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Había llegado el día, la familia del primer ministro ya estaba en el pueblo, y aquel cementerio donde estaban los cadáveres de los compañeros de guerra de Guillermo se había convertido en su mansión familiar.

Claro, que le duraría muy poco, ya que la gente que estaba hablando con aquella familia vio pasar el carro de Guillermo lleno de juguetes y comenzaron a comentarle que era un vendedor muy amable que le gustaba bajar el precio de los juguetes si era necesario para que todos los niños tuvieran su propio juguete sin importar no tener suficiente dinero.

-Hola, Buenos días- saludó el primer ministro a Guillermo

-Buenos días, qué linda es su familia señor, si me permite creo que su pequeña le encantaría jugar con alguna de mis muñecas- le respondió en tono amable.

-Teresa, ven acá- ordenó el padre de la familia, mientas la niña venía corriendo muy feliz.

La niña escogió la más linda del carro, es decir, la que Guillermo le había preparado especialmente para la niña.

Sonrió con orgullo por su triunfo, el primer paso de su plan estaba listo.

Ahora no se detendría jamás.

La pequeña Teresa le presentó a todo el mundo su nueva muñeca, luego en su habitación reunió todas las demás muñecas y peluches que tenía y comenzó a presentarles a "Carrie" su nueva muñeca.

Luego de jugar entró la niñera de la niña y ordenó sus juguetes en un baúl de madera.

A la mañana siguiente la pequeña Teresa se levantó extrañando a su muñeca nueva, así que fue al baúl a sacarle.

Se encontró con todos sus jueguetes rotos, alguien les había sacado la cabeza.

La niña gritó horrorizada, todos aquellos juguetes se los había regalado su padre a lo largo del tiempo, y ella le tenía mucho aprecio.

La niñera saco a la niña de la habitación, y comenzó a limpiar el algodón de los peluches.

Escuchó a una niña llorar, por lo que se acercó al baúl y vió la muñeca, a ella le parecía un juguete horrible, por lo que solo la dejó ahí.

-Juega conmigo- le dice la muñeca

La niñera siguió ordenado la habitación de Teresa, sin importarle lo que decía la muñeca, se sentó en la cama de la niña y suspiró cansada de limpiar.

La muñeca por detrás, abrió su pequeña boca y mordió a la niñera en el cuello, la chica comenzó a gritar por ayuda, trató de escapar, pero simplemente no podía.

Ya casi muerta la niñera abrió el clóset de la habitación esperando encontrar algo para defenderse, pero solo encontró a un hombre mitad cabra, sonriéndole malicioso.

La chica estaba aterrada, cayó muerta después de unos segundos.

La muñeca se escondió en el baúl de los juguetes, esperando que la pequeña e inocente Teresa la fuera a buscar.

Y así fue, cuando la familia de la pequeña entró a la habitación llamaron a la policía, mientras Teresa tomaba su muñeca abrazándola fuerte, para tratar de calmarse después de haber visto a la niñera desangrada en el suelo.

Guillermo: " El creador de muñecas"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora