado muy consciente de mis buenas cualidades hasta hacía un tiempo atrás. Creía, fielmente, que podría haberle atraído a alguien. Quizás, en algún momento. Sin embargo, no podía evitar sentirme poca cosa cuando pensaba en Jung HoSeok.

El niño seguro de sí mismo que solía ser (aquel que, puerilmente creía ser único e invensible) había ido marchitándose con el paso de los años, las miradas de desprecio y con los empujones que frecuentemente recibía siendo acompañados con un bañado en sarcasmo lo siento, no te vi allí. Y no pretendía ni pretendo ser la víctima de un mundo inclemente que me dio la espalda. Después de todo, TaeHyung había estado dispuesto a ofrecerme su mano y su amistad, y aunque no me haya ofrecido su amor, no me sentía con el derecho a quejarme.

Obviamente, TaeHyung no sabía acerca de las sesiones de auto desprecio que me había estado otorgando deliberadamente, y que habían aumentado de forma considerable cuando me confesó su amor por el pelirrojo.

《No lo sé, es perfecto》, me había dicho, mientras yo sentía que un nudo se me formaba en la garganta. Y entonces, nunca me había sentido tan lejos de eso que llamaban perfección.

Había sido difícil, doloroso, y sí; un asco total. Me había convertido en el mejor amigo de TaeHyung hacía cinco años, y jamás lo había visto suspirar por alguien. A él, le agradaba todo el mundo, e incluso cuando me comentó de una posible atracción hacia otras personas, nada era más que una conexión superficial la cuál olvidaba en tres semanas.

Jamás lo había visto suspirar por alguien así como yo lo hacía por él.

Y me dije a mí mismo que iba a olvidarlo. Que podía seguir con mi vida, porque era cierto. No iba a ser ni la primera ni la última persona sufriendo por un amor unilateral, no. Pero ser el mejor amigo de TaeHyung no me estaba dejando las cosas fáciles, porque él confiaba en mí; porque él me había ofrecido hace años su más pura y leal amistad, y yo no era lo suficientemente egoísta (ni lo suficientemente valiente) como para dejar ir su mano.

Pero se sentía mal. Porque él confiaba en mí. El podía decirme realmente me gusta este chico, pero yo no era capaz de decirle realmente me gustas tú.

–No lo sé –suspiré–. ¿La perfección existe, acaso?

TaeHyung me miró con una ceja alzada.

–¡Claro que sí! –súbitamente, bajó el tono de voz, apuntando con su dedo índice el lugar en donde HoSeok hablaba animadamente con unos chicos de otra clase–. ¿Acaso no lo has visto?

–Lo estoy viendo.

–Pues bien –suspiró, volviendo su vista al pelirrojo–. Si hay algo que esté cerca de la perfección, él es lo más cercano que he visto.

–Eso es subjetivo, Tae.

TaeHyung bufó, mirándome con una mueca. Con los labios fruncidos, un lápiz descansaba entre su labio superior y su nariz.

–Bueno, bueno, ¿qué es lo más cercano a la perfección para ti, entonces?

–Oh, pues er...digo, es...

El lápiz de TaeHyung cayó.

–¿Es qué?

Tú》.

Eh...–dudé. Él esperaba una respuesta, y yo no esperaba declararme–. ¿IU Noona?

《Casi arruinas todo, imbécil》.

TaeHyung soltó una carcajada.

–Realmente la amas.

Me encogí de hombros.

–Es una gran cantante. La admiración es inevitable, supongo.

–Oh, ¿la amas más que a mí, acaso? –jugó, observándome con un pronunciado puchero mientras su brazo pasaba por sobre mis hombros.

–¿Amarla más que a ti? No creo que sea posible –bromeé.

No bromeaba, en realidad, pero él no tenía por qué saberlo.

De inmediato, su puchero se convirtió en una geométrica y simpática sonrisa, de esas que yo tanto amaba.

Estoy perdido, pensé, antes de devolverle la sonrisa.

_____

el capítulo 00 tiene más palabras que este dksnk whYY.

He's a baby • kookv [en edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora