Sentada en la acera.
Con un cigarrillo en la mano.
Dando lentas y pausadas caladas.
Pasaban las personas a su lado.
Nadie la notaba.
Nadie la miraba.
Pero todos la pisaban.
No gritaba.
No lloraba.
Había dejado de sentir dolor.
Vacía.
Era como ella se sentía