Capítulo II: Sin reservas.

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Estúpidamente tembló en su sitio. Se removió incómodo, incapaz de decir nada. ¿Estaba hablando en serio? Ni siquiera se  dio cuenta cuando el mayor había puesto el automóvil en marcha; el camino parecía jodidamente mil veces más interesante que cualquier otro día. Estaba seguro de que se había sonrojado por lo que no quería mirar al otro, él jamás había pintado un desnudo antes… aunque era arte, la idea de tener a Luhan desnudo frente a él… le ponía muy caliente.

¿Cómo podría pensar en una cosa así sobre alguien a quien apenas y conocía?

 

—Sehun— le llamó despegando la mirada del frente apenas dos segundos. — ¿Te  ha incomodado lo que dije? Sólo bromeaba, lo siento.

—No, no. Está bien. No me lo había tomado en serio. —murmuró con voz entrecortada.

 

Ninguno parecía ser capaz de  mirar al otro; cada uno sumido en sus pensamientos. De pronto la idea de aquel retrato parecía bastante tentadora. Luhan era buen pintor, lo sabía desde que era niño. Ver el trabajo de Sehun le había causado una sensación extraña, finalmente había aparecido una persona a la cual podía llamar competencia y no es que sintiera envidia ni mucho menos, sin no más bien admiración. Sehun no sólo era guapísimo, era talentoso. Desde el momento en que había entrado por la puerta de aquel salón de arte no había podido sacarle la vista de encima a su dongsaeng. Aunque en primer instancia ni siquiera creyó que llegaría a hablar con él.

 

Luhan siempre había sido una persona tímida y sus relaciones sentimentales fracasaban por ese mismo motivo, era inestable, inseguro y tímido. Sehun parecía ser todo lo contrario a él. Y ya saben lo que dicen, los opuestos se atraen. Y el castaño había sido ese  imán que lo había atraído como las abejas a la miel.

 

— ¿Entonces dices que no estás  interesado en pintarme desnudo? — preguntó nerviosamente. No creyó que diría eso jamás en su vida, además estaba reuniendo mucha fuerza de voluntad para hacer que las palabras salieran de su boca. No quería demostrar su timidez y su inexperiencia aún teniendo veintitrés años. Además jamás había salido con un hombre, nunca creyó que se interesaría en un hombre hasta que apareció Sehun, por supuesto.

—Lo cierto es que— inició el menor acomodándose de perfil para observar a su mayor. —, yo jamás he pintado un desnudo ni nada parecido. Considero que es un arte maravilloso y expresivo pero nunca he estado interesado.

— ¡Ah! ¿No has encontrado a tu Rose? — cuestionó divertido y al ver el rostro confuso del otro, soltó una carcajada. —Titanic. Jack pintó desnuda a Rose  en una parte de la película.

 

Sehun asintió.

—Cierto, no lo recordaba. Supongo que Rose era demasiado hermosa o Jack la amaba muchísimo, tanto que decidió conservarla así para siempre, para él.

 

Luhan esbozó una sonrisa. Él sabía que todo pintor poseía sensibilidad pero escuchar esas palabras de Sehun (que parecía una persona sumamente seria), causaban un efecto extraño en él. Una especie de cosquillas en su estómago.

 

—Supongo que sí. Un retrato se conserva sin importar el tiempo que pase. Así como el amor, pintas a la persona que amas y la recuerdas tal y como era en ese entonces.

 

El castaño se limitó a asentir nuevamente y se perdió en sus pensamientos con la vista fija en el paisaje. Luhan no intentó reanudar la conversación.

el retrato de dorian gray // hunhanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora