7:30 de la mañana, mi reloj despertador suena y me despierta de mi letargo, me levanto, aun fatigado por no poder descansar bien, un día más de mi rutina, el mismo baño caliente tras levantarme, la misma corbata y los pantalones desgastados, el mismo maletín descarapelado y los mismos zapatos brillosos y lustrados por igual; Vaya que estaba sumido en la rutina, mi desayuno era demasiado solitario en esta solitaria casa, algo bastante natural tomando en cuenta que vivo solo, ciertamente, la vida que llevo no me da cabida ni tiempo para otras cosas, tengo que trabajar para ganarme la vida y como es mi caso, eso me empujo a la situación en la que estoy... sin esposa ni hijos, con dinero y comodidad, pero solo y vacío, que dicha la mía...
Tras terminar mi reconfortante café y el pan tostado miro mi reloj de muñeca, divagar pensando en los asuntos que me inquietan me ha quitado más tiempo del que disponía así que, con la prisa de alguien que llegara con retardo tome las llaves de mi auto y mi saco, salí de casa.
Me resultaba extraño darme cuenta del número de familias que recorrían el vecindario, las calles, la ciudad y el distrito urbano que recorría para llegar a la oficina a diario, siempre había sido muy observador pero más para evitar accidentes que para estar de mirón en las personas que andan por ahí.
Al parar en un semáforo me quede mirando fijamente la tapa de la alcantarilla que estaba ahí, como cada día que pasaba por esa avenida pero esta vez, algo fuera de lo común empezó a suceder, algo inusual, la tapa se levantó y de ella emergieron niñas con cabello trenzado, demacradas, pálidas y sucias, cargaban ositos, muñecos y una que otra un unicornio, no me dio tiempo para asimilarlo cuando los vitrales de las tiendas en cada esquina de la calle reventaron, un montón de mujeres, lloriqueaban y gritaban desgarradoramente, vestían con batas de hospital o llevaban vestidos de novia y para colmo de esto, todas tenían la misma cara, eran copias de una misma mujer, clones de una misma niña.
En un segundo todas estas personas salidas de la nada se abalanzaron contra mi auto, lo golpeaban y lo agitaban y rasguñaban los cristales provocando un crujido ensordecedor, era una escena horrible, algunas de ellas gritaban de frustración otras lloraban desconsoladamente y unas cuantas reían de una manera maniaca, estaba en shock, ni siquiera podía gritar de terror ante la imagen de mi auto siendo destruido, mientras el zumbido asaltaba constantemente mis oídos solo distinguía vagas palabras como "cariño" y "papi", entonces mis ojos se abrieron como platos, mi aire se cortó al instante y...
Desperté sobresaltado, 7:30 de la mañana, mi reloj despertador suena y me despierta de mi letargo, me levanto, aun fatigado por no poder descansar bien, un día más de mi rutina, el mismo baño caliente tras levantarme, la misma corbata y los pantalones desgastados, el mismo maletín descarapelado y los mismos zapatos brillosos y lustrados por igual; Vaya que estaba sumido en la rutina.
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Pequeñas Historias
RandomTienes un rato libre? te gusta el semblante corto? dispones de poco tiempo? ven, aquí podrás encontrar un poco de todo y espero sea de tu agrado.