Capitulo 1.

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Si mirabas por la ventana de la amplia habitación de Clarisse verías una ajetreada ciudad llamada Jasper, coches que iban de un lado a otro por trabajo, compras, o incluso fiestas. Cosa que no sería muy extraña debido a que era domingo, y todo el mundo en aquella ciudad aprovechaba los domingos para irse de fiesta.

Si mirabas al cielo en vez de al suelo verías un oscuro firmamento, puesto que eran altas horas de la noche, y con suerte un par de estrellas que a pesar de la contaminación lumínica habían sido rebeldes y se habían dejado ver.

Clarisse no acostumbraba a mirar las estrellas, nunca había salido de la ciudad a pesar de sus 17 años de edad. Sus padres, que la protegían de más, no la habían dado la oportunidad. Y ella, ignorante a todo fuera de las fronteras de su ciudad, no había querido salir. Por lo tanto, nunca había tenido tiempo de admirar la belleza de un cielo estrellado en pleno campo, un cielo en que se vieran todas las estrellas e incluso la vía láctea, una pequeña mancha blanca en el espacio. Así que, Clarisse, que no conocía tales maravillas, no veía belleza en las esferas lumínicas que alumbraban la noche.

Pero aquella noche estaba nerviosa, el nerviosismo no era habitual en ella, no, pero lo que pasaría al día siguiente tampoco era habitual. Algunas personas la dirían que no debía estar nerviosa, pero para ella su familia era lo más importante. Su padre, madre, hermana. . . Eran lo que más quería, y mañana pasaría algo importante para los Johnson.

En ese instante estaba en el pequeño asiento que había junto a su ventana, extrañamente mirando a las estrellas. Se preguntaba que más habría allí, había visto fotos de vez en cuando con un cielo completamente estrellado, pero nunca en la vida real. Y observando el cielo nocturno pensaba en cómo podrían hacerse esas fotos verdaderas cuando ella únicamente veía un par de estrellas.

Bostezó y miró el reloj de su muñeca, era uno sencillo, la castaña no quería más. Solo la indicaba la hora que era. Hora, minutos y segundos por supuesto. Ni siquiera era uno electrónico, era de toda la vida, bueno, de toda la anterior vida pues con todas las tecnologías del momento pocas personas llevarían un reloj como aquel. Al mirar la hora se dio cuenta de que ya había pasado media noche. Suspiró y dejó de mirar por la ventana, pensando que ya era hora de tumbarse en la cama, aunque no esperó mucho para coger su ordenador y encenderlo. Mientras este se iluminaba bajó la persiana y se acostó en la cama, tomando el ordenador de la mesilla de noche y entrando en internet. Se debatió mentalmente si entrar en YouTube o Wattpad pero acabó entrando en Netflix. Siempre habría una serie que entretenerla allí. En ese momento estaba viendo Arrow así que fue en la cual entró. Dejándose llevar por los personajes que anteriormente había leído en cómics.

Llevaría unos veinte minutos viendo la serie cuando su madre hizo acto de presencia. Haciendo que Clarisse bufara pues seguramente fuese a decirla que se durmiera. Cosa que ocurrió.

—Oye. . . Clar, ya es tarde. —Fuero sus primeras palabras a la par que entraba a la habitación.

—Lo sé mama, pero estaba viendo Arrow. —En verdad es que no tenia ni una pizca de sueño, no quería dormir.

—Venga, cariño, a dormir ya. —Pese que su madre había usado un tono dulce Clarisse sabia que no podría debatir más. Su madre dejó un beso sobre su sien y la más pequeña de ambas la dedicó una tenue sonrisa. Un "buenas noches" salió de los labios de ambas y su madre la volvió a dejar sola en la habitación. Cerrándola la puerta como siempre ella pedía.

Podría haberse quedando un rato más con los auriculares puestos pero su madre tenía razón; era tarde. Y mañana quería estar descansada. Apagó su querido ordenador y se abrazó a la almohada, cerrando los ojos y dejándose llevar a los brazos de Morfeo.

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⏰ Última actualización: Dec 15, 2018 ⏰

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