Finding Hope In The Shadow (Draco Malfoy)

Capítulo 1- Sótano

"Se diría que la normalidad está muy sobre valorada, pero nunca fui normal, ni siquiera sabía por qué no lo era"

Flashback 10 años atrás.

-¿Hija?- preguntó mi mamá-¿qué es todo esto que dibujas? - mirando los dibujos de mis paredes.

-Son mis amigos - Sonríe la niña mostrándolo -que hacen magia.

-¿Dónde los has visto?- preguntó un poco asustada.

-No las he visto, soñé con ellas- le sonrió a su mamá.

-Hija, escucha, es mejor que dibujes otras cosas- con voz preocupada.

-¿Tiene algo de malo? - preguntó la niña con su mirada triste.

-No... Pero es mejor que hagas cosas más realistas - le sonrió dulcemente y acarició su cabeza- me refiero a que dibujes cosas que puedas ver, que sepas que estas existan...

La pequeña miró el suelo y su madre la levantó y dijo: Recuerda siempre que a veces la fantasía hace que no veamos la realidad como debe ser.

Fin del FlashBack.

Nunca creí en las fantasías, pero sigo teniendo aquel sentimiento de que había algo más entre nosotros, pero ¿Por qué yo lo sentía?

Estaba en el comedor cenando con mis padres, ellos platican mientras veo mi plato

-¿Qué sucede, linda?- preguntó mi padre.

-Nada- dije metida en mis pensamientos.

-Creo que es porque dentro de poco tiempo cumplirás 15 años- dijo mi mamá con emoción.

-Bueno, no es eso...-contesté.

-Vamos, ¿Qué sucede?- insistió mi mamá.

-He sentido que hay algo más que tengo que hacer, como mi propósito de vida. Me siento perdida - Mi madre se pone seria. -¿No lo han sentido?.

-Claro que no, todo esta normal. Sigue comiendo- Su ánimo desapareció y siguió comiendo, mi padre la miró algo decepcionado, la cena aquel momento había quedado en silencio.

Subí las escaleras hacia mi habitación, abrí la ventada para mirar las estrellas, como si algo fuera a pasar en cualquier momento. Es horrible cuando tu vida es similar todos los días.

Al día siguiente me levanté con ánimos de hacer algo diferente.

-¡Limpiarás el ático! -Grita mamá desde la puerta de mi cuarto.

-¿¡Qué?!- Pregunté sentándome en la cama -¿Para qué quieres que limpie el ático? No pasan ni 30 segundos y ya está igual de sucio.

-No protestes, ve y limpia el ático - en tono amenazador.

-Que horrible es tu carácter- murmuré mientras pasaba pasaba por la puerta

-¡¿Que dijiste?!- pregunta molesta.

-Que...-nerviosa- que si ¿No quieres que te cocine unos waffles...mami?

-Te conozco, dime la verdad.

-Mmm...- mirando mi muñeca, aunque no hubiera ningún reloj- Se me hace tarde para limpiar el ático- Salí corriendo -detesto limpiar el ático, no puedes cambiar su naturaleza- subiendo las escaleras -siempre tendrá polvo- mirando todo el desastre- Bien -suspirando- a limpiar...

Moví pilas de libros llenas de polvo, desempolvar los estantes viejos, botar basura, quitar las telarañas de las esquinas, el ático era mi enemigo y más aún porque no tiene buena iluminación, sólo 2 pequeñas ventanas.

Después de un largo rato, sólo me falta acomodar los libros de nuevo en su lugar, uno por uno, leía los clásicos títulos como: Romeo y Julieta, Los miserables. Aunque hay unos extraños: Hechizos de todos los tiempos, Historia de la magia, Pociones. Aguarda un segundo, ¿Qué clase de libros son estos?

-¡Elizabeth! ¿Ya terminaste?- escuché a mi mamá desde abajo.

-¡Si mamá!- Miré los libros y me los llevé a escondidas a mi habitación. Los colocaba debajo de mi cama.

-Voy a salir un momento, ¿Me acompañas?- Pregunta mi mamá

-¡Ah!, me asustaste- Dije parándome -Estoy buscando mi libreta, estoy segura de que la puse aquí.

-¿Te refieres a la que está allá?- Señala mi escritorio.

-Ah, sí- Dije -No entiendo cómo llegó hasta aquí.

Me miró extrañada -De acuerdo... iré a comprar verduras, regreso en un rato- salió de mi habitación, esperé a que se fuera para cerrar la puerta.

-¿Serán libros de alguien más? - Leí el de pociones -Se miran muy bien diseñados pero... todo lo contrario a los gustos de mis padres.

No puedo parar de leer esos libros, son tan genial, pasé todo el día leyendo, es irónico que me entretuvieran tanto ¿Por qué mis padres tenían libros de estos?

-¿Qué haces?- Esta vez fue mi padre, se apoyó en el marco de mi puerta.

-¡AHH!- Me sobresalté- Pues... nada.

-¿Qué lees?- Pregunta acercándose.

-Ni idea, estaban en el ático.

-Hija...- Suspira mi padre- ¿Qué libro es ese?- preguntó.

-Ninguno en especial papá- Dije cerrándolo.

-Escucha, lo más importante para tu mamá y yo es que estés bien- coloca una mano en mi hombro -Tu mamá puede pasarse con eso de protegerte.

-¿Protegerme de qué?- Pregunto extrañada

Me miró sonriendo- Sigue leyendo, te hará bien- se fue.

Cerré la puerta y miré la gran pila de libros mientras me cuestionaba un sin número de dudas. ¿Qué intentaba mamá con alejarme de los demás niños? Sólo evitó que jugara con las niñas a ser hadas o princesas mágicas. O cuando los niños jugaban a ser caballeros o dragones... Siempre quise ser el dragón.

Salí de casa para tomar aire fresco, caminé por las hermosas calles de Inglaterra. Sorprendentemente hoy era un día soleado. Camino sin rumbo pero conozco a la perfección este lugar. Mis pensamientos regresaron de golpe ¿Por qué me siento tan dispersa? Me siento en una banca de la entrada del parque de la colonia.

-Lindo día ¿No es así?- Preguntó un hombre sentándose.

-Quizás sea así, pero no lo siento- Volteo de reojo.

-¿Problemas?-

-Probablemente- Suspiré.

-Si estas confundida, es mejor salir a explorar. Quizás encuentres algo mágico- Dijo emocionado.

Volteo a ver sus ojos buscando una pizca de burla -La magia no existe- dije calmada.

-¿Quién te ha dicho eso?- Dijo horrorizado -La magia está en todos lados- Sonríe tiernamente.

-Me han enseñado a ser objetiva, la gente se inventa cosas que no existen para intentar alejarse de sus problemas. Hacen cada tontería... es una estupidez- Dije triste e insegura.

-Entonces ¿Por qué dudas de lo que dices?- preguntó.

-¿Disculpa?- Lo miré sin entender.

-La magia es algo más que huir de los problemas, es tener fe en creer en algo que no vez Elizabeth- lo interrumpí.

-¿Cómo... Cómo supo mi nombre? Yo no se lo he dicho- dije asustada.

-Te conozco desde hace mucho y sé que no eres lo que todos te han hecho creer, tú eres más de lo que te imaginas.

Me levanté del banco espantada- Escuche, yo no sé quién es usted y pienso que es imposible que me conozca.

-Te conozco más de lo que crees- sacó unas hojas dobladas de su abrigo y me las dio.

-¿Qué es esto?- miré los papeles entre mis manos.

-Averígualo- sonrió.