Capítulo 2: "Padecimientos"

33 2 0
                                    

Llegamos con el doctor Daniel Todd, era el mejor doctor de toda la ciudad, mis padres querían estar seguros y saber que me había pasado, y qué mejor que saberlo de parte de él; era nuestro turno de pasar, a decir verdad, estaba un poco nervioso, cuando entramos al consultorio se sentía un ambiente frio, mis nervios aumentaron, "¿Quién es el enfermo?" – preguntó el doctor con una voz gruesa y golpeada, "Yo" – respondí con un poco de miedo, le conté cómo había sido la situación.
El doctor me revisó los moretones y los rasguños, en conclusión, de todo lo que nos informó, era que parecían provenientes de una seria pelea, fue algo estúpido para mí, ¿a quién carajos se le ocurrirá salir en la noche a agarrarse a golpes?
En fin, no nos pudo dar algo concreto, ya que, siendo moretones y rasguños, pueden ser provocados por varias cosas.
Pasaron dos semanas de lo acontecido y era lo mismo, amanecía con moretones y rasguños cada vez más severos, cuando me veía al espejo me notaba demacrado, con arrugas, parecía un anciano; un día enfermé, tenía fiebre y me sentía muy débil, pasaba todo el día en cama, estaba desanimado, mamá me quería levantar el ánimo, pero era casi imposible, ahora ya no dormía hasta que me ganara el sueño.
Al día siguiente de estar enfermo, desperté, pero, solo podía mover mis ojos de un lado a otro, mi cuerpo no respondía, lo que veía era indescriptible, mi cuarto parecía recién salido de una película de terror, examiné por todos lados, quería gritarle a mi madre, pero no podía, después de unos cuantos minutos, sentí que algo me quitaba la cobija que me abrigaba poco a poco, ¡mi cuerpo quería moverse pero aun no respondía!, perdón por gritar, sólo de recordarlo siento como si aún lo estuviese viviendo.
Cuando me quitaron la cobija por completo empecé a ver como si alguien saliera del piso, se me acercó y me dijo al oído "¿Me recuerdas?", era la voz de mi abuela, "No puede ser posible, tú moriste hace 3 años, cuando yo tenía 7" – pensé, su cara era horrible, no la reconocería si no fuera por su voz, "Tú me mataste maldito engendro, por tu culpa morí, ahora vengo a que me pagues" – dijo mientras me ahorcaba, cada vez me faltaba más el aire, por un momento sentí que no la libraría hasta que... "¡Jason!, despierta dormilón" – dijo mamá, un alivio recorrió todo mi cuerpo, "sólo fue una pesadilla" – susurre, "¿qué dijiste?, ¡oh por dios!, Jason, ¿qué carajos te hiciste en el cuello?" – dijo mi madre muy angustiada, "No tengo nada, madre, estoy bien" – le respondí con serenidad para que se calmara un poco, "Entonces me puedes explicar por qué tienes marcas en tu cuello como si... Jason, no quisiste ahorcarte, ¿verdad?" – me dijo con una voz quebrada, mi madre estaba apunto de llorar, "¡Nunca haría eso conmigo, no estoy loco!" – le grité, me invadieron las dudas, "¿en verdad estaba soñando?, lo sentí tan real en ese momento... Bueno, no importa."

"La catastrófica vida de Jason Fritz" ¡Completa!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora