One shots Romione

Young Love

Hermione tenía solo quince años y en lo único que quería pensar, era en libros. Por desgracia, eso no iba a ser posible.
Cuando su carta llegó, a sus once años, anunciando que era una bruja, en lo único que pensó fue en libros, cuando se enteró de la piedra filosofal, pensó en libros, cuando conoció al basilisco, pensó en libros. Incluso cuando todo salió mal en ese estúpido baile de cuarto año, ella, pensó en libros y confiaba en obtener consuelo y respuestas en ellos. Como siempre.
Pero, últimamente, Hermione estaba teniendo una sensación, que no podía describir, por lo tanto, no podía buscarlo en libros. Los síntomas de este nuevo "sentimiento" eran bastante claros. Él. Ron. El único chico que podía destrozarla o ponerla eufórica, solo con una palabra. Lo quería ¿Lo amaba? Se puede amar a alguien tan distinto a ti?
El año estaba por terminar, tenía que decirle a Ron cómo se sentía, por eso, lo citó en la sala común de Gryffindor, esa mañana.

- Hermione? Estás aquí?
- Ron? Qué haces aquí?.- Era Seamus, sorprendido de verlo, unos pasos más allá se encontraban otros compañeros de casa, de los cuales Ron no se acordaba los nombres debido al horario.- Es raro verte de pié tan temprano.
-Estoy buscando a Hermione, la has visto?
-Está allí, por la chimenea.

Ella estaba tan sumida en sus pensamientos, que no pudo evitar sobresaltarse cuando Ron se dejó caer a su lado en el sillón.

- Aquí me tienes. Que pasó?

Y, evidentemente, allí lo tenía, despeinado y con su ropa de dormir, y, aún así, pensó ella, más bello que nunca.

- Buenos días, Ron.- Dijo ella remarcando las primeras dos palabras- Quiero hablarte de algo, necesito que lo tomes como un tema serio, es algo muy importante para mí y creo qu-
-Es por el gato otra vez? Hermione, te dije que no me agrada y nu-
-No es el gato, Ron.
- Qué es entonces?

Pero ella ya no estaba escuchando, pensaba en libros, y en todo lo que había aprendido de ellos, las declaraciones de amor nunca salían del todo bien, menos entre amigos ¿Y si Ron no la quería? ¿Y si tenía a otra chica? ¿Y si estaba enamorado de Harry?
Sinfines de cosas pasaron por la mente de Hermione hasta darse cuenta de lo que estaba haciendo.
Lo estaba besando.
Rápidamente se apartó de él y con amague de irse dijo:
- Sabes qué? Sí, es sobre el gato, pero veo que no quieres hablar de eso así que mejor me voy, gran charla, compañero.- Y con una sonrisa torpe se dirigió hacia la puerta.

Ron, todavía en shock por lo que acaba de pasar, y sin ser capaz de pensar bien, la observó irse.

Sin embargo, Hermione no había alcanzado el pestillo de la puerta, cuando, de repente, alguien la tomó gentilmente por detrás, la dio vuelta, y la miró a los ojos.

Ron sentía que el corazón se le iba a salir del cuerpo, no podía creer, que ella, Hermione, la chica por la que había estado loco toda su vida, lo había besado. Tenía tantas cosas para decirle, tantas preguntas por hacerle, sin embargo, teniendola allí, frente al él, a un suspiro de distancia, lo único que pudo decir fue:

-¿Qué demonios fue eso?
- No tengo idea.- Dijo ella, finalizando la conversación, que se cortó por otro beso, compartiendo un amor mutuo que ninguno de los dos esperaba.