Capítulo 8- Nuevas amigas

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Ya se hacía tarde para ir a casa, mamá aún no venía por mi y los rayos del sol quemaban. Además de eso moría de hambre, el apetito siempre estaba presente, yo era de esas chicas que comían como cerda y no engordan, era muy raro mi metabolismo.Cada día me veía más flaca.

Pasaron media hora y mamá recién me venía a buscar. Caminé hacías el auto y subí, mi cara nunca se había visto así, solía estar todos los días sería pero esta vez estaba enfadada y ella se dio cuenta.

-Hija perdón por tardar mucho, tuve problemas en el trabajo.- Estaba agotada, sus ojos no daban más, necesitaba descansar.

-No ma te entiendo y estas un poco cansada, creo que tienes que dormir una siesta.- Le dije mientras arrancaba el auto.

- Si tienes razón pero tengo mucho trabajo hoy y no creo que pueda.- Hizo una mueca.

-Má lo se pero mereces un descanso.- Le rogue hasta que decidió hacerlo, toleraba verla así. Dormirá por lo menos dos horas y con eso basta.

Llegamos a nuestro hogar y era imposible evitar mirar a los nuevos vecinos que recién habían llegado al barrió, la casa de al lado estaba en venta hace unas semanas y por fin tenía dueño, una nueva familia viviría ahí.

La familia estaban sacando cajas y muebles del camión de mudanza, se notaba que esa familia era rica por su manera de vestir y por la mayoría de las cosas que sacaban del camión, como por ejemplo computadoras, smart, play, sillones muy elegantes, etc. Además ellos vestían con ropa de marca y muy caras.

Mientra yo observaba la familia, mamá estacionaba el auto. Trate de disimular un poco al salir del vehículo, no quería que piensen que era chusmosa ni nada por el estilo, por eso me dirigí directo a mi cuarto con la cabeza en alto sin mirar a la familia.

Me puse los auriculares y me arroje a la cama, estaba sausta de hacer muchas tareas y trabajos en el colegio, solían darme cuatros trabajos prácticos por semana de distintas materias, para algunos no era nada pero para otros era mucho, igual yo no me quejaba porque era muy responsable en el día para entregarlos.

Al instantes escuché golpes que venían de la ventana, eran piedras que se acercaban hacia el vidrio, trate de asomarme para ver quien era el imbécil que arrojaba pequeñas piedras que podrían llegar a romper la ventana, me asomé y vi a una chica adolecentes morocha que trataba de comunicarse conmigo detrás de su ventana de la nueva casa. Al ver que estaba haciendo eso comencé a gritar.-Eu eu eu que te pasa, no vez que puedes romper el vidrio.- le dije con mi voz chillona.

-Ups perdón nueva vecina, no quise hacerte enojar.- Se veía divertirse con mi expresión hacía ella.- Sólo quería poder hablar con vos-.

-Disculpa estoy un poco de mal umor.- hice un gesto.

-No, no está bien, yo soy la estupida que te tiraba piedra, nunca de a ver ido a la puerta de tu casa y preguntar por vos, pero bueno la ideas que se me cruzan por la cabeza me superan.- admitió su derrota contra sus ideas.

-Esta bien si quiere, voy hasta tu casa si quieres hablar conmigo.- trate de llevarme bien con ella, apesar de haberla tratado mal.

-ok, ven.-

A los 5 minutos estaba en la puesta de su casa, me atendió la joven morocha, me invito a entras y la família estaban ordenando ya habían sacado todas las cosas del camión.

-Tú debes ser Lucia, sierto?.- me pregunto con muchas ganas de socializar.

-Si si y como sabes mi nombre?.-

-hable con tu mamá, y me contó muchas cosas de ti, y eres muy parecida a ella-. sonrió y se notaban los brakets, le quedaban muy bien.

-Ah genial- contesté con seriedad.

-Si presentía que eres muy sería, perdón me fui de tema, soy Damaris y creo que vamos hacer muy buenas amigas-. Con mucha confianza me agarró la mano y dijo -Amo tus uñas, tienes que enseñarme a cuidarlas, yo soy de comerlas, no lo puedo evitar, es imposible no hacerlo-. Propuso que la ayude a dejar de comerce las uñas.

-Dale, no tengo problema-.

Ella muy emocionada, acordamos en juntarnos a la tarde junto a una de sus amigas. Mucho la idea no me convencia, no quería amigas, con ella bastaba.

***
Ya era tarde y tenía la juntada.

El Diario De Una Chica Adolescente Donde viven las historias. Descúbrelo ahora