Llegado a casa del trabajo que debía, me recosté, la señorita de frente se ha pasado durante unas dos horas y media mirando la pared y el pasillo de su cómoda, quiere decir, (he de suponer yo) que se encuentra alegre, y no le veo la razón; quiero yo escribirle una carta a ella sobre mis incomodidades, recuerdo que hacía el mes pasado y la campaña de la que soy parte, comentaba con ella la tontas decisiones de ello. Su pareja, estaba en la casa desde hace ya un rato y le ha conseguido en la habitación, quiere entonces llevarle de allí a un circo o una plaza y ella quisiere que saliese de allí, así fue el, quien brincó por el ventanal. ¡Ah! niños de la cuadrilla, durante el almuerzo andaban ellos divirtiéndose, con sus tira chinas, puedo salir de mi hogar si ellos toman su distancia, quisiera que el portón del lado izquierdo se acomodase, la reparación costará algo más de quinientos; mi supervisor cuenta que se conseguirá en un par de años un descuento que terminaría siendo unos doscientos, esperaré tal cosa; En otro caso en la planta superior no dejan de llamar mi atención porque suya la cortina, se desliza en la noche y yo me la robo, vuelven más tarde por ella cuando descansan los jóvenes.
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Parte uno, de historias comunes, bien contadas
Ficção HistóricaEsto es una pequeña historia escondida dentro de mi mente, aveces a uno le da por fantasear con hechos. Como una familia, como alguien a la que se le pierde un globo que le han regalado.