Quizás las palabras se las lleve el viento, o quizás te sirvan para entender a quién llevas dentro.
Me cuesta mirar dentro mío y aceptar quien en verdad soy, muchas veces me escondo detrás de una persona que dice ser fuerte. Soy buena hija, hermana y la mejor amiga que podría alguien tener, así me considero. Fuerte y capaz de poder ayudar a quien necesite ser escuchado y no juzgado, dar consejos que te salven él alama y te devuelvan las ganas de vivir y ser feliz contigo mismo.
Sin embargo cuando ya no me encuentro entre tanta gente, cuando nos encontramos solos y en nuestra habitación, es cuando vemos el universo que llevamos dentro. Experimentamos sentimientos y sensaciones extrañas que muchas veces vienen arraigados a hechos que nos pasaron en la vida cotidiana, a pesar otros, simplemente se encuentran allí sin explicación, son una especie de pensamientos que se presentan ocultos en nuestro ser y no dejan descansar la mente. En ese momento es cuando buscamos soluciones por cuenta propia, analizamos cada sentimiento detalladamente, intentado reconocer cual fue el motivo por el cual se inició un día, que nos impulsó a sentirlo y por qué. Cuando ya no quedan explicaciones, sentimos que nos enfermamos, que necesitamos la ayuda de un especialista, que no vamos a poder salir adelante y decidimos seguir ocultando nuestro universo.
Es el momento de parar, cuando te sientes más afuera que adentro, cuando sientes que no puedes continuar. Continué, aún queda algo, nos queda el saber que estamos vivos.
Fue ahí cuando comprendí que si yo no puedo alguien más no va a poder por mí, si yo no tengo suficientes ganas de salir de mis tormentas nadie va a poder ayudarme a salir, solo yo puedo curarme, y curar es darte tiempo.
El tiempo te sana y te deja mostrar la mejor versión de ti, solo tienes que estar dispuesto a darla. Enfoquemos nuestra mente en que podemos si queremos, en la felicidad que corre en cada río que llevamos dentro, pensemos por un momento en nosotros y es recién ahí cuando comenzamos a construir el amor propio. El amor hacía uno mismo te sana y te levanta, el amor de uno te hace ver la realidad que alguien mas no ve de ti, te hace ver tu verdadero yo. Conocernos y respetarnos, amarnos, crear el bienestar absoluto, la paz interior. Aprender a soltar, dejar que nuestros mundos se encuentren y sepan convivir dentro del mismo universo. Dejar que el cuerpo y alma se alineen para ver vida por dentro y por fuera, crecer.
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El universo que llevas dentro.
DiversosMiro en mi interior y veo, veo el universo que llevo dentro. Tan cargado y grande que no deja expresar mis sentimientos, y así somos, o creo que seremos. Cuando el miedo invade nuestras sombras ya no dejamos liberar lo que escondemos.