El amante del Marqués

10 0 3
                                    

Han pasado días, Antonio y yo hemos salido a escondidas de Edgar. Aveces nos encerramos en la góndola de herramientas o aprovechamos los viajes a la bodega subterránea para besarnos y acariciarnos.

Me aterra la idea de ser descubiertos pero es tan adictiva esta sensación de adrenalina y el deseo de sentir a Antonio a milímetros de mi. Sus besos me hacen perder la cordura, no puedo pensar o resistirme. Sus detalles, oh sus detalles, me atrapan y logra sorprenderme pues parece que me conoce tan bien.

Es Sábado, don Arnulfo no abrió el jardín botánico hoy, se sentía mal. Antonio dijo que Edgar estaría con su mamá y que podriamos cenar y pasar una velada juntos a lo que acepte, la verdad me gustaba estar con el.

Pasaron las horas y comencé a arreglarme para ver a Antonio, no sabia como ir si formal o casual. Opte por ir casual sin caer en lo informal. Termine de cambiarme y salí a encontrarme con Antonio hasta que llega un mensaje de el:

"Ve a la calle donde nos vimos por primera vez, encontrarás una sorpresa ahi. Con cariño Antonio"

Me dirigí hacia allá y encontré una nota amarrada a un globo morado. La nota decía:

"Te espero en el lugar que hizo conocernos más. Con cariño A"

Camine hacia el jardín botánico con el globo en mano, encontré una nota a la entrada.

"Sigue las estrellas para encontrarme"

Frente a mi había unas estrellas de papel colgadas que me guiaban hacia mi amado, encontré un ramo de orquídeas con otra nota.

"Decidí sorprenderte en el lugar donde adoptamos a nuestro hijo"

Antonio decía que el unicornio que ganamos con los tickets de los juegos era nuestro hijo, tome camino hacia el Arcade para por fin encontrar a Antonio, comenzaba a estresarme esto de las notas pero era un gran detalle.
Llegue a la central de juegos y busque a Antonio por todas partes pero no lo encontré, ni había regalos ni nada. De pronto sentí que alguien me vendaba los ojos y me llevaba, me paralice y no pude defenderme, me subieron a un automóvil y mi miedo no me permitía hablar.

El automóvil paro y sentí como mi raptor me tomaba en brazos y me dejaba en el piso. De repente escucho musica romántica y comienzo a gritar.
-¡Auxilio! ¡Que alguien me ayude!
-Shhh, mi amor estas a salvo, soy yo- dijo Antonio de forma dulce- Te explique todo mientras te vendaba los ojos pero quedaste paralizado que ni si quiera hablaste- quito la venda de mis ojos y beso mi frente.
Lo mire algo confundido, la verdad es que me encerré en un drama que no preste atención a los detalles. Me encontraba en el bosque con copas de vino, pasta, una cesta de bocadillos, velas, las estrellas y musica romántica. Me sonroje con todo eso.
-Antonio yo...- estaba nervioso y sorprendido- no se que decir, es un detalle tan hermoso.
-Es lo poco que te mereces por llegar a mi vida Leo, te amo.

Llevábamos tres meses saliendo y es la primera vez que pronuncia esa frase "Te amo" me sentí tan indefenso al escucharlo y a la vez emocionado. Antonio descontrolaba todo mi ser, no sabia por que y no sabia como, solo sabia que lo hacia. Al terminar la frase me besa dulcemente en los labios y comenzamos a cenar y beber vino, platicar, reír y bailar.

De pronto no se si fue el efecto del vino o nuestra sed de pasión nos encontrábamos tirados en la manta besándonos y acariciandonos de forma tan frenética como si no hubiera mañana. Antonio desabotono mi camisa mientras me besaba y al quitármela empezó a repartir besos por todo mi torso. Se sentía tan bien, su boca, su endemoniada boca que me provocaba. Volvió a mi boca y yo desabotonaba su camisa para quitársela también y besar su cuello, sus hombros, sentir su espalda con la yema de mis dedos.
Poco a poco nos fuimos quedando sin ropa y entre mas nos tocábamos, mas fuego nos hacíamos. Nos envolvimos en nuestra pasión y deseo que no supimos como parar y no quería parar. Antonio me tomaba entre sus brazos y hacia que mi cuerpo respondiera a su deseo, cada caricia y cada roce estaban cargados de "malas intenciones" y eso me gustaba.

Antonio se dispuso a entrar en mi y yo le recibí cálido y plácidamente, se movía al compás del cantar de las estrellas mientras la luna atestiguaba nuestro amorío prohibido. No tenia piedad conmigo, me hacia sucumbir a el. Y asi a la luz de la luna nos entregamos en cuerpo a este amor tan jodidamente incorrecto.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 28, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Delirios Al VientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora