Capítulo 2.

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El frío sol de Utrecht entraba a través de las finas cortinas del hotel donde Cristian y los demás descansaban. Atravesar Alemania había sido más difícil de lo que ellos pensaban. Arthur, tío de Cristian, les seguía a muy poca distancia con su pequeño ejército pero consiguieron despistarlos en la frontera entre Alemania y los Países Bajos.

Cristian abrió sus ojos y observó que no había nadie en la habitación. Se levantó despacio dirigiéndose al pequeño balcón que daba a los estrechos canales de la ciudad, lo abrió e inspiró el fresco aire que entraba. Apoyado en la barandilla pensó en si lo que estaba haciendo era algo sin sentido, no sabía lo que buscaban, no sabía el lugar exacto donde tenía que buscar.

Cansado puso su cabeza entre las manos y disfrutó del amanecer. En ese momento entró Aleksandur ofreciéndole a Cristian un café aún desprendiendo vapor y que este aceptó agradecido. En el interior de la habitación ambos se quedaron en silencio pensando en aquel misterioso objeto al que en unos días tendrían que enfrentarse.

- Lo encontrarémos.- dijo Aleksandur rompiendo aquel silencio.- sea lo que sea lo encontraremos.

A través de las ventanas se podía observar como el viento empujaba las ramas de los árboles que chocaban contra el cristal de la clase de literatura donde Katherine se encontraba. Hoy Katherine no había tenído un buen de comienzo de semana, su coche decidió dejarle tirada en mitad del camino hacia la universidad y el viento no había ayudado a mejorar su humor ya que cuando llegó al aula, después de quince minutos de camino,su pelo se encontraba más enredado de lo que normalmente lo estaba, y para terminar el profesor de literatura había decidído poner en práctica los métodos que había aprendido en el congreso de profesores que tenían cada cierto tiempo y les ordenó entregar un trabajo para final de curso sobre algún ser sobrenatural que les interesara.

- Repito, pueden entregármelo a lo largo del curso hasta la última semana antes de las vacaciones de verano. No admitiré más días y eso va por usted señor O Donell.- toda la clase rió por el comentario de Mr.Town.

Después de que la campana sonara todos los alumnos salieron disparados hacia la cafetería ya que al ser Lunes la cafetería ofrecía un descuento en el café.

Katherine se sentó en una de las mesas del fondo con su capuchino y un pequeño muffin, sola disfrutó de la tranquilidad que le ofrecía la música clásica y un buen libro pero su paz desdaparecería pronto debido a que Finn y Ciara se sentaron junto a ella discutiendo como cada mañana.

- Eres un estúpido.- fue lo primero que escuchó Katherine al quitarse un auricular.- No sé como has podído soportarle desde hace tanto tiempo.

Finn y Kate habían sido amigos desde que llevaban pañales. Sus padres se conocían desde la academia de policía y por suerte habían sido destinados en la misma comisaría. En cambio, conocieron a Ciara cuando ella llegó nueva al instituto, siempre había sido muy callada y había estado sola, hasta que Kate se ofreció a hacer un trabajo de biología con ella, ya que sabía que a Ciara se le daba muy bien aquella materia.

- ¡Yo no tengo la culpa de que saliera eso!.- protestó Finn

- ¿Cuál es el problema esta vez?.- preguntó Kate cansada de que siempre estuvieran discutiendo por cosas insignificantes.

- Nos toca hacer un trabajo final en biología y metieron todos los temas de los que debía ser el trabajo en una urna. Como siempre nos pusimos juntos pero el estúpido de Finn tuvo que sacar el trabajo más difícil "Función de relación de los animales".

- Déja de decirme estúpido, rubia sin cerebro, como si yo fuera adivino y pudiera saber que papel coger.- le recriminó el castaño dándole un mordisco al muffin de Kate.

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