Han pasado ya casi cuatro años desde la última vez que supe de Charlie, quiero pensar que esta bien.
De mi puedo decir que supere todo, con mucho esfuerzo, aquello que ahora pertenece al pasado. Por supuesto superar no significa olvidar y he de reconocer que en algunas ocasiones desearía volver a verle....
.....
Sofia caminaba por la calle llena de gente después de un largo día de trabajo, cuando decidio tomar un café.
Paro en una cafetería algo pequeña y se sentó sola mirando a la nada, hasta que alguien se sentó frente a ella.
Era un chico de su edad, tal vez un poco mayor, llevaba barba de días y una sonrisa de complemento, sin embargo ella no se sobresalto ni se asusto por que aquellos ojos eran inconfundibles
-Hola sof
-Charlie
-Así que aún me recuerdas, ¿eh?
-Por supuesto
-¿Como has estado?
-Bien, me he casado y tengo un pequeño terremoto en casa
-Es increíble, yo también me case y ahora trabajo en una empresa como contable.
Y entre recuerdos y charla los dos se tomaron el café, hasta que el teléfono de ella empezó a sonar.
-Lo siento Charlie, tengo que irme mi peque me necesita.
-Oh por supuesto- dijo acompañándola hasta la calle
-Me ha gustado verte
-Y a mi
Con la promesa de volverse a ver se despidieron los dos con una sonrisa en el rostro. Porque a pesar de los amargos recuerdos ellos fueron amigos y se quisieron a pesar de que eso era solo un lejano recuerdo.
