Narra Agatha.
Me encontraba en la preparatoria haciendo como que ponía atención a la clase de algebra ya que no dejaba de pensar en aquel hombre de cabello platinado de apellido Reyes, por un momento pensé que era familiar de Jorge pero hay mucha gente con ese apellido en el mundo ¿no? En fin no solo yo no estaba poniendo atención también pato no lo hacía ¿Cómo lo sé? Se sienta siempre atrás de mí y puedo escuchar sus “leves” ronquidos y que paso con Jorge se preguntaran, bien pues él está aún lado de mí viéndome lo que me está poniendo nerviosa.
-Mejor sácame una pinche foto ya porque me voy a desgastar Jorge.- le susurre mientras lo miraba de reojo
-Sabes que no tengo teléfono si no lo hacía con gusto.-murmuro sonriendo.-además debo decirte algo Agatha.
-Ah ¿si? Pues dímelo en el receso porque aq…-un ronquido de pato se escuchó por todo el aula provocando algunas risas y que las miradas cayeran en él, incluso la del profesor.
Se acercó a paso lento hacia pato con un ligero libro en las manos, yo solo sonreía porque sabía que pasaría.
-Borre esa sonrisa de su cara señorita Martínez-Dijo en un tono serio y cortante.
-Amargado.-susurre para mí misma mientras veía que ya estaba frente a la butaca de Pato.El profesor carraspeo la garganta esperando una respuesta por parte de Pato ¿enserio creía que así lo despertaría? Carajo, sería más fácil caminar desnuda frente a todos, gracias a ese pensamiento innecesario una risita algo tonta salió de mi boca que afortunadamente solo Jorge escucho.
-Si wey está bien buena.- dijo pato aun dormido y ocasiono varias risas. ¿Qué demonios estaba soñando ese idiota?
-¡Señor Torres! -Grito el viejito y le dio un leve golpe en la cabeza con el libro.
-¿Qué? ¿Qué pasa?-se despertó de golpe y miro hacia el hombre que estaba frente al.-He, perdón señor pero es que su clase me aburre.-dijo rascándose la nuca, yo solo puse una mano en mi boca para no reír.
-Estará castigado después de clases señor Torres y más le vale estar presente.-dijo con un tono amenazante y el sonido de la campana sonó anunciando el cambio de clase y por suerte los profesores son quienes cambian de aula. El profesor Brooks tomo sus cosas y se fue.
-A ver si así se me quita lo pendejo.- murmuro y cubrió su cara con sus manos. Pero lo pendejo era algo inherente a su esencia, a lo más profundo, puro y autentico de su ser, por lo que lejos de quitársele, iría incrementando por siempre, hasta el fin de sus días.
Las clases concluyeron y camine directo a la casa en compañía de Jorge y si, no se ha separado de mí en ningún momento y creo que ha comenzado a gustarme o quizás atraerme de la buena manera.
Caminábamos mientras decíamos tonterías y reíamos como un par de locos, llegamos a mi casa y no había nadie lo cual era raro porque siempre están mis padres y mi hermano en casa antes de que yo llegue.
-¿mama? ¿Papa?- grite a la vez que me adentraba más en la casa.-Parece que no están, siéntate mientras voy a dejar mis cosas a mi cuarto ¿si? –el solo asintió y yo comencé a subir las escaleras.
A medida que subía a la planta alta empecé a sentirme nerviosa, sentía una energía negativa en el lugar.
Cuando al fin llegue a la puerta de mi habitación y escuche un ruido en la de mis padres, camine rápido y abrí la puerta de su cuarto, para mi sorpresa no había nadie que seguro algo mal acomodado cayó al suelo.
Cuando gire para irme de ahí di un grito ahogado: El rubio platinado estaba en mi casa de nuevo.
-Hola querida-Sonrió mostrando una perfecta hilera de dientes.- ¿Me extrañaste?- ¿Qué le pasa a este tipo?
-¿Otra vez usted?-fruncí el ceño-¿Qué es lo quiere?-pregunte con voz temblorosa, su semblante era serio.
-Te quiero a ti, Agatha-me tomo del cuello me levanto. Estaba ahorcándome, luche para poder soltarme de su agarre pero no funciono.- ¿Sabes? si más lo intentas peor te ira.-Me levanto del suelo y dejo caer con fuerza, lo último que vi fue a Adrián con el cabello negro.Narra Jorge
Escuche un ruido fuerte en el piso de arriba y subí corriendo y entonces la vi, tirada en el suelo con un charco de sangre que poco a poco se fue desvaneciendo.
Me agache, la cargue y la lleve a su habitación, la acosté en su cama, me senté a un lado de ella y comencé a mirarla ¿Cómo era posible sentir amor por alguien que no sabe quién es? Después de que me preguntara quien era Adrián Reyes tuve que mentir, lo último que quiero es que ese tipo le haga daño, si hace 16 años mato a su madre por ella ¿Qué podría esperarle a ella que al parecer es importante en nuestra raza? En nuestro mundo hay algo peor que la muerte y es convertirte en esclavo de quien más odias y te odia. Por suerte para todos los de nuestra raza hay métodos para evitarlo, podremos parecer humanos normales y era fácil identificarnos gracias a un tatuaje en “V” que todos tenemos en la muñeca derecha, es pequeño pero nos distingue. Comprendo que Agatha no sepa nada de esto pero si los otros se enteran que la amo me harían asesinarla. Cuando la conocí supe quién era ella pues su collar la delata un poco, solo poniendo mucha atención alguien se daría cuenta y es ahora cuando doy gracias por que usa muchos collares.
Sé que dije que Adrián era un tipo malo, alguien que puede matarla pero hay algo que no mencione. Adrián es mi pasado, mi presente y lo más probable es que sea mi futuro si no hago algo para detener esa alma dentro de mí no solo la matare a ella. Tengo dos almas dentro ¿Cuál será la que me domine por completo? No tengo tiempo.
ESTÁS LEYENDO
Me Enamoraste.
Romance- y si, me quedare contigo y te apoyare en lo que sea necesario, con tal de verte feliz.- La tomo en sus brazos y beso su frente. -¿Lo prometes?.- Se aferro a él con mucha fuerza. -Lo prometo, pequeña. ~Se prohíbe cualquier copia de esta novela~