1. El encorbado.

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Desde que somos pequeños, aprendemos a conocer al miedo, desde  cosas tan simples como en formas muy retorcidas; pero en ocaciones lo mas simple puede traer algo muy retorcido.

Los miedo más comunes en un niño de 6 años van desde  quedarse a oscuras, miedo a algo bajo la cama, los truenos de una tormenta y en ocaciones a "eso" que se oculta en el armario; posiblemente todo esto sea algo patético para la mayoría y valla que yo lo pensaba igual o al menos así era hasta hace unas semanas atrás.

Cuando era niño, solía tener pesadillas con un ser alto, sin ojos, boca grande y encorvado que siempre me decía

Hambre… necesito comida

Siempre en ese tono grave, cansado y algo viejo.

Y esto era lo que provocaba que despertara llorando en las noches, esto me ocurría una o dos veces a la semana.
Esa voz era tan real, que yo aseguraba que "ese ser" vivía en mi armario y obviamente mi madre y padre jamas me creyeron y me decían que solo era mi mente jugando con mis miedos …

... valla que seria genial que eso fuera así, como m ellos decían.

Mis noches eran tan intranquilas y con el miedo de que "el encorvado" o como lo llame, saliera de mi armario y me provocará malos ratos.

Un día simplemente decidí dejar una manzana dentro del armario, si hambre era lo que tenia, era preferible que comiera algo más y no a mi. No me culpen, solo era un niño y pensaba en lo más lógico posible.
Pero creanlo o no, la manzana desapareció por la mañana, creí que eso seria mi solución a las pesadillas y al menos así lo fue un tiempo, casi a diario dejaba algo dentro del armario antes de dormir, desde una buena fruta hasta caramelos; en ocaciones estos volvían a aparecer pero en un estado podrido o en caso de los dulces solo las envolturas eran lo que quedaban.

Todo iba mejorando, yo dejaba algo y a cambio podía descansar y dejar de pensar en el encorvado.

Pero los buenos tiempos no duran mucho y siempre hay algo que los rompe …

El tiempo ya había pasado y conforme a eso mi vida se volvía más al mundo, amigos, tareas, familia, salidas etc, me hacían olvidar de lo poco mucho de mi hogar, hasta el punto de ir olvidando el armario y verlo como algo común.

Que equivocado estaba …

Una noche de tantas me despertó el sonido de una puerta abriéndose, levante un poco la mira para ver si era alguno de mis padres quien entro a mi cuarto o mi pequeña hermana que tal vez se levanto y no quería ir sola al baño, sin embargo esta permanecía cerrada.  Otro chirrido me hizo voltear la mirada hacia el otro lado, ese donde se encontraba la puerta de mi armario, !juro por dios que esta se abría lento¡ y en un punto se detuvo, de ella se veía como unos dedos largos y delgados se iban agarrando lentamente de la puerta, solo para quedarse ahí y lo que  fueron unos segundos para mi fueron minutos tormentosos, solo  pasaron segundos para que se escuchara eso que desde hace mucho deje de oír y creí que jamas oiría.

Hambre … necesito comida

Después de eso, la puerta del armario se cerro de golpe como si una corriente de aire la obligara hacerlo. Me levante tan rápido como pude, encendí las luces y revise el armario, pero no había nada ahí que no fuera mi ropa, zapatos y …

...una vieja manzana, una que yo jamas puse ahí ese día o algún otro día anterior, estaba vieja y en estado de descomposición, tome la manzana para tirarla, pero en cuanto la tome un escalofrío recorrió todo mi cuerpo.

Algo no estaba bien …

Los próximos días intente olvidar el asunto, pero no lo conseguí, no dormí bien y más que eso no podía sacar aquella imagen que se repetía una y otra vez en mi mente, tratando de encontrar su sentido lógico, pero bien sabia era tan real como aquella manzana vieja.

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⏰ Última actualización: Jan 20, 2018 ⏰

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