24 de agosto, 2002.
A lo lejos en un solitario bosque de robles en la ciudad de Ohio USA. Una mujer pelirroja, de estatura mediana y ojos cafés daba sus últimos esfuerzos mientras estaba recostada y mechones de su cabello estaban pegados a frente a causa del sudor, sus ojos estaban llenos de lágrimas.1….2….3 contaba mentalmente sabía que ese dolor se iría rápido si pujaba más y así lo hizo.
El llanto de un bebe hizo que terminara de acostarse en la tierra húmeda mientras lloraba de dolor. Después de unos segundos se arrastró hacia el pequeño cuerpo que se retorcía a causa del frio de la noche y por el llanto.
Era una niña, una niña de ojos cafés igual que ella, piel blanca, igual que ella pero su cabello, su cabello era negro igual que el de Tobías Ferguson y sus labios eran igual de finos que los de él. Pero no, aunque fuera su hija no le hablaría de ella, no le mencionaría que tuvo a una hija suya dentro de ella por nueve meses a sus espaldas.
¿La razón por la que se lo oculto? Fácil, no lo amaba.
Esa niña se iría a un orfanato a la ciudad de México lo antes posible, pensó en todo el día que se enteró de la pequeña criatura en su vientre. Llamo a Ethan, su hermano, le pidió o más bien, le ordeno que fuera rápido a ese oscuro lo bosque lo cual no sería un problema ya que vivían en una pequeña casa cerca de ahí.
Ethan tardo aproximadamente 10 minutos en llegar en el auto, pero no venía solo ya que justo detrás de él se encontraba Adrián la persona que más odiaba y el odio era mutuo, no solo intento matarla una vez con la niña en el vientre sino que también intento violarla más de una vez y si, era un ser despreciable, guapo, pero despreciable. La pelirroja al notar a tan asquerosa persona se levantó como pudo y tomo a la niña entre sus brazos, rápidamente se la entregó a Ethan.
-Llévatela, llévatela de aquí lo más rápido que puedas, llévala a algún orfanato en México y desaparece lo más rápido que puedas ¿entendiste? Y por favor, ponle este collar.-Ethan solo pudo asentir con la cabeza de manera rápida, tomo el collar con la letra “V” y salió corriendo de ahí.
Si bien, Ethan no pudo llegar tan lejos ya que recibió un disparo en la pierna izquierda por parte de Adrián, cayo de lado y envolvió a la pequeña en sus brazos para no golpearla con el suelo, miro rápidamente al autor de su caída y sus ojos cambiaron de un azul a un rojo eso significaba que estaba furioso y en un abrir y cerrar de ojos el disparo despareció, la pelirroja le miro sonriente y le hizo una señal para que siguiera su camino, el entendió y se fue corriendo lo más rápido que podía.
Adrián se acercó rápidamente y peligrosamente a la chica y la tomo del brazo de manera fuerte.-¿Qué necesitas Adrián?-dijo la pelirroja de manera calmada a pesar del dolor del agarre.
-Quiero a la niña, eso necesito.- la mujer de cabello rojo lo miro calmada lo que hizo que el la tomara con más fuerza, esperaba aunque sea una gota de miedo por su parte.
-¿Ahora eres un pedófilo o algo así? O acaso ¿te dedicas prostituir a las niñas?-susurro la mujer con una sonrisa sínica pues sabía que lo haría enojar más y no tenía miedo de él.
-No seas estúpida o más bien, no te hagas la estúpida, sabes perfectamente para que la quiero así que dime donde la llevo tu patético hermano anormal o si no.-saco un arma y la puso en la cabeza de la pelirroja.- simplemente te mueres-.dijo para después sonreír.
-Sabes que no tengo miedo a la muerte, mátame si gustas aunque la muerte sea una maldita perra siempre regreso.- sonrió con maldad.-cada 17 años después de morir y tu.- puso su dedo índice en el pecho del atractivo hombre que tenía frente a ella.-ya lo has visto-enarco una ceja, saco su lengua partida en dos y comenzó a reír con sorna.- te veo en el infierno, Reyes.
Justo en ese momento, Adrián jalo el gatillo y una bala se impactó en la frente de la mujer de cabello rojizo dejando su cuerpo inerte en la tierra húmeda.**************************
La castaña abrió sus ojos de manera apresurada. Su respiración era agitada y su frente estaba cubierta por una ligera capa de sudor, miro su celular y eran las 3:35am del día 24 de agosto. Le resultaba totalmente agonizante que volviera a tener el mismo sueño justamente ese día, aunque para ser sinceros Agatha tenía ese sueño todos los años en esa fecha.
Se levantó y fue por un vaso de agua a la cocina pero antes de llegar a los vasos alguien toco la puerta.
Narra Agatha.
Escuche que llamaban la puerta de manera desesperada, me acerque rápidamente y gire el picaporte con un poco de miedo o sea ¿a quién se le ocurre tocar la puerta tan fuerte a las 3 de la mañana? Exacto a alguien que no le interesa dormir, en fin abrí lentamente la puerta pero para mi sorpresa no era nadie ¿Enserio? ¿Después de interrumpir mi sed tocando la puerta como lunáticos se largan? “Bien hecho Agatha, sigue abriendo a los extraños” dijo mi subconsciente con su aburrida voz, solo la ignore. Gire de nuevo y lleve una mano a mi boca para no soltar un grito, enfrente de mí se encontraba un hombre alto, de tez blanca y cabello de un rubio platinado.
-¿Q-quien demonios es usted?-.Dije mientras retrocedía unos pasos atrás.
-Hola Olivia, al fin te encuentro.- Susurro aquel hombre con calma.- Me llamo Adrián Reyes- me extendió la mano pero no la acepte, continúe hablando.
-Lárguese de mi casa o, o llamo a la policía ¿sus padres no le enseñaron a no entrar a casa ajenas?-.dije pero el rubio teñido frente a mí solo se rio.
-No pienso hacerte daño linda.-dijo con una sonrisa que podría volver loca a cualquiera por ejemplo: Mi mama.
-¿y eso quien me lo asegura? Ándele, chuu, váyase de mi casa o gritare para que bajen mis padres.-tome la escoba que estaba cerca de mí y el hombre comenzó a reírse.
-¿de qué se ríe? ¿Acaso está loco? -lo mire con el ceño fruncido.
-Olivia ¿qué haces? ¿Por qué hablas sola?- la voz de mi hermano hizo que apartara la mirada de aquel hombre misterioso, bueno, no tan misterioso, al menos sé que se llama Adrián Reyes su apellido me suena.- ¿te volviste loca acaso?
-¿Qué? ¿De qué hablas Alejandro? ¿No vez a este…-volví a mirar pero aquel sujeto ya no estaba.- hombre? –susurre lo último y mire a mi hermano de nuevo.
-No me cabe duda que no eres de esta familia.-sonrió con maldad ¿se supone que eso era un insulto?
-¿porque no mejor te callas la boca? Así el mundo ahorraría un poco más de oxigeno- ¡ESPEREN! ¿Eso era posible? - y al menos a mí me eligieron.- susurre y sonreí para mí misma.
Mi hermano simplemente rodo los ojos y volvió a subir las escaleras, imite su acción y fui a mi habitación después de tomar un vaso de agua. Fui a la cama y dormí de nuevo.
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Me Enamoraste.
Romance- y si, me quedare contigo y te apoyare en lo que sea necesario, con tal de verte feliz.- La tomo en sus brazos y beso su frente. -¿Lo prometes?.- Se aferro a él con mucha fuerza. -Lo prometo, pequeña. ~Se prohíbe cualquier copia de esta novela~