Besos a 10 km/h

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Era inmune a mis besos, incluso a los que le daba en el cuello. Todo pintaba de verde y celeste, había un rebaño en el cielo.

Entrelazamos nuestras manos, te sentí. La timidez o indiferencia me confundió, pero aclaro mi manera de percibirte.

No me importa como te veas vos o te vean los demás, a mi me gustas así. Completo así como sos, con tus mañas y tu escasez de palabras.

No sentis nada por mi, me lo dejaste claro sin decirlo. Intente algo que no funcionó, pero al menos me arriesgué. Ganas me sobraron de hacer lo que quería.

Me esquivas, te vas sin alejarte de mi lado, sentí el frío pero tus abrazos no bastaron. Tu tacto no me movió, eras un vacío congelado.

Temblaba, temblabas, temblábamos. Éramos dos distintos que vagaban entre pensamientos. Nada nos conectó. Quise intentar pero no funcionó.

Ilusión no tenía, expectativas tampoco. Pero si existía un por si acaso después de eso todo murió. Se fue, ya no estaba en mi, me lo quitaste.

Pero no me engaño, porque si volves y me buscas en el momento adecuado quizás siga estando para vos y tus deliciosos besitos lentos.

Íbamos a 10 km/h, sin prisa. Disfrute pero quería más, aunque no me dejaste. Fue suficiente para vos y yo siempre quiero más.

El escenario pintaba celeste, luego tonos rosa y finalmente azul violeta. Aparecieron destellos blancos como agujeros. La central espacial se dejó ver.

Lengua dulce, manos pequeñas. No se volverá a repetir, pero que conste que no es por mi. Cuidado, si te vas no me busques, podré estar lejos de aquí.

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