Tú no lo sabías.
Pero cada noche.
Tus gritos se hacian presentes en mi habitación.
Podía escuchar tú llanto.
Haciendome sentir impotente.
Quería salir de mi habitación y saltar a tú balcón.
Decirte que todo estaría bien.
Tal vez buscabas la salvación.
Porque habías estado caminando sola durante mucho tiempo.
Perdida.
Entre aquel mar de depresión.
Sin nadie que pudiera ayudarte.